Capítulo 6: Mi pijamada con Lili.

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- ¡Pst! ¡Bobo!

Era de noche, muy noche algo así como las 12:00 a.m. y se empezaron a oír esos típicos sonidos liliosos, pero de pronto oí un gran golpe en la ventana, abrí las cortinas y un peluche de pulpo con ventosas estaba pegado en el vidrio.

- ¿Ya no sabes cómo llamar mi atención verdad?

Le pregunté a Lili la cual estaba del otro lado en su ventana.

- ¡Ya! No te hagas el interesante y dime rápidamente que fue lo que pasó entre Noé y tú.

Dijo muy emocionada, sus grandes ojos azules brillaban de la emoción.

- ¿Funcionó mi plan? ¿Se besaron? ¿Pasó algo más? ¡Dime ya!

- ¡Ay cosita atolondrada! Pasó eso y más.

Explotó, en verdad explotó de felicidad.

- ¡SIIIIIIIIIIIIIIIII! ¡Sabía que el idiota era gay! Ja-ja, mamá me debe unos cuantos billetes.

- ¡¿Apostaste con tu madre a qué tu hermano era gay y me usaste para comprobarlo?!

Pregunté sorprendido.

- Sí, ¿Algún problema?

Preguntó sin inmutarse, como si lo que acabara de decir fuese lo más normal del mundo. Reí.

- Para nada, por esta vez me gustó ser usado.

- ¿Qué dijiste? No te oí.

- ¡Qué me gustó ser usado!

En ese momento iba pasando la señora Margaretta, la vecina anciana y sumamente conservadora del otro lado de mi casa, nos miró con cara reprobatoria, Lili estaba que se moría de risa mientras yo estaba que moría de pena.

- Lo siento señora Margaretta, iré a gritar mis cosas pecaminosas a otro lado no se preocupe.

La señora Margaretta no dijo nada, se fue caminando ignorandonos.

- Oye ¿Lo puedes decir más fuerte? Creo que su gato no te escuchó.

Dijo Lili entre risas.

- ¡Ay! Te quiero chismear.

Quería contarle todo el chisme a Lili, pero no podía gritarle todos los detalles con lujo de ventana a ventana, pero hora que lo pensaba la ventana de Lili estaba muy cerca a la mía, tanto que no sería nada difícil brincar hacia su habitación.

- ¿Podré brincar hacia tu habitación?

- Seguro, y si te caes sé primeros auxilios.

Me paré en el pie de la ventana y sólo bastó de un pequeño salto para llegar al pie de su ventana y meterme dentro de su habitación.

- Creí que era más difícil saltar de mi casa a tu casa.

Miré a mi alrededor, su habitación se parecía mucho a la mía, paredes lisas color blanco, detalles en azul añil y gris ¿En verdad era la habitación de una mujer? No había nada femenino ni rosa en aquel lugar.

- Justo como lo pensé, tu habitación es más masculina que la mía.

Me tapó la boca.

- ¡Shh! Si mi hermano te oye aquí arriba estoy muerta, sería capaz de poner barrotes en la ventana.

Tocaron a la puerta.

- Lili ¿Por qué tu luz sigue prendida? Ya pasan de las 12:00 a.m. ya es hora de dormir.

Realmente Noé la trataba como una niña pequeña, Lili puso los ojos en blanco, se levantó y apagó la luz.

- ¿No me vas a dar mi beso de buenas noches?

Entre hermanos ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora