INTENTARLO

736 90 46
                                    

El desayuno fue de los más incómodo que haya recordado estando con mi familia pero específicamente por Ciriaco, no sé qué tenía en su cabeza, no lo reconocía, el siempre ha sido muy respetuoso y sabe los sentimientos que tengo hacía a Amelia, es un hombre inteligente, simpático, muy productivo y físicamente era muy parecido a mi abuelo Marcelino pero en versión mejorada, me traía con los apellidos revueltos de ver el descaro con que le coquetea a Amelia, era claro que le gustaba y cuando una mujer le gustaba las hacía caer en sus redes con mucha facilidad por su personalidad.

Tía Maria se fue un poco más tranquila después que Amelia le prometió que estaría siempre en contacto con ella, intercambiaron datos de celular y lugar de residencia, tío Ignacio nos acompañaría a hablar con los médicos de Amelia mamá, Amelia mamá, que extraño me sonó, Amelia mamá y repetirlo me hizo plantearme como sería, quería conocerla y ver porque era el amor de la vida de mi mamá.

Los días pasaron como en cámara lenta estábamos expectantes ante cualquier cambio que nos permitirán acercarnos a ellas, fuimos a ver a los médicos y ellos recomendaron mucha prudencia, que poco a poco fuéramos estableciendo vínculos que nos den una puerta de entrada a ese mundo que crearon nuestras madres para escapar de su triste realidad.

La relación con Amelia fluía, cada día me enamoraba más de ella, era una mujer fuerte, valiente, inteligente, talentosa y con una sensualidad que hipnotizaba, sólo el tema de su madre la sacaba de este mundo, es como si quisiera viajar donde ella está.

Ese día quedamos en vernos, la esperaba cuando me llamó para decirme que le había surgido algo y quise estar con ella, la sentí triste, pero me dijo que nos veríamos más tarde, con el rato libre que tenía me fui a ver a mamá, estaba en la ventana como siempre, como esperando que llegara, tenía una fotografía en la mano, la acariciaba y le hablaba, solo guardé silencio y la escuché:

Ese día quedamos en vernos, la esperaba cuando me llamó para decirme que le había surgido algo y quise estar con ella, la sentí triste, pero me dijo que nos veríamos más tarde, con el rato libre que tenía me fui a ver a mamá, estaba en la ventana ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Que fácil hubiera sido tenerte conmigo todo una vida, quisas por eso debería pedirte unas cuantas más, porque esta no fue suficiente para amarte...
Y sigo sin entender que viste tú en mí, LA GRAN AMELIA LEDESMA, la artista, la vedette...
Recuerdo tú mirada y tiemblo, mi amor, tiemblo porque sé que eres tú...
No hay una noche que no me imagíne besándote, no hay un día que no me imagíne amándote, no hay suficientes días del calendario para extrañarte...

La vi cerrar sus ojitos y apretar esa fotografía a su pecho, mientras una lagrima recorre sus mejillas, si tan solo pudiera decirle que la encontré y alivianar todo ese dolor, pero pronto madre mía, pronto podrás sacar todo ese amor que tienes ahí.

- Hola hija, que haces acá tan temprano? - Me dice el abuelo Marcelino sacandonos de nuestros pensamientos.

- Hola abuelo, tuve un rato libre y vine a ver a mamá - Me acerqué a ella que ya había limpiado sus lágrimas y hacía un esfuerzo por sonreír.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora