Capítulo 4

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Capítulo 4

En la entrada de Breadsticks había una figura agachada con un impermeable, murmuraba cosas sin sentido y de vez en cuando soltaba una maldición, me acerque a la figura con mi paraguas en la mano.

—¿Hola? —salude con timidez.

La figura levantó el rostro y sonrió, era el chico guapo de ojos marrones.

—Buenos días, llegas temprano uh Brittany ¿Verdad? —fue su respuesta.

—Si, en realidad faltan dos minutos para las siete y media.

Él abrió mucho los ojos y soltó otra maldición.

—Es la tercera vez en la semana que pierdo las llaves, Lopez va a matarme.

El muchacho siguió buscando en su mochila de color negro hasta que se levantó con una enorme sonrisa de dientes blancos.

—¡Aquí están! ¡Gracias universo! —exclamó contento elevando sus manos al cielo.

Abrió las puertas de cristal, encendió las luces y caminó hasta el mostrador. Lo seguí de cerca.

—¿Cómo te llamas? —pregunte mientras el chico conectaba todos los aparatos eléctricos incluyendo la cafetera.

—¡Ah! Disculpa que no me haya presentado, Noah Puckerman a tu servicio —contesto extendiendo su mano derecha.

—Encantada —dije y estreché su mano.

—Tina es la encargada de tu capacitación pero mientras llega puedo indicarte dónde está todo.

—De acuerdo.

El mostrador consiste en una barra de color negro donde se puede ver la caja registradora, a la izquierda se encuentra la vitrina de pasteles, a la derecha está la cafetera y el molino de café, enseguida hay una pequeña puerta que se disimula bastante bien dando la impresión de ser parte del mueble. Noah me hizo pasar para enseñarme que debajo del pizarrón donde se anota el especial del día hay una amplia y alargada mesa de color rojo que está recargada en la pared del fondo, ahí se preparan los alimentos salados (sandwich, crepas, papás a la francesa, etcétera) Junto a este había un fregadero y justo a lado dos enormes refrigeradores. Cerrando el perfecto rectángulo en el extremo derecho había una barra de color morado donde se preparan las bebidas frías (Frappes, malteadas, limonadas, etcétera) y a la izquierda se encontraba una puerta.

—Y detrás de esta puerta gris... —comenzó a decir Noah pero se detuvo cuando vio a alguien atravesar el umbral.

—Buenos días —saludo Tina.

Detrás de ella venía una chica morena que reconocí al instante, era la idiota con la que tropecé la semana pasada, oh no.

—Buenos días Puckerman, ¿Y tú eres? —cuestiono mirándome con frialdad.

—Brittany Pierce.

—Pierce, mi nombre es Santana Lopez y soy la encargada de este turno.

¿Lopez? ¿Cómo Maribel Lopez la dueña de la cafetería? Oh, vaya. La morena se detuvo frente a mí y me inspeccionó de arriba a abajo, me sentí inquieta, los ojos de Noah eran tan diferentes a los de Lopez, mientras los de Puckerman reflejaban amabilidad y travesura, los de Santana eran todo malicia y descaro.

—¿No sabes atarte la corbata de moño? —pregunto sarcástica.

Mire hacia mi cuello y note lo desarreglado que estaba aquel accesorio, nunca me gustó usar ropa tan formal. Negué con la cabeza y ella suspiró, luego se inclinó hacía mí para atar el lazo correctamente. A esa corta distancia podía apreciar su aroma a menta que se me antojo refrescante y pude ver lo delgados y rosados que eran sus labios, Santana se alejó.

—También tendrás que hacer algo respecto a tu cabello —sugirió.

Levantó su mano derecha y por un instante pensé que pasaría sus dedos por mi cabello pero pareció arrepentirse porque en su lugar metió la mano en su bolsillo.

—Tina creo que tengo gel en mi casillero, ya sabes la combinación —dijo y se dio la vuelta.

—Vamos Brittany —pidió Tina perdiéndose detrás de la puerta gris.

La seguí de inmediato soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo.

BreadstixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora