Capítulo 3

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Capítulo 3

La señora Lopez consultó su reloj de bolsillo color plata de manera ceremonial, intercambié una mirada divertida con Quinn.

—Es hora de abrir —anunció.

Así pues el letrero cambió de "cerrado" a "abierto" gracias a Tina, la música instrumental se encendió cuando Rachel accionó un control remoto y desde la barra se escuchó la cafetera siendo manipulada por el guapo de ojos marrones.

—Por aquí por favor —pidió la elegante mujer y nos condujo a una mesa frente a la vitrina de pasteles.

Instantes después apareció el chico con una tetera y tres tazas, sirvió el humeante líquido rojo con aroma frutal y se retiró.

—Me sorprendió mucho ver tu nombre solicitando un puesto Quinn Fabray, pensé que tu padre te hacía trabajar con él —comenzó a decir la mujer.

—En realidad señora Lopez solo soy una ayudante ocasional, mi padre tiene sus propios trabajadores y no estoy muy interesada en sus negocios—informó Quinn.

—Si, lamentablemente los hijos nunca están interesados en lo que hacen sus padres —dijo con un suspiro y le dio un sorbo a su té.

Luego añadió:

—Señorita Pierce confío en que su madre está recuperándose de ese desafortunado accidente de automóvil.

Lima es un pueblo pequeño por lo que no debería sorprenderme que esa mujer supiera detalles de nuestras vidas personales pero lo estaba, estaba sorprendida porque yo apenas conocía alguna cosa de los habitantes y eso por los comentarios ocasionales que papá hacía durante la cena que usualmente tenían que ver con problemas legales ya que él es abogado.

—Pronto le quitarán el yeso de la pierna —respondí.

—Me alegro, bueno estuve revisando sus solicitudes y no veo ningún motivo por el cual no deba contratarlas además lucen bien con el uniforme —dijo sin más.

Levanté las cejas sorprendida, ¿Eso era todo? Pensé que obtener el trabajo sería más complicado, la dama sacó dos montones de papeles que nos pasó a cada una. Era un contrato del cual apenas leí algunas líneas y firmé, también estaba el reglamento del establecimiento y un calendario del mes de octubre detrás del cual había una lista de alimentos.

—Como acaban de leer, el contrato es por seis meses, 30 horas a la semana, los horarios se renuevan cada mes y pueden consultarlo con la encargada que en este caso es Rachel Berry, espero que puedan seguir las normas al pie de la letra, cualquier infracción será castigada con descuento en nómina —informó con una sonrisa que pretendía ser amable pero que a mí me pareció más bien depredadora.

Recogió los contratos firmados.

—Bienvenidos a Breadsticks muchachas, cuando terminen su té pueden concretar los detalles de sus horarios con Rachel y luego retirarse —dijo Maribel levantándose.

Le di un sorbo a mi té quemándome la lengua en el proceso.

—Tengo la sensación de haber firmado un pacto con el diablo —se quejó Quinn fingiendo un escalofrío.

—Recuerda que tú nos metiste en esto —dije estudiando el calendario.

Tina se acercó hasta nosotras con un vaso con hielo y unas pinzas de aluminio.

—¿Muy caliente? —preguntó con una sonrisa.

—Muchas gracias Tina —conteste.

—Por nada —dijo simplemente y se marchó.

—Ella es bonita —comentó Quinn.

—¿Ahora te gustan las asiaticas?

—Tonta lo decía por ti.

La miré con cara de circunstancias, a veces Quinn podía ser tan densa. En cuanto la señora Lopez se retiró del establecimiento todos los empleados parecieron relajarse, incluyéndome. Tina recogió la bandeja con el té y Rachel se sentó frente a nosotras para afinar detalles.

—Entonces eso sería todo.

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