Christopher dejó a Haise en su apartamento porque tenía que ir al trabajo, se cambió a las carreras para no llegar tarde, y desde el momento que puso pie en la sede se dio cuenta que no iba a dejar de pensar en esa noche. Y así fue, pensó en lo que pasaría esa noche cada segundo del día, y cuando llegó la hora de regresar a casa y arreglarse para ir al club era un manojo de nervios.
¿Cómo se vestía para ir al mas exitoso y aclamado club de sexo del país como acompañante del dueño del lugar? ¿Cuál era el vestuario apropiado?
Haise le dio vuelta y media a su armario, haciendo y deshaciendo vestuarios. Se detuvo de repente cuando vio un par de jeans negros de cuero, sus ojos brillaron al recordar lo increíbles que se le veían. Buscó en el cajón donde tenía sus sostenes y bralletes y saco uno color piel con decoraciones negras en la tela y una tira negra con tachuelas a lo largo de ella. Dudó un segundo al pensar si era demasiado provocativo. Christopher nunca le decía como vestirse, pero ella sabía que había reglas que no eran dichas que no se podían romper, y a lo mejor este vestuario las rompía todas. Con una sonrisa en sus labios comenzó a arreglarse.
Su teléfono vibró en su mesita de noche, y su corazón se aceleró al pensar que era Christopher llamándola. Su corazón se detuvo al ver en nombre en la pantalla. Leila. No había platicado con Leila desde hace semanas, ya que a su amiga no le parecía que Haise se estuviera enamorando de Christopher cuando el alfa no tenía la misma intención. Leila nunca le dijo que no se divirtiera con él, nunca le dijo que no se la pasara bien, pero sabía que en cuanto envolviera el corazón en lo que sea que tuvieran, la única que saldría lastimada sería ella. Dudosa en contestar, tomó el teléfono en sus manos, sintiendo el cosquilleo de las vibraciones en ellas. Cuando en su pantalla apareció la imagen de "llamada perdida" un nudo se formó en su garganta. Leila nunca entendería.
Tratando de quitar esos pensamientos de su mente continuó arreglándose. Alisó su cabello y lo amarró en una coleta alta. Siguió con su maquillaje, algo poco llamativo, excepto por sus labios, esos se los pintó con un rojo provocativo. Puso crema en todo su cuerpo y roció perfume con brillo después. Se puso su vestuario, satisfecha de cómo se miraba en el. Su teléfono vibró en la mesita otra vez, pero esta vez si era quién ella estaba esperando. Al desbloquear la pantalla miró un mensaje que la decepcionó un poco.
Cambio de planes.
"Cambio de planes" su mente seguía repitiendo. Christopher todavía estaba escribiendo, lo que quería decir que no estaba cancelando, eso esperaba ella, o estaba escribiendo la explicación del porque del cambio de planes. Esperó unos minutos mientras las burbujitas que indicaba que estaba escribiendo aparecían en su pantalla, pero cuando dejaron de aparecer y no regresaron caminó hacia su cómoda para tomar una toalla húmeda para desmaquillarse. Estaba a punto de desmaquillarse los ojos cuando su teléfono vibró en su cómoda.
Se que te dije que Maze te recibiría ya que yo tenia que trabajar en los números, pero al parecer si me concentro lo suficiente soy capaz de terminar un trabajo aburrido de números que toman toda la noche para hacer en un par de horas. Espero que estés lista porque pasaré por ti en unos minutos corderito.
La sonrisa que se formó en los labios de Haise fue inmediata mientras ahogaba el chillido atascado en su garganta. Volvió a verse al espejo para asegurarse que todo estuviera bien antes de poner más perfume en su cuello. Con manos temblorosas respondió al mensaje.
Suena perfecto, aquí te espero.
Se paseó por su habitación intentando calmar sus nervios, pero ¿cómo hacerlo cuando sabes que estás a punto de experimentar uno de los lugares mas exóticos del mundo a través de los ojos de su propio dueño?
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MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18
FanfictionMAGNATE ◈ HAISETOPHER Christopher Vélez es un Alfa, empresario dueño de varios negocios en la ciudad: hoteles, restaurantes, casinos... pero su negocio mas exitoso es La Cueva del Lobo -un club de sexo. Haise Gómez es una Omega que no sabe mucho sob...