CAPÍTULO 27 "Estaba vacía por dentro"

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Harry me dio la vuelta y me ató las manos a la espalda con una ¿cuerda? No lo podía ver. Se acercó a mí y me empezó a besar el cuello frenéticamente. Yo gritaba para que me soltara y llamaba a Zayn pero Harry hacía caso omiso a mis súplicas. Me asusté por Zayn. ¿Estaría muerto? ¡No, por favor!

No quería exagerar, pero en lo poco que había visto el protagonista sin duda era la gran cantidad de sangre. No sabía por qué pensaba en el chico del suelo. Supongo que para evadirme un poco de la realidad.

Pero no lo conseguí. Zayn de pronto desapareció de mi mente, tan rápido como había llegado. Sentí un leve daño en mis muslos y miré hacia abajo. Mis bragas se encontraban en un lento camino hacia el suelo. Quizá era yo la que veía todo a cámara lenta. Sí, probablemente.

Me asustaba cada vez más. Un nudo enorme se acopló en mi estómago en contra de mi voluntad, provocándome unas incontrolables ganas de vomitar. Los nervios se encargaban de realizar su función demasiado bien.

Mareada, me encontraba mareada. Abrumada por el contacto de piel desconocida con mi parte íntima. Histérica. Tantas sensaciones invadían mi cuerpo que no podía identificar cuál era cada una.

De un momento a otro Harry introdujo fuertemente su miembro dentro de mí y yo chillé. No podía mantenerme en pie, así que Harry tuvo que sostenerme. Eso no le complicó su labor. No, en absoluto. Él siguió haciéndolo durante ¿una hora? ¿Dos? No lo sabía.

Había perdido completamente la noción del tiempo. Y no era lo único que había perdido en ese interminablemente corto periodo de tiempo. Mi orgullo, mi autoestima, mi ego, mi corazón. Vacía, estaba vacía por dentro. Solamente podía sentir dolor, dolor y más dolor. Creo que nunca había sufrido tanto emocionalmente. No era yo. No quedaba nada de mí. Odio. Sí, odio. Esa sensación de frustración e ira que te rompe en pedazos. Estaba rota. Y no pude evitar preguntarme si superaría eso alguna vez. No, definitivamente no iba a ser la misma persona. Pero al menos podía fingirlo.

Había perdido la esperanza de que Zayn me salvara. De todas formas, ya no había nada que salvar. Ojalá pudiera salvarse él.

Extrañamente deseaba que no me dejara sola. Para servirme de consuelo, de diana para mis cabreos. No lo sabía. Solo sabía que no quería quedarme sola.

Noté cómo Harry se tensó y se corrió en mí. Yo estaba asqueada. Harry se separó y salió del baño.

Me dejé caer en el suelo mientras mis sollozos aumentaban. No podía creer lo que acababa de pasar. Seguramente Harry se había escondido esperando el momento perfecto para actuar. Y así hizo.

Y, sin darme cuenta, me había quedado dormida entre pensamientos de odio y desprecio.

  

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Cuando desperté me encontraba en la lujosa habitación que me dieron por haber ganado el juego. Estaba acostada en la cama, con un camisón puesto.

Me levanté pero hice una mueca de dolor. Naturalmente me encontraba dolida por lo que había pasado el día anterior. Entré en el baño y me duché rápidamente. No me sentía ni cómoda ni segura estando desnuda.

Me peiné y me puse el conjunto que me habían dejado en el armario. No hace falta decir que era un vestido primaveral.

Salí del baño y me encontré con Zayn en el dormitorio. No me había percatado de su presencia cuando desperté. Entonces me di cuenta de lo perdida que estaba.

Fui caminando hacia la cama lentamente, sin ganas de vivir, mientras él lo hacía hacia el baño. Pasé por su lado sin ni siquiera mirarlo. Me tumbé en la cama mientras sentía su mirada sobre mí.

Se sentó en la cama a mi lado y me cogió de la mano, pero la aparté bruscamente. Abrió los ojos de par en par, sorprendido. Yo me giré y tumbé en la cama. Cerré los ojos, intentando dormir.

Deseaba dormir y no despertar más.

Así pasé una semana entera. Ignoraba a Zayn completamente. Yo había cambiado demasiado desde aquella noche. No había comido nada durante esa semana y las pocas veces que James me obligaba a comer lo vomitaba.

Estaba completamente deprimida. Mi cuerpo no aceptaba nada que no fuese dormir. Nada de comida, nada de actividad. Descanso, eterno.

Tenía miedo y no se me ocurrió otra forma de protegerme que creando una coraza. Lo había visto en las películas, pero nunca lo había llevado a la realidad hasta ese momento. Realmente funcionaba. Por la noche, de madrugada, cuando Zayn estaba dormido, me encerraba en el baño y descargaba todas las emociones llorando hasta que amanecía. Luego me duchaba y me acostaba, haciéndome la dormida. No podía hacer nada más.

Ese día nos habían traído las bandejas con el desayuno. Claramente no iba a comer, pero cuando me levanté para ir al baño me caí al suelo. Sabía que iba a llegar ese momento. Me solía pasar cuando estaba débil y en ese momento la palabra ‘débil’ ni se acercaba a cómo me encontraba.

Cuando no tienes ningún motivo por el que vivir nada importa. No importa la familia, no importas tú. Nada ni nadie.

No tenía fuerza alguna. Mi cuerpo llegó a tal punto que me costaba hasta andar.

Zayn corrió hacia mí en seguida y me levantó del suelo. Quería pegarle un guantazo por atreverse a tocarme.

–        ¡Suéltame! ¡No te necesito! Simplemente me he caído. –Mentí.

–        Alice, no soy idiota, aunque tú lo creas. Sé que has comido muy poco esta semana. Ahora te voy a llevar a la cama y te vas a comer todo el desayuno. –Me contestó pacientemente.

‘Ah, ¿pero has comido algo?’ –Se burló Britt. Simplemente la mandé a la mierda.

–        No, claro que no voy a hacer eso. ¡No te necesito! ¡Aparta tus manos de mí, idiota! – Grité.

Me desestresaba. Mis ojos ya estaban llenos de lágrimas. Eran incontrolables. Ésta era la razón principal por lo que había ignorado a Zayn esa semana. Sabía que si hablaba con él, me derrumbaría y lloraría sin parar.

‘Vamos, Alice, sé fuerte, no puedes demostrarle que eres débil.’ –Me dije a mí misma intentando animarme.

–        Cállate –Respondió Zayn mientras me cogía en brazos y me depositaba en la cama.

Me tumbé y cerré los ojos, como hacía siempre cuando me aburría.

–        Alice, si piensas que lo que dije antes era broma, te aclaro que estás muy equivocada. Vas a comer, quieras o no.

Me levanté, quedando sentada en la cama, y lo miré fijamente intentando parecer furiosa. Ignoré el mareo que me provocaba el simple hecho de moverme.

–        ¡No voy a comer! No tengo hambre. – Le grité de vuelta.

Simplemente quería desvanecerme para siempre. Unas semanas más sin comer y conseguiría mi mayor deseo.

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Bueno, éste es el capítulo de hoy. Siento no poder subir más. Mañana intentaré subir otro. Quedan unos siete u ocho capítulos. 

Gracias por los comentarios y los votos.

Saludos.

«SECUESTRADA & TORTURADA» © |Zayn Malik|  LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora