Capítulo 8

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April

Estaba en clase de historia y Ryan estaba aquí, pero seguía evitándome.

Me sentía culpable por su labio roto y su nariz, no sabia que hacer, solo recuerdo que me desquite con Lance en la primera hora, empecé a gritarle y a golpearlo en el pecho culpándolo de todo lo ocurrido.

Pero no de eso traería a Ryan de vuelta, sentía un vacío, no podía dormir y comía muy poco, extrañaba que alguien me llevará la contra, que me corrijiera al hablar y decirme lo obvio de la vida.

Lo mire fijamente y nuestros ojos hicieron contacto, sentía que iba a llorar, Ryan se dió cuenta y apartó la mirada.

Yo también lo hice y empecé a tomar apuntes, la clase fue eterna.

Ryan

–Ryan, detente por favor– April me tomó del brazo –No puedo más, ¿Qué pasó?¿Qué hice?– tenía los ojos cristalizados y se veía cansada.

–April, no hiciste nada... Soy yo...– me quise soltar pero ella no me dejó.

–¿No entiendo?– evadi su mirada.

–No quiero problemas April, tu eres un una de ellos– April tenía la boca ligeramente abierta –He cambiado gracias a tí pero... Tu no debes cambiar, te alejaste de tu grupo, ya no te ven como antes, sino como "La nerd" y es mi culpa– ella soltó una risa sarcástica y me llevó hasta la enfermería.

–¡Eres un tonto!– se acerco a mí y me abrazo –yo no quiero ser "popular" yo quiero estar contigo y si eso me hace una nerd no me importa.

–¿Por qué?– por fin la miré a los ojos, esos hermosos ojos color cielo, ella arrugó su frente y me sonrió.

–Porque tú eres un amigo de verdad... Aunque actuaste como un idiota al dejarme así– arrugó la frente de nuevo.

–¿Sabes que si te ven conmigo serás una "Nerd"?– ella asintió –¿y no te importa?– negó –Estas loca.

Ella me sonrió, limpié algunas de sus lágrimas con mi suéter y April me miró... Parecía una eternidad hasta que no pude aguantar más y le di un abrazo.

–Te extrañé pequeña– susurré sobre su cabeza.

April

Ryan y yo por fin habíamos arreglado las cosas, después de clases caminamos hasta la cafeteria de la esquina, tomamos café y fuimos a casa de Ryan.

–Mamá ¡ya llegué!– Ryan me sonrió.

–En la cocina– ella estaba como la recordaba, tenía peinado un moño enmarañado con unos cuantos cabellos rebeldes cayendo por su rostro.

–Mamá– Ryan se aclaró la garganta y su madre volteó.

–¡April!– dejo el helado de chocolate en la mesa y corrió hacia mí.

–Señora White– le correspondi el abrazo y Ryan sonrió.

–Gracias por mi abrazo– Ryan le hizo una mueca a su mamá.

–¡Oh mi niño!– le dio un beso en la mejilla.

–Estaremos arriba– su madre solo asintió sonriente.

April

–Así que... ¿Ya tienes tu carta?– le pregunté a Ryan, se encontraba distraído con esa cámara suya mientras yo leía los comics.

–Mmm... No– vi un flash, parpadeé un par de veces y sonreí; me sacó otra foto, empecé a hacer muecas y el solo reía mientras sacaba las fotos.

–Ya– tape mi rostro–¿Porque aún no la tienes?– volví a preguntar.

–No se que escribir– me confesó.

–¿Una aventura?– sugerí, pero él negó.

–¿Y tú?– me preguntó, esta vez yo negué, estaba esperando las vacaciones para poder viajar.

–Interesante– dijo Ryan mientras miraba las fotos.

–¿Cómo están?– me levanté y me acerque a él.

–Lindas– sonrió y me las mostró.

–Me veo tonta– apoye la cabeza en su hombro avergonzada.

–Talvez lo seas...– me miro de reojo y sonrió, lo miré enojada y le di un golpe.

–Tu también lo eres– le saqué la lengua.

–Que madura...– negó con la cabeza mientras yo le acariciaba el brazo, una leve sonrisa se hacía notoria en su rostro mientras yo volvía a mi sitio.

Ryan

April y yo nos habíamos quedado dormidos en el suelo, ya no sentía mi hombro, su cabeza pesaba y ya era tarde.

–April– le susurre al oído, no respondió –April– la móvil un poco.

–No...– susurró ella –Ryan– balbuceó, le di un beso en la cabeza y la levante del suelo para ponerla en la cama.

Estaba por ir a la cocina pero ella me agarro del brazo.

–No te vayas– cerró los ojos y se acomodo en la cama.

–Duerme, mañana estaré contigo– dije algo nervioso.

–Duerme conmigo– ella tenía los ojos cerrados y se la notaba cansada. Por lo que me había dicho últimamente no había podido dormir.

–¿Segura?– la mire dudosa.

–Si– me susurró, me hizo espacio en la cama y me acurruque junto a ella.

Realmente estaba cómodo, mas cuando April me rodeó con su brazo y yo pase mi mano por su cintura, como esa primera noche que dormimos juntos en su casa.

Extrañaba tenerla cerca.

Definitivamente no la alejaría de nuevo.

No importaba el riesgo de llegar a enamorarme de ella.

Bueno, no es este instante.

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