Caí En Tu Amor

Especial de Navidad

Ryan

La universidad era dura, tenia que estudiar para los finales que venían, se acercaban las fiestas y mama llamaba cada día para saber si iba a llegar a casa para Navidad.

Mi cabeza estaba hecha un lío y necesitaba algo para calmar el estrés.

Salí de mi apartamento y camine por las frías calles, se encontraban llenas de nieve y soplaba un viento demasiado fuerte.

No dure mucho hasta entrar en la biblioteca, no habían demasiados estudiantes, estaban haciendo una fiesta no muy lejos de aquí y todos se encontraban en ella.

Camine por los pasillos de la biblioteca y tome uno de los libros de anatomía.

—¿Estudias medicina?— di un salto de susto y me di la vuelta para ver a April.

Tenía las gafas puestas y tenía un gorro de lana en la cabeza, su cabello salía enredado por los lados, realmente estaba hermosa en invierno.

Me gustaba verla todos los días, siempre salía con botas, abrigos y bufandas.

—Si— respondí sin aliento, el frío estaba congelándome.

—Yo también— dijo y giró su vista hacia los libros —¿Que año vas?— me volvió a dirigir la mirada.

Ella se veía muy calmada y sonriente, me sorprendía no verla en la fiesta de esa fraternidad.

—Voy en primer año pero estoy en cursos avanzados— ella empezó a frotarse las manos y caminamos un por los pasillos llenos de libros.

—Yo voy en el segundo— me codeo —Tal vez logres alcanzarme— me muestra una sonrisa brillante y no puedo hacer otra cosa más que devolvérsela.

—¿Qué harás en las fiestas?— le preguntó y espero que ella no se sienta rara, ya que me conoce de poco y yo de demasiado.

—Mi madre se fue a Hawai con su novio para las fiestas, mi hermana lo pasara en New York y yo creo que me quedaré aquí.

—¿Hawai eh?— ella asiente y nos sentamos en una de las mesas del centro.

—Quería salir de Indiana...— lleva su mirada al libro y yo me siento incómodo por el silencio.

—Yo también soy de Indiana— April levanta la vista.

—¿En serio?— asiento y ella me mira curiosa —Te me haces familiar...— sonrio tristemente y veo cómo sus manos tiemblan por el frío, se han puesto coloradas.

—Déjame...— sin terminar la frase dejo el libro a un lado y me acerco a ella para tomar sus manos con las mías, hemos hablado muy pocas veces y ella tal vez piense que es raro que me esté acercando tanto a ella.

—No tienes que...— April se ruboriza y froto sus manos para calentarlas.

—Ya está— digo dándole un ultimo soplido para que sus manos estén calientes.

—Gracias— separa nuestras manos y vuelve a tomar su libro, estamos así un par de minutos hasta que se levanta y mi corazón se estruja por solo pensar que tiene que irse —¿Quiere ir por un... por un café?— primero me asombro, segundo asiento y tercero me levanto para acompañarla.

Tomar café es costumbre nuestra, siempre lo hacíamos juntos.

Qué tiempos...

*

Tome lugar a su lado y disfrutamos de un buen café, me gustaba tener su compañía, raras veces podía tenerla.

Después de salir de la cafetería la invite a ir a mi apartamento. Hacía demasiado frío como para que la dejara irse sola por las calles.