-XLII-

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Durante el tiempo que faltó para la boda, el capitán apenas estuvo en su casa pues no quiso encontrarse con el castaño, le dolía demasiado verlo llegar con bolsas, ultimando preparativos e incluso oír hablar a su madre y a su hermana de cosas sobre el enlace.

Este se mantuvo entre beber en la cantina y como buscar otra fuente de ingresos pues ya piratear había vuelto imposible, no quería morir en la horca..

Tuvo varias reuniones con su tripulación, los cuales tuvieron ideas dispares pero la de hacerse comerciantes de telas, antigüedades y pescadores fueron las más votadas.

La verdad es que el capitán aún tenía una considerable fortuna, aunque le extrañaba, ya que supuestamente su madre había pagado las fianzas de todos.

Tenía de sobra para no tener que trabajar en el resto de su vida pero él no servía para estar quieto, así que finalmente decidieron usar el Alma Furiosa con fin mercantil.

Transportarían mercancías a otros lugares y traería mercancía de los otros lugares a Bangkok, lo que con el tiempo había adquirido el nombre de  importación de mercancías.

Todo sería legal y aunque tendría que entregarle una parte de las ganancias al gobernador, tenía que pensar en su familia y en sus hijos pues lo necesitaban vivo.

El día de la boda llegó y todos fueron a la ceremonia menos él, por ello Anna estuvo muy triste ya que lo veía sufrir mucho pero no podía contar nada a Saint pues lamentablemente el castaño tenía que cumplir su parte o perdería a su hijo.

Ese día, el capitán no paró de beber encerrado en su despacho, sentía un inmenso dolor pues no entendía como este que había sufrido tanto con Perth, se podía casar con alguien que apenas conocía.

...—¿Por qué?, ¿Por qué?, yo t-te amo, y-yo curaría tus heri-das, ¿Por qué no t-te fijaste en mi?, eh ¿Por q-qué?.

Cuando tuvo suficiente, este se fue a la cantina, dónde siguió bebiendo acompañado de todos los que estaban allí

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Cuando tuvo suficiente, este se fue a la cantina, dónde siguió bebiendo acompañado de todos los que estaban allí.

Unos sabían que el capitán estaba así por el castaño, otros pesaban que era por la celebración de sus negocios pero a él le dio igual, finalmente inconsciente y sus amigos lo llevaron a casa.

Mientras, en la ceremonia, Saint todo el rato pensó en que Zee no apareciese pues sino no podría casarse, ya que si lo veía, su corazón no le dejaría cometer esa locura, aún así no dejó que nadie notase su pena.

Mientras, en la ceremonia, Saint todo el rato pensó en que Zee no apareciese pues sino no podría casarse, ya que si lo veía, su corazón no le dejaría cometer esa locura, aún así no dejó que nadie notase su pena

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Phiravich estaba pletórico, en serio se había enamorado de Saint y aunque en un principio le había gustado físicamente, con el trato de esos días, le terminó de encantar.

El castaño lo apreciaba pues descubrió que era un hombre muy atento y cariñoso con él, aunque él jamás podría enamorarse de nadie que no fuese Zee pues desde años atrás este ocupaba su corazón.

Tenía claro que ellos jamás estarían juntos, ya que pronto Zed buscaría compañera y él estaría feliz por él, ante todo era su amigo y se alegraría por su felicidad, además esos niños necesitaban una madre.

Al terminar la fiesta, estos fueron a casa de los Pruk y recogieron todas sus cosas para irse a la de su ahora esposo y aunque no lo vio, sintió pesar pues sabía que este seguía molesto con él.

Durante las siguientes semanas, Saint estuvo bastante tranquilo pues Mean era bastante comprensivo y lo trataba con cariño y sorprendentemente lo entendía.

A pesar de ello, el castaño intentó superar sus miedos pero no pudo, no podía amarlo, lo que sentía por Zee era demasiado fuerte y ocupaba sus pensamientos, sus anhelos, sus fantasías, su corazón, este estaba en todas partes, era enfermizo

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A pesar de ello, el castaño intentó superar sus miedos pero no pudo, no podía amarlo, lo que sentía por Zee era demasiado fuerte y ocupaba sus pensamientos, sus anhelos, sus fantasías, su corazón, este estaba en todas partes, era enfermizo.

Después de tres meses, el jefe de la guardia empezó a sospechar que algo pasaba y a pesar de que muchas veces Saint le había dicho que era por su violación y decía que todo pasaría, no era así.

Al fin llegó el día del juicio de Perth y este iba a ser trasladado por Phiravich y sus hombres pero todo salió mal y de un momento a otro, este consiguió hacerse con el arma del jefe, mientras se lo llevaba a rastras.

...—¡Estás muerto Tanapon!, ¡No saldrás vivo de esto!.

Este sonrió con maldad pensando en que Saint estaría en la casa de estos de lo más tranquilo.

—Puede que así sea, estúpido pero yo no moriré solo, me llevaré conmigo a mi lindo pero mamonazo ex novio.

—Puede que así sea, estúpido pero yo no moriré solo, me llevaré conmigo a mi lindo pero mamonazo ex novio

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.....

Ya quedan pocos episodios de esta apasionante historia.

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16. Mi ardiente capitán -Zaintsee - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora