SÓLO UN POCO MÁS MI AMOR

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Amelia estaba abrumada, su madre estaba en otro mundo y quien podía ayudarla la tenía en frente.

- No estés así hija mía, porque eres mi hija, porque te procreamos en la mente y ahora eres una realidad. – Mamá le acaricia la cara y le sonríe.

Escuchar decirle esas palabras a Amelia me estremeció el alma, ¿cómo se suponía que debía tomarlas?

Mamá la agarró de la mano y la sentó a su lado, pareciera que en el salón no existiera más nadie que ellas dos, su expresión era de total orgullo y satisfacción por lo que veían sus ojos y Amelia estaba igual de embobada en mamá, parece que se conocieran de toda la vida, mamá toma sus manos y las lleva a su boca y le da pequeños besitos, le sonríe y le muestra su lado más tierno.

- No te alcanzas a imaginar el amor tan grande que siento por tu madre, tan grande que me tiene esperándola toda una vida y si me tocara vivir otra para seguir esperándola lo haría con todo el gusto, no sabes lo que han sido estos años sin ella pero hoy la espera acabó y aún no sé qué día exactamente la vaya a ver, a tocar, a besar, ahora entiendo que no es mañana como quisiera, pero si llevo esperándola 31 años, 11 meses y 13 días como no voy a poder aguardar unos días más? ¿No crees?

Amelia asentía con la mirada expectante.

- Pero háblame de ti, ¿quién eres? ¿A qué te dedicas? Tengo tantas preguntas para ti, me preguntaba si te gustaría el fútbol como a tu madre, ¿sabes que es hincha del atlético de Madrid como papá? Anhele muchas veces que fueras real, te imaginaba, soñaba que te parecerías a mí, pero con su dulzura también y ahora lo sé, apenas segundos que te vi y confirmé este amor.

- Amor a primera vista que le dicen - Y las dos rieron.

- A lo mejor para ti es a primera vista, pero yo estoy amándote desde antes de nacer, a las dos - Y me mira con sus ojitos inundados de amor - Sólo ustedes le dan sentido a mis días y hacen que tenga fuerzas para seguir.

Mira a todos en la sala, estábamos compungidos y llorando, de pronto se para y da una palmada.

- Pero porqué lloráis, si tenemos que estar de fiesta, nuestro sufrimiento acabó, ganó el amor, vamos, padre, madre, denme un abrazo, su hija está feliz porque reencontró al amor de su vida.

Se abrazaron mientras reían y lloraban al mismo tiempo, de pronto miró a mi tía Maria y la señaló, tía Maria sólo asentía y juntaba sus manos en el pecho.

- Lo hicimos, lo hicimos, la encontramos, la encontramos Maria.

Y se fundieron en un abrazo de hermanas, de cómplices, de aventureras, de pronto comenzaron a reír, a brincar como niñas - La conseguimos, la conseguimos - Repetían, era demasiado cómico verlas brincar como niñas chiquitas y luego se les unió tío nacho que estaba a un lado, todo lo que habían pasado estos tres buscando a Amelia, a su Amelia y ahí estaban sintiéndose victoriosos.

Amelia se acercó a mí y me tomó la mano, necesitaba sentirla, tenía tantos sentimientos encontrados que su mano me reconfortó.

La reunión siguió entre lágrimas, risas y preguntas, después de un rato llegaron Catalina y Ciriaco y se unieron a la celebración, todo era muy emotivo y veía en mamá ese brillo que solo tenía cuando pensaba en ella, no soltó a Amelia en ningún momento y no perdía oportunidad para contarle como había sido todo este tiempo sin su madre.

Se hizo muy tarde y Nacho anunció que ellos se iban y Catalina aprovechó para decir que ellos también, nos abrazamos todos y quedamos que mañana iríamos a la entrevista con el medico para saber que podíamos hacer, que pasos teníamos que seguir sin afectarla demasiado, Amelia me pide que le pida un taxi y Ciriaco en seguida se ofrece a llevarla, fue lo más incómodo, pero no pude hacer nada. Por extraño que parezca confío más en Amelia de lo que pudiera imaginar y sabía que los coqueteos de Ciriaco solo se quedarían en eso, en simples coqueteos, por el bien de mis nervios eso esperaba.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora