-XXXVI-

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Una nueva primavera llegó y de nuevo Zee y su tripulación zarparon al alba, para conquistar nuevos tesoros y nuevos lugares pero no llegaron lejos pues el navío de la guardia del Gobierno, los aguardaba en alta mar, tomándolos por sorpresa

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Una nueva primavera llegó y de nuevo Zee y su tripulación zarparon al alba, para conquistar nuevos tesoros y nuevos lugares pero no llegaron lejos pues el navío de la guardia del Gobierno, los aguardaba en alta mar, tomándolos por sorpresa.

Tanto el capitán como sus marineros leales de años sospecharon de los nuevos reclutas e incluso de Perth pues estaba claro que alguien se había ido de la lengua, ya que siempre hacían todo con sumo secreto y cuidado.

No pudieron hacer mucho pues sus espadas no sirvieron de nada ante las armas de los soldados, así que muertos mucho de ellos y heridos la mayoría, el Alma Furiosa se rindió y fueron apresados.

A Zee por ser el capitán y el responsable del navío y de sus hombres, lo encarcelaron a parte y los demás compartieron otro calabozo.

Todos acusaron a Perth finalmente pues era el más evidente y él que no quería navegar, este había sido obligado, además de que parecía muy interesado en deshacerse de Zee.

....-¿Has sido tu verdad, desgraciado?, ¡confiesa!,¡ tú nos has vendido!, ¿verdad?, ¿Qué te han prometido?-le gritó AA, tras verle sonreír con disimulo.

-Yo no tengo ni idea de lo que decís, yo no he sido-dijo aparentando una falsa sorpresa.

Claro que había sido él, en los días anteriores de zarpar, el jefe de la guardia había hecho un trato con él pues sabía de sus deudas de juego, sabía que su situación era precaria a pesar de ser familia de los Pruk y a cambio de un cofre lleno de monedas de oro, este contó todo lo que sabía de los «negocios» del Alma furiosa.

A pesar de no confiar totalmente en él, Zee no pensó que Perth llegaría a morder su mano, Quién le había perdonado y le había dado un techo y comida, de hecho esperaba que pudiese robarle pero nunca delatarle ante la guardia.

Anna y Pam acudieron a los calabozos a ver a Zee, donde el pobre estaba muy mal, ya que temía no poder volver a ver a sus hijos y tampoco a Saint, estaba seguro que lo ahorcarían o lo condenarían a cadena perpetua.

El jefe de la guardia, un hombre bien parecido pero muy ambicioso, llamado Mean Phiravich, tenía muy en secreto el tener a Zee en el calabozo pues sabía que podría negociar.

El jefe de la guardia, un hombre bien parecido pero muy ambicioso, llamado Mean Phiravich, tenía muy en secreto el tener a Zee en el calabozo pues sabía que podría negociar

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El desertor de Perth le había contado de maravillas de las riquezas del capitán, así que este esperaba poder sacar tajada sin meter al gobernador.

Anna intentó convencerle para que soltase a su hijo y a los demás pero después de hablar largas horas con él y ofrecerle oro, plata, joyas pues eso lo obtendría por otra vía, entonces esta llegó a la conclusión de que requería otro tipo de pago.

El jefe Labort quería poseerla y a su hija también, a cambio de la libertad de los hombres del Alma pero Zee tendía un precio mayor que aún no sabía.

Anna no le dijo nada a su hijo y lo habló con su hija, entonces juntas acordaron que debían acceder a las peticiones pues sino no podrían convencerlo de liberarlo a él.

Así que madre e hija accedieron a acostarse con el jefe de la guardia, siendo rimero Anna, la llena de repugnancia y asco se sacrificó pues valía la pena.

Labort liberó a la mitad de los hombres alegando que tras interrogantes eran inocentes y el resto de los hombres, los liberó después de poseer a Pam días después.

...-Bien Labort, gracias por liberarlos a todos, mi sobrino puedes quedártelo de momento, ahora hablemos de la libertad de mi hijo.

-Querida Anna, el capitán es muy valioso, tiene que ser un alto precio a pagar, me lo pensaré.

Perth se quedó encerrado pues tanto Anna como Pam no respondieron por él y Labort accedió a ahorrarse el cofre de monedas, ademas de que necesitaría un culpable, a alguien a quien juzgar, si las cosas se ponían feas.

Aún así, Anna quiso verle la cara al mal agradecido antes de irse.

...-Gracias tía por venir... ¿me van a soltar?, todos se han ido y yo sigo aquí ¿sabes por qué?.

-No me des las gracias y no me llames tía, yo ya no te conozco... tú no eres mi sobrino, eres un mal agradecido y un desgraciado y ojalá te pudras... te acogimos, te pagamos todo, mi hijo te perdonó tu engaño y se lo pagaste traicionándolo, te mereces estar ahí, pudriendote.

-¡Tía!... ¡tía!...¡Tíiiiaaaa perdóname!, ¡no me dejes aquí...!- gritaba​ desesperado este al verla irse pero esta no miró atrás ni una sola vez, al contrario sonrió pues con los Pruk no se jugaba y quedar libre de pagarlo.

!- gritaba​ desesperado este al verla irse pero esta no miró atrás ni una sola vez, al contrario sonrió pues con los Pruk no se jugaba y quedar libre de pagarlo

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16. Mi ardiente capitán -Zaintsee - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora