LA PARED

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En este momento mi corazón es un remolino de emociones, por un lado estaba toda esta información que me dio mamá de su pasado y por otro estaba Luisa Gómez, no podía dejar de sonreír de recordar todo, por fin los planetas se alineaban y pude descubrir que ella siente lo mismo que yo pero todo no es felicidad, el saber el pasado de mamá me pone una nueva perspectiva, que había pasado con aquella mujer, quien era, casualmente tenía el mismo apellido de Luisa y mamá mencionó la plaza de los frutos, o sea que fue allí donde se conocieron? El hotel La Estrella, que significaba? Eran tantas preguntas y ya mamá no estaba para contestarlas.

La veía ahí sentada mirando la nada que no podía dejar de sentir impotencia por no saber que hacer, ella era lo más importante en mi vida, ella ERA MI VIDA ENTERA y algo tenía que hacer para regresarla.

Pasé la mañana con ella pero no me habló, no me miró, no estuvo nunca conmigo, fue lo más frustrante, después de hacer que comiera un poco de almuerzo, la dejo descansando, le di un beso en la frente y salí, no puede evitar la lagrima solitaria que corría por mi mejilla, la impotencia me invadía.

Tenía que salir de ahí, necesitaba actuar, poner manos a la obra, debía organizar mis ideas para saber que pasos debía dar, no me podía quedar con los brazos cruzados.

Llegué al Asturiano a la hora acordada con Luisa, le avise por mensaje de texto que me encontraba allí y ella bajó.

Apenas me vio se le iluminó la cara y eso me encanta porque yo tampoco puedo ocultar la emoción de verla.

- Que puntual llega señorita - Me saluda dándome dos besos.

- No puedo hacer esperar a tan linda dama - Le respondo en el mismo tono - Nos vamos?

- Me esperas un momento? Solo termino de dar unas indicaciones y salimos.

- Claro, no hay problema.

La vi dirigirse a unos empleados y comencé a analizar el lugar, era una mezcla moderna y tradicional de un bar familiar, era muy lindo y habían fotografías en una pared que me llamaron la atención, en la pared rezaba LOS GÓMEZ y habían fotos familiares de diferentes épocas, pude ver en esas fotos como habían crecido, había un señor con un aspecto muy noble en la cima de las fotos, era como el patriarca, al lado una inscripción que decía EL ABUELO PELAYO, se le veía lo bonachón que era y muy noble, había fotos desde los años 50 o 60, waaaoo, estaba extasiada en todo lo que veía y vi una foto de Luisa? No, no podía ser Luisa, tenía que ser alguien más, pero era idéntica, su madre? Tenía su sonrisa, su mirada, pero ya después sus fotografías no estaba sonriendo, porque dejó de reír? Mire como con él tiempo sólo parecía triste? Había fotos con Luisa en diferentes momentos de su vida pero nunca reía y estaba una foto reciente, ya con los años marcados en su rostro pero con una mirada nostálgica, fuerte, gastada con el tiempo, me quedé en esa foto, se veía presa en su mundo, así como mamá, tenía la misma expresión en su rostro y no pude evitar que los sentimientos de impotencia volvieran, que tenía esa mirada que me hacía pensar en mamá?

- Amelia? - Sentí su mano en mi espalda y es como si me sacara de un trance - Perdón pero no me respondías.

- Es tu madre? - No pude evitar preguntarle.

- Sí, es mamá - Y me regala una sonrisa triste.

No quise preguntar más porque pensé en esa tristeza que veía pero seguro que esta historia tenía que escucharla.

- Vamos? - Me dice en un hilo de voz y asiento pero antes doy un repaso nuevamente a la pared de LOS GÓMEZ y veo una fotografía que me llamó la atención, eran varias personas entre ellas la mamá de Luisa, sonriente, se le veía feliz y de fondo el HOTEL LA ESTRELLA, el hotel la estrella? Me quedé mirando esa foto, luego vi que esa era la plaza de los frutos y todo daba vueltas en mi cabeza.

- Amelia pasa algo? - La expresión de su cara era de preocupación

- Ella es tu mamá? - Le volví a preguntar y ella asintió, volví a mirar las fotos y no quería salir de ahí, no sé porqué en esa pared había más información de la que había tenido en todos mis años de vida.

Era como un rompecabezas que las piezas estaban ahí y tenía que juntarlas.

Salimos del restaurante pero mi mente seguía en esa pared, necesitaba volver y sobretodo necesitaba preguntarle a Luisa todo lo que ahí había, quería conocer a su madre, lo necesitaba, necesitaba saber más...

Mi madre había dejado su alma allí y yo necesitaba recuperarla.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora