Es cierto que me dolió mucho, ya no solo lo que hizo, sino lo que me dijo, pero no soy una persona fría y sin sentimientos. No podía dejarlo ahí viendo cómo sufría, no lo soportaría.
Me puse el vestido blanco que tenía preparado en el armario del baño como todos los días, junto con unos tacones rojos, a juego con el cinturón del vestido.
Me peiné normal, dejando que mis negros rizos cayeran sobre mi espalda. Tan solo me puse una diadema blanca y me eché el perfume floral que habían dejado allí al igual que mi ropa y calzado. Ni si quiera sabía por qué me había molestado en arreglarme. De todas formas, cogí el botiquín para poder curar las heridas que seguramente tuviera Zayn.
Salí del baño con eso en las manos y lo dejé en el suelo, frente a Zayn. Me acerqué a las cuerdas que lo sujetaban, soltándolas. Caminé hacia la cama y me senté en el borde.
– ¿Por qué has hecho eso? –Me preguntó confuso en un tono suave.
– No me gusta ver a nadie sufriendo si puedo evitarlo. Lo hubiera hecho por cualquiera.
– Pero yo… te traté fatal, Alice. Lo siento mucho, no sé cómo pude pensar que tú eras cómplice de él. Me siento como una persona horrible. Realmente esto me está afectando de sobremanera. ¿Pegarle a una mujer? Dios, qué bajo he caído.
Se sentó en el borde de la cama. Parecía arrepentido.
– Yo soy la que tengo que pedir disculpas. Créeme cuando te digo que nunca le he hablado a una persona como te hablé a ti hoy. Estoy decepcionada de mí misma. Si mi hermano me viera ahora se avergonzaría de mí. Me he comportado como una malcriada.
– Oye, lo que dije antes… bueno, es cierto que todo lo que pasó anoche fue por obligación, pero no eres como las demás. No he sentido que lo que anoche te dije fuera por obligación. Cuando me disculpé fue una disculpa totalmente sincera. Es solo que estoy realmente sorprendido contigo. En todo el tiempo que llevo aquí he sido un completo animal y tener que tratar con una chica normal…es complicado. No me lo esperaba para nada. Es decir, cuando me dijiste que eras virgen pues, realmente no me lo creí. Antes me comporté como una bestia. Lo siento mucho. No volverá a pasar, te lo prometo. He cambiado sin darme cuenta y no me gustaría que tú lo hicieras. Eres tan dulce, alegre, inocente, hermosa, definitivamente demasiado buena. Es sorprendente encontrar una persona como tú en un sitio como este.
– Gracias. Tengo hambre.
La verdad es que lo último lo dije más para mí misma que para él. Zayn soltó una suave carcajada.
– ¿De qué te ríes? – pregunté contagiándome con su risa.
– Bueno, es que…– Y otro ataque de risa le impidió hablar–
– ¡Venga, Zayn! ¿De qué te ríes tanto?- Le volví a preguntar ahora riéndome yo también.
– Pues, es que estábamos hablando de algo tan serio y de repente dices: ‘Tengo hambre’. Dios, eres única. –dijo parando de reír pero conservando esa hermosa sonrisa. Me miró fijamente y se fue acercando cada vez más a mí. Pero cuando iba a juntar sus labios con los míos, ‘algo’ interrumpió, mejor dicho, ‘alguien’.
Estábamos en el comedor desayunando junto a mis otros ‘compañeros’, según el señor.
No hablábamos, por lo que aquello siempre era demasiado aburrido. Sofía no dejaba de mirarme. ¿Acaso le había hecho algo? Ni idea, simplemente la ignoraba. Notaba a Zayn muy incómodo. Obviamente por la presencia de su novia. A mí me daba la sensación de que a Sofía le importaba una mierda Zayn. Es decir, ¿si tanto lo quería por qué apenas lo miraba? Lo ignoraba y por eso mismo Zayn se sentía mal. Pero es que esa idiota no se merecía que llorasen por ella, como Zayn hizo. Estaba casi segura de que cuando Zayn estaba aquí en este tiempo, ella le había sido infiel. No era difícil de averiguar, puesto que, con tan solo mirarla podía darme cuenta del tipo de chica que es, la típica ‘gata en celo’.
Desde que estaba ahí, exactamente dos meses y diez días, no comía suficientemente bien. Me notaba más delgada, más débil.
Cuando terminamos el desayuno, he de decirlo, que para algunos fue exquisito, nos dirigieron, supuestamente, a nuestras habitaciones.
Para mi sorpresa, no me dejaron precisamente en mi habitación, si no que nos metieron a todos en un mismo cuarto.
Pasamos por una enorme puerta y cuando entramos en la habitación que nos habían indicado la cerraron con seguro.
Todos se miraban entre sí dubitativos, todos…excepto yo.
No sabía dónde nos encontrábamos, pero tampoco me importaba. Ya no me interesaba nada, al menos nada que no fuese salir de esa cárcel. Otra vez esa odiosa voz, sonaba retumbando por toda la habitación.
“Es hora de que obtengáis las recompensas que os merecéis los que os habéis comportado adecuadamente, y por otra parte, que también obtengáis los castigos que os merecéis por vuestro mal comportamiento. Como podéis ver, estáis en un salón de juegos, pero no es un salón de juegos normal. Os habréis fijado en que es enorme, ¿verdad? Pues es de ese tamaño porque ahí solo se realiza un juego, mi juego personalizado. Lo llamo ‘The Saw Game’. Esa película ha hecho muy bien a la sociedad. Bueno, estáis como en una especie de ‘yincana o circuito’ en el que, por supuesto, tendréis que pasar pruebas y todo eso depende de la actitud que hayáis tenido hasta hoy.
» Escuchadme bien, tenéis que entender cómo se juega. Es fácil. Seguid estos pasos: Tenéis que colocaros en la casilla de salida, cuando estéis todo allí, se os dará una pulsera a cada uno, cada pulsera tendrá un color distinto. Hay cinco pruebas, y tenéis que pasarlas en el menor tiempo posible. No todas las pruebas son iguales. Cada uno tendrá la que se corresponda con su comportamiento. Debéis cuidar de que la pulsera no se os caiga, de mantenerla siempre con vosotros, porque si llegáis a la casilla final sin la pulsera, deberéis de empezar de nuevo el juego. El primero que llegue, elegirá a un compañero del sexo opuesto para unas ‘vacaciones’ y el que llegue el último, elegirá a otro compañero del sexo opuesto para que trabajen durante 1 mes para los demás. ¿Entendido?
En cada prueba, antes de comenzar, ésta misma os dará las instrucciones del juego. ¡Buena suerte!”
Todos estábamos muy nerviosos, en realidad, este juego me recordaba un poco a la película ‘Saw’ pero si debía hacerlo, lo haría.
Nos colocamos en la casilla de salida, que estaba dibujada en el suelo, al igual que el resto. Cayeron unas pulseras desde un tubo del techo. Cada pulsera tenía un nombre y eran de distinto color. A mí me tocó una pulsera de color negro. Me fijé en el resto. Todos tenían pulseras blancas excepto Sofía, Harry y yo. No sabía si era el instinto, pero tener una pulsera negra me ponía demasiado nerviosa.
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«SECUESTRADA & TORTURADA» © |Zayn Malik| LIBRO #1
Fanfic« ¿Qué pasaría si un psicópata te encerrara en una oscura habitación con otro chico y os obligaran a tener sexo? He aquí la respuesta de Alice... » Advertencia: esta historia puede contener escenas de violencia, lenguaje fuerte y contenido sexual ex...