PERDÓNAME 🙏

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Nota de la autora: este capítulo ha removido de una forma especial e inexplicable mis sentimientos, escribirlo fue estremecedor y sólo espero que estas letras sirvan para darnos cuenta que hay que valorar lo que tenemos, cuidarlo, protegerlo, porque no sabemos cuando se nos puede ir, perdonen este arranque de sinceridad, la autora anda blandita en estos días.

Espero lo disfruten y déjenme saber que tanto les gustó o no.

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Acerqué una silla para que Luisa quedara en frente de mamá, no dejaba de verla, de sonreír, de tocarla, era el acto más tierno que había visto.

- No sabes todas las veces que te soñé, no sabes cuanto te quise tener enfrente.

Tocaba su cara como buscando algo.

- Te veo en estos ojitos lindos, te veo, sé que estás ahí mi amor.

Luisa me miraba tan confusa como enternecida, pero que podía decirle, mamá estaba en trance pero lo necesitaba.

- Me crees si te digo que hice un discurso en mi cabeza por todo el tiempo que no estuviste y que ahora no me acuerdo de ninguna palabra? - Sé río - Me tienes nerviosa Luisi - La miraba con un brillo tan hermoso que no podía dejar de amarla como la amo.

- Mi madre me dijo lo linda que era su risa y creo que se quedó corta - Le dice Luisa toda enternecida y la respuesta de mamá fue de confusión, su mirada cambió y bajó su mano.

Por un momento sólo la miró como queriendo decir algo y no sé atrevía.

- Quién eres tú? - Le preguntó con él seño fruncido y ahora muy seria.

- Soy Luisa Gómez, hija de Luisita - Le dijo Luisa muy preocupada.

Mamá echó la cabeza hacia atrás y cerró sus ojos, estaba procesando la información que estaba recibiendo, me coloqué a su lado y puse mi mano en su hombro, pasó un buen rato así, ya creíamos que se había ido pero no, de pronto abrió los ojos y los fijó en Luisa.

- O sea que lo consiguió, lo logró, ella lo logró - Hablaba emocionada, se levanta de la silla y da un saltito, la vimos levantar sus manos y bailar, mamá estaba bailando - Lo consiguió, siii, fue a Manchester y se hizo el tratamiento, jajajaja, mi luisiii, mi luisi es una guerrera valiente, lo consiguió, lo consiguió, no la vencieron, nadie pudo con ella, lo logró.

Nos reímos con ella, no sonaba ninguna canción pero brincamos con ella, levantaba las manos en señal de victoria, estaba eufórica, estaba extasiada, era descubrir que habían triunfado, no dejaba de bailar y gritar, "lo logró, lo logró", me abrazaba y abrazaba a Luisa, ella no podía con tanta emoción, el médico le pidió calma pero el también estaba emocionado, cuando por fin pudimos hacerla calmar, se sienta y sigue victoriando, mamá estaba desahogado esa frustración que tenía, la vida al final no había sido tan injusta, saber que Luisa había nacido era su más grande premio, se fue calmando, ya su respiración no estaba tan agitada y la miró, la miró como me mira a mí, la miró diferente pero con un amor inmenso, ahora sí sabía quién era, ahora sí sabía quién era Luisa, le tomó las manos y se las besaba, se levanta sin soltarla y la toma en sus brazos, la abraza como arrullandola, con una mano soba su cabeza y con la otra soba su espalda, tenía sus ojos cerrados y así se quedó un rato, Luisa también estaba disfrutando ese abrazo, ese abrazo que tantas veces me dio a mí, su abrazo se fue relajando y en un momento se separó solo un poco para poder tomarle la cara y besar su frente.

- Te imaginé así, igual de hermosa a tu madre y me preguntaba como sería besarte, como sería abrazarte, como sería llevarte de la mano, tengo tantas preguntas en mi alma.

Nos volvimos a sentar y mamá no paraba de mover su cabeza y sonreír, era como si todo ese peso que tenía se hubiera ido de golpe con las palabras de Luisa: "Soy la hija de Luisita" mamá las repetía y las repetía, "La hija de Luisita"

- Como está? Me recuerda? - Era un hilo su voz, había angustia y me partió el alma.

- No hay día que no la recuerde, no hay día que no la ame, no hay día que no espere - Luisa sólo quería que supiera que todo el amor de su madre seguía intacto.

Mamá hace silencio cierra los ojos y vimos como se llenan de lágrimas otra vez.

- Dios sabe todo lo que luche, todos los días, cada minuto, cada ocasión, te juro que luché con todas mis fuerzas y no pude, no pude, pero no fue suficiente, sólo me dejé vencer, Luisita mi amor perdoname, perdoname por no luchar, perdoname cariño, perdoname - Lloraba con la cabeza agacha, se agarraba la cabeza y lastimosamente entró en un trance que no vi venir - Mi amor perdoname, perdoname, no te merezco, no te merezco, te dejé ir, te dejé con esa bebita, mi amooor, perdoname.

- Mamá por favor, ya mamá, calma.

El médico intervino y le pidió a Luisa que se apartará, yo la abrazaba y ella golpeaba su cabeza y no dejaba de repetir: PERDONAME MI AMOR.

Lo inevitable tocó hacerlo, sedarla  para que se calmara, cuando estuvo en la cama, el médico nos dijo que esperemos a que despertará, fueron muchas emociones para un solo día.

Luisa y yo nos abrazamos, lloramos juntas, no sabía que decir y ella tampoco, no quería que me soltara, todo esto me estaba costando mucho y eso que aún faltaban muchas cosas, como enfrentar todo esto sin que se la lleve en el intento? Como protejerla de sus propias emociones, como se lo diremos a mamá Luisita, mamá Luisita, uuuff, mamá Luista. Todo esto me desborda, pero sentir a Luisa abrazarme me da las ganas de seguir.

Aunque pasen los años, nuestro amor es imparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora