Ésta es la historia de temibles piratas a la búsqueda de grandes riquezas y ansiosos de cofres llenos de oro y plata, los cuales descubrirán también, que hay otros tesoros que no son de metal, sino que son de carne y hueso.
Este será el caso del val...
...-Hola precioso, anda ven aquí, me muero por amarte.
Saint se subió a la cama y gateó hasta este.
Tras atraparlo y girarlo bajo suya, el capitán comenzó acariciarlo y besarlo, llenando así su ardiente piel, lo cual hacía que este temblaba de placer, suspirando aliviado por la suavidad y delicadeza con la que era tocado.
A continuación Zee comenzó a chupar, lamer y morder sus redondos y rosados pezones, recorriendo así su pequeño y hermoso torso.
Sus pollas estaban duras y suplicantes de atención, así que ras volverlo a besar, este bajó por su torso y tras coger la polla de Saint en su mano, comenzó a marturbarla, mientras este jadeaba enloquecido por la agonizante sensación de placer que sentía.
—Cariño, relájate... haré que te corras primero, ¿ok?
Saint asintió, por lo que Zee intensificó la presión de su mano y también la rapidez del movimiento, por lo que tras unos minutos este se corrió.
—Oh Dios...ooooh siiii....
El capitán esperó a que el castaño recobrara el aliento y entonces le abrió las piernas del todo, se colocó entre ellas y comenzó a lamerlo de nuevo.
Saint estaba muy lubricado, así que ya no tuvo que prepararlo tanto pero aún así, se chupó un dedo y poco a poco lo introdujo en su agujero del castaño, mientras se retorcía gimiendo.
Cuando Saint se tranquilizó, el capitán empezó a sacarlo y a meterlo varias veces a modo de penetraciones, este pedía más y más hasta que el moreno le introdujo un segundo dedo repitiendo la operación y haciéndolo gritar aún más fuerte.
Su polla estaba suplicante también, quería atención, así que Zee puso un brazo a cada lado de los costados del castaño y se subió encima de él, besándolo y frotándose contra su bulto, simulando penetraciones y haciéndolos volverse locos de placer.
-Oh Dios...oh Dios...
Zee estaba más que listo y no podía esperar más, así que colocó su polla en la lubricada entrada de este y poco a poco la introdujo en su interior.
-¡Oh Dios, eres tan gran-deee... !, ¡Aaaaah... me vas a romper!
-Shsss... tranquilo ....aaah relájate, no pasa nada aaah- le susurró este muy sensual en el oído.
Zee con el tiempo y la práctica había aprendido a controlar su brusquedad, por lo que sus encuentros sexuales eran más placenteros para los dos y mucho más satisfactorios.
Este besó el delicado el cuello de Saint, el cual este dejó la vista y cuando este dejó de gritar, comenzó penetrarlo lentamente mientras le besaba y mordía sus hombros suavemente.
Este gemía sin control a cada penetración que el capitán le daba llenándolo por completo y calmando sus ansias, las penetraciones se hicieron más intensas y Zee jadeaba fuertemente ante el frenesí que sentía.
El chocar su polla con la próstata del castaño y contemplarlo con orgullo como bajo suya, suspiraba y gemía acaloradamente al borde de la locura, era todo un espectáculo pa este.
El capitán lo penetró una y otra vez, sintiendo morirse de gusto pues era un no parar de sensaciones que lo transportaban a un lugar mágico de bienestar.
El castaño por su parte también sentía su cuerpo desvanecerse por la intensidad que le provocaba tener al viril y hermoso hombre que amaba, metiendo su gran polla en él una y otra vez, estocada tras estocada, cada una más intensa, más profunda y más caliente que la anterior.
Ya desquiciado y eufórico por el tanto placer que sentía, no lo aguantó más y volvió a correrse en su vientre contrayendo su interior con leves espasmos incontrolados.
—Ooooh siiiii....ooohhhh...siiii....
El satisfecho Zee sonrió orgulloso y continuó penetrandolo varias veces más.
-Te amo Saint
-Y yo te amo a ti.
Finalmente Zee llegó al clímax y se corrió intensamente en el interior del castaño.
—Oooh joderrrr....esto es increíbleeee.....
Al terminar, este se bajó del exhausto castaño y ya más que relajado y satisfecho lo miró.
—¿Qué tal ha sido?
Saint que tenía sus ojos húmedos sonrió.
—Ha sido como estar en el cielo junto a Dios y los ángeles.
Zee lo besó una vez más y lugo lo abrazó fuertemente.
—Me alegro cariño, siempre haré que veas a tu Dios, lo prometo.
Dos meses después de su primera vez, Zee sorprendió a Saint con un gran ramo de orquídeas y un hermoso anillo con el que se arrodilló y le pidió matrimonio.
El castaño aceptó rápidamente pues llevaba años esperándolo, así que tras dos meses de preparativos, el enlace se hizo realidad y la pareja se dieron el si quiero en una hermosa y romántica ceremonia que nada tuvo que envidiar a las de ficción, que tantas veces Saint había simulado encima del escenario.
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Por supuesto esta fue ante toda su familia, sus amigos y el pueblo, los cuales estuvieron inmensamente felices de verlos dichosos.
Desde ese entonces, Saint y Zee recuperaron el tiempo perdido, amándose, felices y dichosos cada días, respetando sus trabajos y éxitos y junto con sus amados hijos.
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Fin
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ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTA HISTORIA. A MI ME HA ENCANTADO ESCRIBIRLA, GRACIAS A TOD@S.
