veintitrés

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Un mes y medio había pasado desde que Haise y Christopher tuvieron sexo en el quinto piso de La Cueva del Lobo. Decir que las visitas al club habían sido mas frecuentes es poco. Han ido todas las semanas, y a veces 3 o 4 veces por semana. Después de la primera vez, toda pena que Haise tenía se fue por la ventana. Se hizo mas segura con cada visita. Se atrevía a hacer cosas que nunca pensó que haría. Y la satisfacción que emanaba del cuerpo del alfa cada vez la hacia sentir inmensamente satisfecha también.

Pero ese día, no sentía nada de ganas de ir a ningún lado, mucho menos al club. Ya eran las diez de la mañana y todavía no había salido de la cama, y estaba segura que no pasaría en cualquier momento. A estas horas, usualmente ya habría echo su meditación matutina, comido su desayuno, y hecho una buena porción del millón de cosas que tenía que hacer en sus días libres. Christopher le había insistido en mover sus contactos para que tuviera una posición como fotógrafa en cualquier compañía que ella quisiera. Haise siempre le había dicho que no, estaba agradecida por su ayuda, pero no quería hacerlo de esa manera.

Mon cœur? —un Christopher preocupado se acerca a ella, tomándole la temperatura con la mano. —¿estás bien? Te ves un poco pálida. —acarició su cabello delicadamente.

—Hmm... —la omega se inclinó mas contra el tacto del alfa. —no estoy segura... —

—Fiebre no tienes, así que eso es algo bueno. ¿qué comiste anoche? —se sentó a su lado.

—No tenía tanta hambre así que solo me tomé una malteada de proteína con banana y fresas. —se acercó lo mas humanamente posible a él, queriendo sentir su calor, su olor.

Corderito, eso no es suficiente. Todo el estrés que cargas no es suficiente con una sola malteada. —

—No solo comí la malteada. —Haise puso los ojos en blanco. —comí otras cosas también...—

—¿Cómo que? —el castaño la interrumpió, mirándola con los ojos entrecerrados.

—El desayuno... pan tostado con huevo y aguacate... el almuerzo, un wrap de pollo...—

—Y la malteada de proteína como cena. —Christopher dijo en un tono sarcástico.

—Es suficiente. —Haise dijo, tratándose de defender. —o por lo menos siempre lo era. —susurró para ella.

Su cerebro empezó a trabajar tiempo extra tratando de recordar cuando había sido la última vez que su cuerpo había reaccionado así. Llegó a una conclusión: nunca lo había hecho. Ni siquiera cuando estaba en su celo, aparte eso había pasado hace... putain!

—¿Amor? —Christopher preguntó preocupado al sentir el abatimiento de su omega a través de su lazo. —Haise, ¿qué pasa? Mon cœur me estás asustando. —alcanzó a la omega y notó como sus manos estaban temblando.

—Han pasado más de tres meses desde mi último celo. —la omega dijo, sacando la matemática en su cabeza. —tres meses y dos semanas para ser específica. —

—Oh. —Christopher formó una perfecta "o" con sus labios, no se quiere hacer ilusiones, pero... pero... —¿crees que estés embarazada? —preguntó tratando de presumir su emoción.

—Nunca me había sentido así... —dijo poniendo una de sus manos en su vientre tratando de ver si podía sentir algo.

—Podemos ir al doctor inmediatamente. —Christopher se puso de pie de un respingo, como si tuviera un resorte en la columna que fue activado al segundo en el que se dio cuenta que su omega podría estar embarazada, con sus cachorritos.

Por primera vez ese día, Haise se sintió con ánimos de salir de la cama e ir a su ginecóloga.

......

MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora