-XXXIV-

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Peth se adaptó muy rápido a la buena vida, gracias a el buen techo, la buena comida y dinero en sus bolsillos, para la renovación de su vestuario y sus vicios.

Con un poco de labia y cuatro alabanzas, este conseguía todo lo quería de su tía Anna, sin embargo con el pasar del tiempo Zee supo por otros que este se jugaba el dinero y casi siempre perdía, por lo que empezó a ver verdadera la versión de Saint.

Estaba por decírselo a su madre pero de repente esta cayó enferma y como estaba encantada con su sobrino, no pudo hacerlo pues no quería causarle más mal.

Luego de un mes, no contento con todo lo que tenía, Perth mintió a Anna con un falso negocio que pondría a funcionar de inmediato y que lo haría un hombre rico, entonces ella ignorante de sus engaños y cegada por el amor que le tenía, le prestó la gran cantidad de dinero muy confiada.

Tan pronto este tuvo el dinero en su poder, desapareció sin dejar rastro y fue hasta pasados dos días que Zee se enteró de lo sucedido y se enfadó con su madre por no consultarle.

...-Madre eres muy confiada, apenas sabemos de él.

-Hijo, mi sobrino me dijo que era para poner en marcha su negocio, que luego nos lo devolvería

-Mamá, Perth tiene problemas con el juego, allá en Corea me contaron que arruinó a Saint y lo dejó sin nada antes de abandonarlo pero tonto de mi no lo creí, yo creí en él como tú ... todo lo que sale por la boca de tu sobrino es mentira, lo siento mamá pero si regresa tendrá que irse.

Anna asintió con lágrimas en los ojos, ella le tenía mucho cariño, su sobrino era su sangre, era como uno de sus hijos pero había abusado de su confianza y necesitaba una lección.

Una semana después, el pródigo apareció en la puerta de los Pruk, todo magullado y muy mal herido, así que a pesar de estar molestos, volvieron a compadecerse de él y nuevamente lo acogieron en su casa.

Este les contó el cuento de que unos hombres lo habían asaltado y quitado el dinero reteniendolo para quitarle información sobre Zee y sus "negocios comerciales" y como no les dijo nada, le pegaron una paliza y después lo soltaron.

El capitán no sabía si creerle, más bien pensaba en que se lo había gastado todo y por las deudas que tenía, los hombres se las habían cobraron con golpes.

Sin embargo, una parte de él pensaba que quizás fuese cierta pues su madre le había dicho lo de que querían averiguar sus negocios y que la piratería estaba muy castigada y perseguida.

Cuando este estuvo recuperado del todo, el capitán le pidió explicaciones de nuevo, así que lo llevó a su despacho para tener una larga conversación con él y tomar decisiones.

...-Bien estoy esperando Perth, cuéntame toda la verdad o saldrás ahora mismo de mi casa-dijo este primeramente bastante tranquilo.

-Pero primo de mi corazón, ya les dije la verdad, con el dinero que me dio mi tía me dirigía a cerrar el trato con el hombre en el pueblo y me asaltaron y me quitaron el dinero... me raptaron y durante unos días, me daban palizas por no contestar a sus preguntas sobre ti y tus hombres.

-¿Qué clase de negocio era ese?, ¿Quién era esos hombres?.

-Emm...era con un hombre millonario extranjero que quiere invertir en el pueblo, no lo conoces.

-¿Qué clase de negocio era?-preguntó este ya perdiendo la paciencia.

-Emm era de t-telas, si eso... íbamos a abrir varias tiendas de telas, yo conozco mucha gente en Francia y el pondría el resto del dinero.

-Ah ya veo...Y cuéntame, ¿cómo eran esos hombres?, verías algo, escucharías, algo ¿no?.

Perth pensó por unos instantes que decir.

-No sé, hablaban raro... no entendí nada y bueno me ataron y me taparon los ojos.

-Pero si no los entendías, ¿cómo es que te preguntaban sobre mi?.

El mentiroso hombre estaba empezando a sudar pues su primo se estaba poniendo muy preguntón y se le estaban acabando las ideas.

-No sé, no lo recuerdo....sólo alcancé a entender "Zee Pruk", "barco", "tesoro" pero no dije nada primo y luego me pegaron y ya no me acuerdo...cuando me desperté ya se habían ido y vine andando hasta aquí

Al paso de los minutos, Zee ya no se creía ni una sola palabra de su primo pues cuando llegó a su casa de nuevo había dicho que le habían hecho preguntas y lo habían golpeado y que él no dijo nada y ahora había cambiado su versión y no sabía cuál era la verdadera o que quizás ninguna lo era.

Finalmente dio un golpe en la mesa, harto de escucharlo.

-Creo que mientes y no estoy dispuesto a alimentar ni resguardar mentirosos en mi casa, cuéntame toda la verdad o ya sabes lo que te espera.

-P-primo esa es la v-verdad, lo juro.

-¡No!, ¡no lo es!, ¡habla!.

Perth se vio acorralado pues no quería renunciar a esa buena vida, al menos no por el momento.

-Está bien... te contaré toda la verdad pero no creo que te guste escucharla... solo prometeme que a pesar de todo no me echarás, ni me delatarás.

Zee lo pensó por unos segundos y luego asintió.

-Está bien, habla pues...

.....

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16. Mi ardiente capitán -Zaintsee - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora