quince

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Christopher se sentó en la silla de su escritorio en la oficina de La Cueva del Lobo. Había dado órdenes que la tarjeta de Leila fuera desactivada, y que en cuanto pusiera un pie en la cueva la llevaran directo a su oficina. Ya era tiempo que tuviera una conversación con la mejor amiga de su corderito. Se acomodó en la silla como todo un rey, mirando al nivel de entrada. Una sonrisa se formó en sus labios al recordar la primera noche que vio a Haise ahí sentada en la barra.

Habían cambiado muchas cosas desde esa noche, una de ellas era que ahora Christopher podía ser sobreprotector con Haise tanto como él quisiera. Y ya era hora que Leila Madison se diera cuenta de eso. Una sonrisa malvada se le formó en los labios al ver a la amiga de su corderito ser detenida en la puerta.

Este es mi dominio, yo decido quien entra aquí y lo que sucede...

En cuestión de segundos Maze entro al vestíbulo y volvió a ver a la pared en donde sabía que Christopher estaba viendo. Los ojos de la morena pasaron de inmediato al cuerpo de Leila, recorriendo cada centímetro de este, y Christopher sabía lo que tenía en mente Maze. Vio el miedo en los ojos de la beta cuando Maze sacó una venda, sabía que le explicaría que estaba pasando mientras la colocaba en sus ojos. Nadie mas que ellos dos sabían de los pasillos secretos que conectan a toda la cueva, excepto Haise.

Presionó unos botones en la computadora que hicieron que el vidrio a la entrada y el bar se oscureciera. Se acomodó en su silla, sabiendo lo dominante que se ve en ella. Un toque en la puerta le dejó saber que Maze y Leila estaban ahí, y una sonrisa maliciosa se formo en sus labios.

—Adelante. —dijo en un tono dominante.

Cuando entraron y Maze le quitó la venda de los ojos Christopher se sorprendió al ver que Leila no tenía ese miedo en sus ojos que todo el mundo tenía cuando era llamado a la oficina del dueño, pueda que sea que no sabía para donde iba, pero su expresión tampoco cambió cuando vio a Christopher. El alfa se admiró, pero lo entendía un poco ya que ella es beta, no era tan afectada por la "furia" o "descontento" de un alfa.

—Nos puedes dejar solos. —Christopher le dijo a Maze sin quitarle los ojos de encima a Leila.

Maze no dijo nada mientras salía de la oficina, aunque tenía ganas de poner sus ojos en blanco por querer intimidar a la amiga del corderito. Y por alguna razón, el hecho que ella no estaba intimidada, como Haise estaba el día que la sacaron de lugar, excitaba a Maze de una manera que no esperaba. Cuando Maze cerró la puerta detrás de ellos, Christopher señaló el asiento frente a él y Leila se sentó a regañadientes. Se quedaron viendo por algunos segundos sin decir nada. La mirada de Christopher se intensificó, pero eso no hizo nada para que Leila se sintiera intimidada.

—¿Tienes algún problema conmigo? —Christopher fue el primero en hablar.

Leila arqueó una de sus perfectas cejas antes de responderle con una pregunta.

—¿Tienes tú algún problema conmigo? —dijo en un tono calmado.

—Eres valiente, te daré eso. —el alfa se río ruidosamente, mandando una corriente de escalofríos al cuerpo de la beta, pero su expresión no cambió.

—Entonces, ¿para que estamos aquí? —preguntó la beta en un tono neutro.

—Haise. —acomodó sus codos encima de su escritorio. —se que le has estado dando problemas por lo que tiene conmigo... —

—¿Y que es lo que tiene contigo? —

—Eso no es de tu incumbencia... es entre ella y yo, y me gustaría que se quedara entre ella y yo. —

—Me gustaría, pero ¿qué crees? —Leila lo miró fijamente. —cuando tu decidas que has acabado de divertirte con ella y la dejes en mil pedacitos, yo seré la que tenga que recoger cada uno de ellos. —en su voz se escucho un tono de furia que el alfa no esperaba escuchar, no de parte de una beta. —yo seré quien tenga que reconstruirla de nuevo y verla sufrir por un pendejo que no vale la pena. Si yo no me preocupo por ella nadie lo hará, sus padres no viven en la ciudad y no tiene a nadie más que a mi... —

—¡ME TIENE A MI! —Christopher gruñó, asustando por primera vez a la beta.

—No por mucho tiempo. —se recompuso antes de decir eso. —un hombre como tu tiene a miles de mujeres, y hombres a sus pies, ¿Qué me garantiza a mi, o a ella que no te irás detrás de otra como lo hiciste con ella? —

—Puede haber millones de mujeres allá afuera queriendo acercarse a mí, pero yo quiero a la que ya está aquí. —dijo en un tono suave, sacando de órbita a Leila.

Ninguno dijo nada por unos segundos, simplemente se quedaron viendo fijamente.

—No tengo ningún problema que seas amiga con ella, simplemente te quiero pedir que no le pongas ideas en la cabeza que no son ciertas. —Christopher fue el primero en hablar otra vez, sabía que no podía sonar amenazante, o cuando Leila le contara a Haise todo parecería peor de lo que era.

—Mira que casualidad, yo iba a decir lo mismo. —Leila sonrió.

—Leila, quiero respetar el hecho que has sido amiga con ella por años, pero no me la estas dejando fácil. —Christopher apretó sus dientes juntos. —también tienes que respetar la relación que ella y yo tenemos. —

—Lo haré cuando sepa que vas en serio. —Leila dijo sin tartamudear.

—Es en serio. —el alfa aclaró.

—No solo con palabras. —la beta aclaró. —las palabras se las lleva el viento. —le dio una media sonrisa.

Entonces Christopher sabía que tenía que hacer. Era algo que haría feliz a Haise, y le dejaría en claro a Leila que no estaba jugando con Haise y los dejaría tranquilos.

Christopher le mandó un mensaje a Maze para que regresara por Leila. Cuando la morena entró por la puerta los ojos de Leila se ancharon con emoción. Christopher pudo ver la chispa y sabía que ambas estaban a punto de divertirse, y probablemente eso era lo que Leila necesitaba, una distracción.

· · ◈ · ·

—Por aquí. —la voz de Maze penetró en el oído de Leila en un tono sensual que mandó escalofríos por todo su cuerpo.

Leila había escuchado que cuando pierdes un sentido los otros cuatro mejoran, pero una cosa era haber escuchado y otra muy diferente era experimentarlo por si misma. Podía escuchar claramente la risita en los labios de la morena y estaba segura que ya había notado los escalofríos en su cuerpo. Cuando los dedos  de la morena hicieron contacto con su piel Leila no pudo evitar dejar salir un gemido.

—Oh. —Maze susurró acariciando la piel en donde estaba su agarre.

Y Leila se dejo llevar.

Podía oler la excitación emanar del cuerpo de la alfa, y sus deseos mas oscuros despertaron en un abrir y cerrar de ojos. En menos de un minutos Maze se detuvo bruscamente, asustando un poco a la beta.

—Ya estamos aquí. —Maze dijo cerca de su oído.

—¿Dónde es aquí? —

—En la entrada del bar... —se acercó a ella y olisqueó su cuello de arriba hacia abajo. —pero podemos ir a otro lado si tu quieres. —

—Se más específica. —la beta dijo, volviéndola a ver a pesar que tenia los ojos vendados.

—¿Confías en mi? —

Leila la pensó por un momento antes asentar con la cabeza.

—Apenas te conocí en persona hace unos minutos, pero he escuchado tu nombre y tu reputación te persigue. —pasó su lengua por su labios, sabiendo que sin importar el género, eso prendía a las personas.

—Entonces. —Maze susurró en su oído. —¿vienes conmigo? —

Se quedaron en silencio por unos segundos, Leila podía escuchar claramente el latido de su corazón y el pulso palpitando en la parte superior de su cuello.

—Si. —Leila finalmente dijo, con una sonrisa maliciosa en sus labios.

No hacia falta decir que la beta tendría la noche de su vida en La Cueva del Lobo.




......

¿Nombre para el ship de estas dos mujeres? 🤔

MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora