-XXXV-

289 67 16
                                    


Zee escucho todo lo que a su primo se le ocurrió pero nada le convencía ya.

....—Mi paciencia se está agotando Perth, ¡quieres dejar de mentir por una vez en tu vida!.

—Pero no sé que más decirte, esa es la verdad.

—¡No te creo nada!, ¡eres un maldito embustero y todo lo que sale de tu boca es una jodida basura!.

El capitán se levantó furioso y cogió a este por un brazo para echarlo de su casa de una vez por todas.

—E-Espera espera, está bien....Está bien, te diré la verdad.

Zee lo soltó bruscamente y se cruzó de brazos.

—Lo perdí, lo perdí todo jugando, ¿Ok?

—¿Lo ves?, no era tan difícil

—¿Lo sabías?.

—Por supuesto primo, yo tengo ojos y oídos en das partes...sabía desde hace semanas que un jugador como tu no tardaría en confesar si te presionaba con dejarte sin nada.

—Oye ten piedad mi, no me eches,  no tengo a donde ir... por favor haré lo que quieras.

El capitán lo pensó detenidamente.

—Ok, quiero que dejes de quitarle mi dinero a mi madre, quiero que dejes tu vida de juego y te pongas a trabajar a mis órdenes​...zarparemos en primavera.

—Pe-Pero yo no sé n-nada de barcos.

—Puedes lárgate y buscarte otra cosa.

Perth resopló molesto.

—Ok, ok, está bien, está bien Zee, haré lo que dices.

—Bien...ahora puedes irte, hemos acabado.

Perth salió del despacho de su primo muy, muy molesto, no le hacía ninguna gracia trabajar para ganarse su parte y mucho menos no tener dinero para jugar hasta entonces pero tampoco podía irse, no tenía nada y había maleantes que lo buscaban pues les debía dinero.

En su despacho, Zee sonrió satisfecho por la confesión de su primo pero pronto Saint vino a su mente, preguntándose cómo estaría y si aún seguiría tan amargado y arisco.

En su despacho, Zee sonrió satisfecho por la confesión de su primo pero pronto Saint vino a su mente, preguntándose cómo estaría y si aún seguiría tan amargado y arisco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


(...)

Saint estaba en su camerino quitándose todo el maquillaje y pensaba en Zee, siempre pensaba en él.

Hacía ya varios meses que lo había visto zarpar y desde ese día había trabajado duro para poder reunir el dinero y poder viajar a Bangkok

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hacía ya varios meses que lo había visto zarpar y desde ese día había trabajado duro para poder reunir el dinero y poder viajar a Bangkok.

Esperaba llegar a tiempo y poder detener a Perth y contarle a este sobre su primo, no podía permitir que le destruyese la vida y la de su familia.

Seguro pronto empezaría la campaña de nuevo y la casa y la fortuna de Zee quedarían a merced de este cuando el Alma Furiosa partiese.

Ese objetivo había ayudado a que toda su tristeza, todo su miedo se convertiese en rabia y esa rabia iba dirigida a  su ex y le haría pagar por lo que le hizo y pagaría aún más si les hacía algún mal a los Pruk.

Cada noche, este revivía su encuentro con el guapo capitán y se arrepentía por ser tan necio y estúpido por no atenderle, por temerle, este no lo iba a forzar, si hubiese querido eso ya lo habría echo antes y nunca lo hizo, siempre lo respetó.

También pensaba en Samantha, la que había creído viva, lo cierto es que no podía creer que se hubiese muerto y que pariese a tres hijos, aunque seguro eran tan hermosos como su padre y como ella.

No podía evitarlo, a pesar del tiempo, su amor por Zee seguía vivo en su corazón, tan vivo como el primer día en que empezó a amarlo sin darse cuenta, por eso no podía permitir que ese desgraciado de Perth le hiciese daño.

En cuanto tuviese suficiente dinero pagaría un pasaje y también tendría que pagar algún hombre fuerte que lo protegiese hasta allá, por eso necesitaba mucho dinero.

Este soñaba con volver al lado del capitán aún después de haber dicho que jamás regresaría pero las cosas habían cambiado, él había cambiado.

No esperaba que este lo amase, eso lo esperó durante años y no sucedió pero si que lo ayudase y lo acogiese en su familia y su tripulación de nuevo.

Se conformaba con vivir a su lado ahora que su esposa no estaba, aunque podría ser que este se buscase otra esposa y madre para sus hijos o quizás ya la tuviese pero ésta vez lo soportaría, ya estaba cansado de dar tumbos y no quería vivir más lejos de él.

Ya creía que no ser digno de nada, estaba ultrajado y le había sido arrebatada su virginidad, la que con tanto sacrificio guardó por Dios, sus creencias, sus votos y por no amar a otro hombre que no fuese el capitán, nunca se había entregado totalmente a Perth.

Eso ya no servía de nada, en cuanto tuviese ocasión le cortaría los huevos a Perth y el capitán tendría que ayudarlo a llevar a cabo su venganza, aunque fuese su primo, en cuanto se enterase de lo que le había hecho y en cuanto lo desenmascarase, seguro que Zee no iba a dudar en prestarle ayuda.

Eso ya no servía de nada, en cuanto tuviese ocasión le cortaría los huevos a Perth y el capitán tendría que ayudarlo a llevar a cabo su venganza, aunque fuese su primo, en cuanto se enterase de lo que le había hecho y en cuanto lo desenmascarase, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


.........

No olvidéis votar y comentar

16. Mi ardiente capitán -Zaintsee - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora