SOY YO

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Nota de la Autora: Coincidir contigo ha sido la manera más bonita que ha tenido la vida de demostrarme que los mejores regalos son personas

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Nota de la Autora: Coincidir contigo ha sido la manera más bonita que ha tenido la vida de demostrarme que los mejores regalos son personas.

LuNi🥰
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Amelia Mamá

La mañana era fría y eso hacía que me pegara más a su cuerpo, estaba tibio y su piel suave me invitaban a abrazarla, ella tampoco quería separarse de mí, estaba aferrada a mi mano aunque dormía, verla así desnuda entrelazada con mi cuerpo era una delicia, su cabello rubio iluminado por el sol lo hacía más brillante, ya canoso, pero brillante, era mi amor exhausta por la noche que teníamos pendiente hace tanto tiempo, no pude evitar recorrer el sendero de varios tatuajes en su piel, ¿Cuándo se los había hecho? ¿Que significaban? No conocía las respuestas, pero sí que se le veían hermosos, mi mano acariciaba esa espalda hermosa que mostraba el paso del tiempo, pero que se erizaba con mi contacto, la forma que toma su boca convirtiéndose en una sonrisa me demostraba que le gustaba lo que hacía, fui bajando por su espalda y acaricie ese trasero que me encanta, ella se pega a mí, quiere el rose, me quiere sentir y yo la abrazo por la espalda y hago que su piel se confunda con la mía, mi mano toma su propio rumbo y busca sus pechos, ella comienza a arquear su cuerpo para facilitar mi contacto y respondo, claro que respondo, beso su cuello y su susurro a su oído todo eso que la hace encenderse, y ahí estaba Luisita Gómez muy dispuesta a seguir lo que iniciamos la noche anterior, no podía ser de otra forma y la tomé, la hice mía como quise, lamí su cuello, lo besé y lo mordí, baje mi mano a su centro y la toqué como mi memoria tiene grabado en el subconscientes y en el consiente también, le acaricie su centro de placer con ganas y ella estaba más que necesitada de ese contacto, la hice mía como tantas noches lo soñé, eres mi vida, Luisita, mi amor, ella gemía y se movía al vaivén de mis dedos y sus caderas se contorsionaban con cada caricia, era como tocar el cielo con las manos, cuando la sentí temblar y gritar de placer, mi vida y mi amor, mi Luisi, llegamos juntas a tocar las nubes y bajamos, sentí su cuerpo relajarse y por fin abrió sus ojitos lindos llenos de amor.

- Buenos días cariño - Le dejé un pequeño beso en la nariz.

- Necesito, Amelia Ledesma, que me despiertes así cada mañana en lo que nos resta de vida - Me dijo feliz y yo la abracé.

- Esto es lo que pasa cuando las miradas se besan, cuando el amor espera, cuando las ganas se acumulan, cuando la vida se detiene solo por eso, por un beso.

Y con una gran sonrisa me abrazó, no necesitaba más en la vida.

De pronto la siento levantarse y dirigirse a baño, se detiene en la puerta y me hace una seña que la siga, ese baño fue reparador, fue inspirador y demasiado delicioso, salimos del baño totalmente renovadas, nos cambiamos y cuando estuve lista le pregunté por las niñas, la vi pensativa y algo seria, supe que algo pasaba.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora