LA INCERTIDUMBRE

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Capítulo 2: LA INCERTIDUMBRE

Esa mañana llegué más temprano a ver a mamá, mi abuela Manolita insistió en venir conmigo y no pude negarme, de pronto sonó mi celular: TIA MARIA

- Hola Luisa, mi niña...
- Hola tía
- ¿Ya estás en la clínica?
- Si tía, estoy llegando con la abuela
- Ok cariño, yo casi llego, el trafico me atraso un poco
- Ok tía, te esperamos

Entramos en la habitación y estaba mamá ya despierta y arreglada, con la mirada perdida y sin ninguna expresión en el rostro, como me dolía verla así y más impotencia no poder hacer nada.

Levantó la mirada cuando nos vio y mi abuela se me adelantó para abrazarla.

- Mi Luisi - le dijo mi abuela en un suspiro y le dio dos besos.

Solo nos sonrió sin que sus ojos se llegaran a iluminar del todo, al parecer pasó una de esas noches de insomnio

- ¿No dormiste nada mamá? - le pregunté solo para hacerla emitir algún sonido y solo cerró los ojos.

La abracé como todos los días y me correspondió el abrazo, siempre lo hace y me miró como quien se acuerda de algo o de alguien, ladeo la cabeza como buscando respuestas en mí y entonces me quedé estupefacta.

- Amelia... - dijo en un hilo de voz, con un sonido esperanzador pero triste, con los ojos brillantes y no sé si por unas gotitas de lágrimas o por un sentimiento hermoso que antes no le había notado.

No podía creer que estuviera diciendo ese nombre y mi abuela abrió los ojos que se le querían salir y se apresuró a abrazarla y le dijo con la voz mas tierna y mas estremecedora que le había escuchado decir:

- Mi amor, Amelia te sigue cuidando.

Y vi como corrían lagrimas por sus mejillas, mi mamá estaba llorando y mi abuela solo la abrazaba, que estaba pasando, que ocurría con esa tal Amelia, no podía ser casualidad y no podía estar más confundida cuando llegó mi tía María y se dio cuenta de lo que pasaba, no dijo nada, mi tía siempre sabía qué hacer, tomó a la abuela y la sentó en una silla y a mi me pidió que fuera por café mientras ella limpiaba las lagrimas de mamá y le decía que todo iba a estar bien.

Salí del cuarto bastante tocada por la escena que acaba de ver y solo podía pensar en la morena, ¿qué tenía ella que ver con todo eso? .

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Me levanté sobresaltada ya eran más de las 8 de la mañana y tenía una audición ese día, me levanté a ducharme enseguida y no podía dejar de pensar en ese sueño tan extraño pero hermoso que tuve la noche anterior, era Luisa y yo pero en otra época, en otro espacio, con otra ropa, bailando, besándonos, amándonos, jurándonos amor eterno, con la luna de testigo, era un sueño que me llenaba de paz, que me daba fuerzas, que me decía que no iba hacer fácil pero que valía la pena luchar y eso iba hacer, en mi cabeza sonaba esa melodia hermosa "Good love don't die", no podía dejar de cantarla y sentir felicidad.

escuché ruidos en el cuarto y era marina, salí a cambiarme.

- ¿Dormiste bien marina? Te noto cansada.

- No, no dormí bien, tengo muchas cosas en la cabeza y a Fede insistiendo en saber que me pasa, ya no sé qué decirle. - dijo realmente fastidiada.

- Pues la verdad, cariño, es normal que esté así, tiene todo el derecho a saberlo.

- Lo sé y te prometo que no es mi intención tenerlo así, pero es un nudo que tengo en el pecho, algo que no me deja.

- Debes encontrar que es eso que te tiene así, porque es demasiado importante.

- Tienes razón y solo pido que todo esto se me pase y encontrar mi solución.

- Esa es mi amiga - y le envié una sonrisa tierna para que se sintiera cómoda.

-Amelia, quien era la chica de ayer en la clínica? - ese cambio brusco de tema me sorprendió.

- No sé Marina, eso quiero averiguar.

- Pero me dio la impresión que se conocían.

- Es que eso es lo más extraño, siento que la conozco de toda la vida y que debo protegerla no sé de qué ni de quien.

- ¿En serio? - dijo Marina bastante intrigada, pero no podía quedarme a explicárselo.

- Amiga tengo audición y creo que voy tarde así que en la noche te lo explico, ¿sí? - le dije suplicante para que me dejara salir a mi prueba.

Iba a estar todo el día en eso y para concentrarme puse el celular en silencio, pero antes le envió un mensaje para que sepa que ahí estoy, decidí que a partir de hoy no se le va a olvidar mi nombre nunca.


Amelia
Solo quiero desearte que tengas un lindo día.

Lo recibió, pero no lo contestó, le daré espacio y tiempo, ya llegó a mi vida y solo es cuestión de tener paciencia.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora