quinto mes

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La cita del quinto mes era muy importante para ambos. Ya sabrían si tendrían un niño, o una niña. Haise no tenía preferencia, solo quería que estuviera saludable.

Christopher por el otro lado quería una niña. Eventualmente quería tener un niño, pero esta vez quería que fuera una hermosa niña. Una niña para amar y proteger toda su vida. Y quien también sería la niña de papa. Para ser el padre protector, pero a la misma vez consentirla en todo.

—Haise. Christopher. —los saludó la doctora. —¿Cómo te has sentido? ¿algún malestar? —sacó la pluma, lista para escribir cualquier síntoma.

—No, se ha portado muy bien. —dijo, acariciando su vientre.

—Oh eso es bueno. —le dio una sonrisa amable. —¿estamos listos para descubrir el sexo de su bebe? ¿Y escuchar su corazón? —

Haise apretó el agarre en la mano de Christopher al escuchar eso. También estaba emocionada por eso.

Dieu, estoy nervioso. —Christopher volvió a ver a la pelinegra, sonriéndole.

—Yo también. —la omega dejó salir una bocanada de aire.

—Esos nervios son normales, pero no tienen nada de que preocuparse, la última vez que vinieron todo estaba bien. Levanta la camisa por favor. —tomó el gel y vertió un poco en el vientre de la omega.

En cuanto la doctora puso el aparatito en su vientre una imagen apareció en la pantalla de la máquina del ultrasonido. El bebé se miraba más formado, sus facciones eran más notorias. Claramente podías ver su naricita.

Dieu, mira eso. —los ojos de la pelinegra dejaron caer las lágrimas que estaba tratando de no derramar. —es un pedacito de nosotros. —

—Es la segunda vez que me enamoro a primera vista. —Christopher dijo, acariciando el vientre de su omega sin importarle que se llenaría de gel.

—¿Listos para escuchar el latido de su corazón? —la doctora sonrió, tocando unos botones en cuanto ambos le dieron una respuesta positiva.

Un corazoncito latiendo rápidamente se escuchó por toda la habitación, mandando escalofríos a los cuerpos de sus padres. Haise apretó más fuerte la mano de Christopher, asegurándose que eso en realidad estaba pasando.

—¿Eso no es demasiado rápido? —Christopher preguntó preocupado al salir del encanto de escuchar el corazón de su bebé por primera vez.

—No, todo esta perfectamente bien con su niña. —la doctora les dejó saber, dándoles un guiño.

—Ahhh. —Christopher jadeó, dejando ver su emoción. —tendremos una niña, una niña. — agarró a Haise de sus mejillas con ambas manos para dejar un beso en sus labios. — gracias por darme todo. —susurró contra sus labios.

.....

En todo el trascurso del consultorio al apartamento de Christopher, el alfa no dejó de hablar sobre que nombre le pondrían a su niña. Su niña. Dios, en realidad no se lo podía creer que tendría una niña con su omega, el amor de su vida, su alma gemela.

—Sabes, el día que me dio mi primer celo contigo estaba pensando en nombres para nuestros cachorros. —Haise dijo con las mejillas tenidas de rojo.

—¿En serio? —Christopher siguió acariciando el vientre de la omega, mientras rozaba su nariz contra la suave piel de su cuello.

—Si. —estiró mas su cuello para dejar que la olisqueara a su gusto.

—¿Qué nombres estabas pensando? —lamió su piel, haciendo que esta se erizara por la acción.

—Ava. —sonrió, imaginándose a su niña.

—Ava. —Christopher repitió, probando el nombre y amándolo. —Ava Vélez, suena perfecto. —

Ava Vélez será parte, físicamente, de su familia en unos meses y no pueden esperar.

MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora