-II-

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El veterano capitán y toda su fiel tripulación abordaron el «Santa Mónica» con un grito feroz, entonces la tripulación del barco francés cargado de mercancías, fue sorprendido y fácilmente apresado pues no eran guerreros, ni militares y apenas sabían de lucha.

Estos fueron despojados fácilmente de todas sus valiosas pertenencias, además de la cuantiosa mercancía que transportaban.

Todas las maravillosas telas, joyas y material de costura, fueron robados por los piratas, llenando así una de sus bodegas y muy orgullosos de su hazaña, pusieron rumbo a tierras del Norte.

Allí había buenos mercados, dónde poder comerciar parte de esa mercancía y cambiarlas por víveres, además de nuevas armas para continuar su labor.

…—Padre ha sido increíble, esos idiotas franceses son unos cobardes y apenas os han puesto resistencia—Habló Zee cuando su padre le dijo que se acercase pasado el peligro.

—Ese saqueo ha sido muy fácil es cierto hijo pero no siempre es así... a veces surgirán complicaciones y morirán hombres pero recuerda esto...el valor es la mayor riqueza de un hombre.

Con el pasar de los días, el joven chico se hizo muy amigo de Tay, un joven marinero de veinticuatro años que llevaba pirateado con Willy desde los catorce.

Este no había llevado una buena vida pues su padre lo había echado de casa y había estado deambulando por las calles donde había robado para poder comer, hasta que un día, el capitán lo había encontrado y lo  había reclutado cono parte de su tripulación.

El «Alma Furiosa» contaba con treinta hombre aparte del capitán y Tay, entre ellos también estaba otro joven llamado AA de veinticinco años, el cual se ocupaba de la cocina y su hermoso ayudante de veintiuno, New, los cuales se habían unido recientemente.

El resto de hombres de la tripulación iban desde los treinta a los cuarenta años, aunque había habido varios con más edad pero ya no estaban pues habían perecido en otras campañas.

Willy se había ganado ese barco jugando a las cartas con un borracho y rico pirata llamado Pen Salazar hacía ya unos veinte años y el «Alma Furiosa» era una nave envidiada por muchos, por lo que este tenía que dormir con un ojo abierto y otro cerrado.

Nunca faltaban los motines y abordajes, intentando arrebatarselo y a lo largo de los años este se había formado una temeraria reputación.

Ya llevaban varias semanas surcando las aguas, cuando llegaron a las islas del Pacífico donde solían desembarcar y allí, Zee miró a todos lados maravillado, ya que tanto las gentes de ese lugar como sus casas le eran muy extrañas.

También sus ropas y costumbres eran desconocidas para el joven muchacho pues las veía con rareza, ya que él apenas había salido fuera de su lugar de nacimiento.

Willy y sus piratas comerciaron con las telas y las joyas que habían saquearon, llenando la despensa de víveres y ron para los siguientes meses, los cuales aún quedaban hasta el fin de campaña en otoño.

Luego de eso, todos fueron a celebrar al burdel del lugar, entonces Zee observó con asombro como su padre y a la tripulación, cantaban y bailaban, rodeados de mujeres que no dudaban en entregarse a ellos.

Varias horas después, estos ya estaban completamente borrachos, por lo que el joven creyó que esa era la peor parte, quizás por sus quince años y su inexperiencia y porque se acordaba de su pobre madre y su hermana.

Las mujeres le parecían lindas pero a diferencia de los demás, este no sentía su sangre hervir al verlas, ni tampoco le provocaban el sudor al verlas, como cuando había visto a los más jóvenes piratas sin camisa.

Tras pasar la noche allí, a la mañana siguiente, de nuevo «El alma furiosa» zarpó  y durante los siguientes semanas, se encontraron con distintos barcos a los que saquearon y robaron también.

Cuando ya llevaban cinco meses de navegación y sus bodegas estaban llenas con cofres de monedas, joyas, telas y metales con los que comerciar, entonces estos pusieron rumbo de regreso al hogar.

Una noche, cuando ya parecía que nada los sorprendería, otros piratas los abordaron mientras dormían al igual que Tay, el vigilante, el cual no dio aviso a tiempo.

Lamentablemente hubo muchas bajas pero tras una ardua lucha con sus afiladas espadas y también con encuentros cuerpo a cuerpo, lograron expulsar a los ladrones de su navío, los cuales huyeron como ratas y con las manos vacías.

Los piratas muertos en el encuentro, fueron preparados por sus compañeros de pillaje, su funeral fue digno, ya que los diez hombres que habían perecido, fueron envueltos en sábanas blancas y el Capitán les había colocado una moneda de oro en los ojos como pago para el barquero, el cual lo transportaría su alma al más allá.

Estaban todos muy tristes, eran como una familia y cuando alguien padecía siempre era muy doloroso y una gran pérdida, por desgracia ésta vez habían sido diez hombres.

Willy estaba muy molesto y castigó muy duro al vigilante por dormirse en su puesto, por lo que este se pasó dos días atado al mástil sin agua, ni comida, frente a la mirada acusadora de todos.

A pesar de ese desafortunado momento, el final de la temporada llegó y el «Alma Furiosa» regresó a Bangkok con éxito.

Todos estaban satisfechos y estaban ansiosos por repetirse las ganancias y llegar cuanto antes a sus hogares con sus familias.

Zee volvió feliz a pesar de todo, ya que por primera vez había navegado con su padre y era él, el que les tendría para contar todas las anécdotas y aventuras que había vivido, a su madre y a su hermana.

......

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16. Mi ardiente capitán -Zaintsee - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora