ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Yandere! Giyu Tomioka

Temas delicAdOs.

Lágrimas y sollozos ahogados, estabas llorando en silencio mientras abrazabas tus piernas. No paraban de salir lágrimas de tus ojos y era casi imposible callar los sonidos de tu llanto, no querías estar en ese lugar, no te gustaba, no no no. Fue suerte en su esplendor, fue suerte que hasta el momento solo te tocaran; no pasó a nada mayor no como con tus compañeras; podías escuchar como las golpeaban y les gritaban cosas, como la gente que estaba en el lugar les decían cuanto disfrutaban verlas así. Golpe tras golpe, gemidos y palabras obsenas. Todo eso era tu día a día.

¿Cuan grande es tu fortuna? Realmente es increíble, hasta el momento solo te habían tocado de una forma asquerosa pero no había pasado a mayores.

Incluso cuando ese monstruo logró entrar tuviste el tiempo necesario para esconderte. ¿Cuánto más tendrías que esperar?, ¿si quiera alguien te ayudará? Aquel monstruo, aquel demonio estaba ocupado con aquella chica que solía cuidarte, posiblemente torturandola antes de matarla. Estabas triste y te sentías mal, ser débil... No poder ayudar a la única persona que te ayudó a ti, era el peor sentimiento.

Escuchaste pasos, un fuerte sonido de alguien cayendo y al momento supusiste que era el cuerpo de esa chica. Tragaste saliva, tapaste tu boca con tus dos manos, tu corazón latía con fuerza, delatando tu nerviosismo y miedo a morir. ¿Eran las únicas personas que quedaban? Al parecer los demás salieron huyendo pero también viste como mató a unos cuantos. No sabías con exactitud a cuantos asesinó y si es que eres la única persona con vida. Entonces todo el sonido presente en el lugar cesó para después escuchar como algo chorreaba y más pasos. Empezaste a temblar más, sabías que ya no sabía escapatoria.

Estaba cerca.

Y te tocó.

-¿Estás bien? -después de sobresaltarte y casi gritar, una voz masculina te preguntó.

Volteaste hacia el dueño de la voz, fue entonces que tus ojos se ilumimaron y te soltaste a llorar. Tu llanto ahora era audible, tus ojos rojos e hinchados producían más lágrimas mientras cambiabas tu posición, todo para agradecerle a ese hombre. Él estaba agachado, tú te arrodillaste en frente suyo mientras de tu boca salía; «gracias, gracias, gracis...» repetidas veces. Tu cabeza estaba pegada al tatami del lugar. Giyu no supo que hacer, de tantas veces que salvó gente esta era la primera en donde sucedía algo de este estilo. Decidió simplemente tomarte del rostro y hacer que levantaras la mirada, ni siquiera dijo alguna palabra. Sólo te vio a los ojos, ese azul profundo hizo que tu corazón se alocara, tragaste saliva aún shockeada por la situación.

-¿Ese era el único? -preguntó soltando tu rostro.

Desviando la mirada, asentiste.

-¿No puedes hablar? -preguntó. -Pareciera que sólo sabes decir gracias... Bueno es comprensible.