EL REENCUENTRO II

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Nota de la autora:

Hola amiga mía, he escrito muchos poemas, muchos escritos en diferentes etapas de mi vida, hoy los leo y le doy gracias a Dios por hacerme entender porque ninguno era para ti, entendí que los escribí en los momentos más tristes y difíciles de mi vida y que para lo único que me van a servir es para eso, para entender que escribo poemas tristes, pero mi historia contigo no tiene contrastes amargos que recordar, llegaste a mi vida en el tiempo justo o más bien Dios te uso en el tiempo perfecto para eso, me hiciste entender que dos desconocidas se pueden amar y que los amigos si son tesoros.

Escrito en el 2010, para ustedes, las amigas que la vida me regaló, ya sabes que es para ti.

Con cariño
NiniCasca 🤗

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AMELIA MAMÁ

Y llegó el reencuentro y también las preguntas; ¿y ahora qué? ¿Y quién dijo que esto era un final? Hay finales que se convierten en mejores comienzos.

Cuando los años pasan sucede que ves el amor de una forma diferente, te enamoras del alma de las personas, de su simpleza, de su nobleza, solo quieres la tranquilidad que te da el ser amado, valoras más la vida, notas que tu conciencia te restriega que nada es para siempre, crees que el amor se esfuma como todo se esfuma en la vida, pero no, sabes en el fondo que siempre atesoraras la sensación de plenitud que te brinda a quien amas, sabes y tienes la certeza que lo más importante es cada minuto que experimentas el milagro de estar vivo y que la plenitud solo está en tu interior.

Hoy la vida nos da la oportunidad de seguir, de vivir, de explorar, hoy la vida nos pone un nuevo comienzo y, ¿Quiénes somos nosotras para no vivirla?.

Creo que empezar otra vez ya es un triunfo, derrotamos la inconciencia y la irracionalidad, derrotamos nuestros propios miedos para instalar otros que a la larga también deberíamos derrotar.

Llegamos a la plaza de los frutos nerviosas, en el Asturiano nos esperaban sus padres y sus hermanos, Nacho y nuestros amigos más cercanos, íbamos agarradas de manos, no quería ni podía soltarla, ya la había soltado una vez y no volvería a cometer ese error, reconocí la plaza de los frutos apenas entramos a ella, estaba igual solo que moderna, con acabados propios de la época en que estábamos, pero su esencia seguía intacta, Nuestras hijas iban delante, Luisa conducía y mi Amelia al lado de ella, las veía tan llenas de vida que solo podía sentir orgullo.

Bajamos del coche y respirar ese aire me llenó de recuerdos, de todo lo vivido, de que pareciera que mi vida se hubiera detenido en 1977 cuando me arrancaron de ese sitio, volver agarrada de la mano de mi Luisita era el mayor triunfo que podía experimentar, miraba nuestras manos entrelazadas en medio de esa plaza me llenaba el alma y así agarradas de la mano y sin ningún temor caminamos lo que hacía falta para llegar al Asturiano, no podía ser de otra manera, había triunfado el amor al fin y al cabo.

Nos detuvimos un momento a ver el edificio donde quedaba el Hotel la Estrella, ya no estaba, pero en mi mente estaban claras las imágenes de una época dura, pero que me dio todo en la vida, me dio el amor de mi vida y eso era más de lo que quería.

Luisita se aferraba a mí y apoyaba su cabeza en mi hombro como experimentado la misma sensación que yo, esa plaza nos vio luchar, nos vio enamóranos, nos vio partir y volver, esa plaza hace parte de nuestra historia como nuestra vida misma.

- Aquí nos enamoramos mi amor – Me dice una Luisita melancólica.

- Si cariño mío, acá nos enamoramos, luchamos y reímos y lloramos, acá está nuestra historia y aún hay que escribir más capítulos en este libro.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora