catorce

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Al despertar Haise miró alrededor de un habitación que no era la suya, pero antes que su cuerpo y mente saltaran a conclusiones sus fosas nasales fueron inundadas por el aroma de Christopher. Una sonrisa se formó en sus labios al sentir el calor emanando del cuerpo acostado al lado de ella. Se acurrucó mas contra ese calor y sonrió contra su piel cuando sintió el brazo del alfa alrededor de ella. Sintió la mano moverse por su espalda, cerrando los ojos se lamió los labios al sentir sus dedos en su espalda baja.

—Ah. —dejó salir un gemido ronco al sentir la yema de los dedos de Christopher en la grieta de sus nalgas.

—Sube ese culo, abre mas tus piernas. —Christopher dijo en una voz ronca que mandó escalofríos por todo el cuerpo de la omega.

Haise hizo lo que él le ordenó, y sintió el líquido entre sus piernas cuando llegó a la grieta de su vulva. Christopher puso presión en su vulva, acariciándola de arriba hacia abajo. El alfa dejó salir un gruñido ronco al sentir el líquido de la omega en sus dedos.

—Separa mas tus piernas. —el alfa la volvió a ver, sus ojos llenos de lujuria y excitación.

Con una sonrisa en sus labios Haise separó mas sus piernas y Christopher puso uno de sus dedos adentro de ella. Haise dejó salir un gemido entrecortado al sentir como la yema de su dedo rozó ligeramente su punto g. Apretó sus paredes vaginales, atrapando los dedos de Christopher ahí.

—Joder. —Christopher susurró al tratar de mover sus dedos y darse cuenta que le era un poco difícil. —estás tan apretada... tan, tan apretada. —mueve sus dedos en un ritmo lento y sensual.

Haise dejó salir un gemido ruidoso cuando los dedos del alfa encontraron su punto g y siguieron golpeando ahí con cada estocada.

—Christopher. —susurró mientras se apegaba a él como si su vida dependiera de eso.

—¿Te gusta que mis dedos estén aquí? —Christopher le susurró al oído. —¿que te den placer como nadie mas lo ha hecho antes? —lamió lo largo de su oreja. —¿que te hagan venirte por tanto tiempo que cuando terminas tu cuerpo está debilitado a mi merced? —aceleró el movimiento de su dedos al sentir como su cuerpo respondía a sus palabras. —dime cuanto te gusta, dime cuanto lo quieres.... dime que disfrutas ser mía, solo mía. —golpeó su punto g con cada palabra.

—Christopher. —Haise se retorció en la cama al sentir su orgasmo explotar en su vientre y correr por todo su cuerpo.

Christopher sonrió al ver como su cuerpo temblaba por los espasmos y el placer. Cuando Haise abrió los ojos y pasó su mirada por todo el cuerpo del alfa sonrió al ver la erección entre sus piernas. Su boca se volvió agua, sus glándulas salivales empezaron a trabajar. Lamió sus labios a la misma vez que empezó a bajar, estaba a punto de tomar su erección en su mano y poner su boca sobre ella cuando su teléfono vibró en donde sea que cayó anoche.

—Oh lo siento, pensé que lo había dejado en silencio. —dijo apenada por la interrupción y por alguna razón eso satisfacía a Christopher.

El saber que ella veía este evento como una interrupción del tiempo que estaban compartiendo lo satisfacía de gran manera. Haise se levantó de la cama desnuda, sin tener vergüenza alguna, ella sabía cuanto Christopher amaba verla desnuda. El teléfono seguía vibrando y sonando en el piso y cuando Haise se agachó a recogerlo Christopher tuvo una buena vista de sus nalgas. El alfa se preocupó al sentir que las emociones de la omega cambiaron de inmediato. Ella trató de ocultarlo al bloquear el teléfono y fingir una sonrisa, pero el alfa lo podía sentir, podía sentir el cambio de ánimo.

—Era Leila, ¿cierto? —Christopher se levantó de la cama y caminó a su lado.

—Hm, si. —arrugó la nariz, poniendo el teléfono con la pantalla hacia abajo en la cómoda. —la llamaré mas tarde. —fingió otra sonrisa.

MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora