EL REENCUENTRO

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Nota de la Autora: Escribir este capítulo es lo más emocionante que e hecho hasta ahora, sentirlas me llevó hasta las lágrimas, vivirlas es el mejor de los viajes que he tenido y les agradezco inmensamente que lo estén haciendo conmigo.

Quiero expresar mi agradecimiento una y mil veces a @ErikaArchdePavia, no me voy a cansar de agradecer por convertirte en mi guía, en aguartar mis estados de ánimo y por ser incondicional, mil gracias 😘

Con mucho cariño
NiniCasca 🤗

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- Y llegó nuestro momento de coincidir en esta vida Amelia, ya no tan tercas, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegas ni cabezotas, ya sin explicaciones sino pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones.

- Quería contarte las veces que he soñado con verte, en mis sueños apareces sonriente, tranquila y en paz con la vida.

- En los míos seco una lagrima que corre traviesa por tu cara, eres y serás mi niña de los ojos lindos.

- Me esperaste.

- Y llegaste.

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- Llegó la hora hija, dile que necesito verla- Me dice mi madre emocionada y sí llegó la hora de encontrarse.

Llamé a Luisa para comunicarle y su emoción fue total, llevábamos meses en este proceso y el momento había llegado, me dijo que estaba con su mamá y me la pasó.

- Hija - Sentí su voz tan emocionada
- Hola Luisita- Le transmití la misma emoción - Mamá está lista y quiere verla.

Ya no hubo respuesta, el momento que tanto había esperado llegó.

Acordamos que ellas vendrían a recogernos, hoy salíamos de ese centro por fin, me llevaría a mamá a mi piso, el que adecue para que esté cómoda, mamá inicia una nueva vida y yo voy a facilitarle todo.

Mamá estaba emocionada, no quería dejar nada, la veía ir de un lado a otro en la habitación, esta había sido su casa por varios años y dejarla era la confirmación que podía empezar, tenía que dejar toda la documentación al día y bueno le dije que siguiera con su labor para poder dejar todo en regla en el centro, antes de salir la volví a ver y no pude evitar sonreír de verla arreglar sus cosas, parecía una niña que se iba de vacaciones, estaba radiante y emocionada y eso tenía nombre propio: Luisita Gómez Sanabria.

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- Por favor Luisa apúrate que no quiero llegar tarde.

- Mamá vamos más que a tiempo, Amelia dijo que las 10:00 a. m. salían y no son las 9.

- No quiero retrasos.

Ya no podía más, esto es más grande que yo, por fin iba a tenerla en mis brazos, por fin podía verla, eran años esperando y todo parecía poco ante el inminente encuentro.

Llegamos al centro y mi corazón se quería salir, estaba más nerviosa que cuando supe que estaba embarazada, estaba más nerviosa que cuando supe que tenía que enfrentar eso sola, sin Amelia, ahora solo quedaba llegar.

- Mamá estás bien? - Veo a mi hija preocupada, creo que en mi cara se ve mi nerviosismo - Amelia me acaba de decir que está en las oficinas, vamos a esperarla.

- Hija puedes ir con ella? - Le dije mirándola a los ojos - Quiero estar a solas un momento con Amelia.

- Claro que sí, cuando estén listas nos avisan y vamos a su encuentro.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora