MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18

dos

—¿A cuantos estamos esperando esta noche? —Christopher Vélez le preguntó a la manager de su club, una hermosa morena quien traía puesto unos pantalones de cuero negros con un corsé que hacia juego.

Habían dado las diez de la noche y la Cueva había sido abierta para nuevos clientes, o como él lo llamaba, "la noche en que todos los cachorros venían a jugar a la cueva del lobo".

—Tenemos veinticinco nuevos a quienes tendremos que vigilar, los demás son los clientes usuales. —

—Tenemos veinticinco cuerpos a los cuales corromper o asustar... ¿a eso te refieres? —se recostó en su silla.

—Si hacemos nuestro trabajo, entonces si. —los labios de Maze se torcieron mientras tiraba el portapapeles en el escritorio de su jefe.

Christopher pasó de su figura a la pared de cristal que daba con el pasillo de la entrada principal por donde todos los nuevos clientes entrarían. Estaban en su oficina, localizada debajo del bar, sin conocimiento de sus clientes, lo cual le gustaba. Mientras que ellos pensaban que miraban a una pared de espejos, en verdad lo estaban viendo a él— y él, ciertamente los estaba viendo a ellos.

—¿Qué es divertido? —Christopher preguntó mirando en su dirección mientras se ponía de pie, mirando como ella dejaba salir una pequeña ricita.

—Estaba pensando que esta noche es mi noche favorita del mes. —se encogió de hombros.

—¿Oh si? —

—Por supuesto. No me digas que no te satisface ver esas dulces cositas entrar en tu cueva, Christopher. —dijo poniéndose de pie al lado de él. —otros te lo creerían, pero yo te conozco mejor. —le dio una sonrisa de lado.

—Si, pero la diferencia es, yo no toco. —

—Si, si, lo sé. Lo cuál es otra razón porque esta noche es mi favorita. Las posibilidades están a mi favor contigo fuera de la acción. —miró hacia la pared de cristal con una leve inclinación de su mentón. —puedo ver a Jade dejando entrar a mas, así que es mejor que vaya al segundo piso. ¿Saldrás esta noche? —

—A lo mejor. Tengo un par de llamadas por hacer. Veré cómo está mi humor entonces. —metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones, todavía indeciso.

Maze le dio un guiño antes de salir por la puerta trasera, a las escaleras secretas que dan a todos los pisos del establecimientos. Ellos dos eran los únicos que podían entrar y salir cuando quisieran sin que nadie se diera cuenta, de la forma que le gustaba a Christopher, se acomodó en la silla y después de presionar algunos botones y poner la llamada en alta voz. La línea comenzó a sonar cuando los ojos de Christopher se fueron directamente a la pared de cristal. Se encontró con dos jovencitas que acababan de entrar al bar, una castaña con la arrogancia que solo el dinero podía dar, y la otra—

Succionó una respiración, poniéndose de pie mientras miraba a la amiga de la chica. Alta y delgada, con cabello negro que le caía hasta la cintura, y mirándose incómoda en el vestido de tres mil dólares que traía puesto. La chica que había llamado la atención de Christopher tenía un rostro angelical. Mientras que la mayoría de los clientes nuevos que entraban en la cueva eran jóvenes e inexpertos, la que estaba parada a solo pies de él era diferente de alguna manera. Era la inocencia detrás de sus ojos avellanas y la curiosidad en su expresión, sin estar ansiosa o lista para que la noche comenzara, pero en vez, era inconsciente de cómo había terminado ahí.

Christopher tomó un paso adelante, mas cerca de la ventana, a la mujer ladeando la cabeza ligeramente hacia un lado mientras seguía mirándola. No podía evitar mirar sus características con tanta hambre, desde sus pómulos hasta sus carnosos labios, y mientras estaba ahí en el silencio de su oficina, era consciente que la fascinación con la mujer iba mas allá de la superficie. Si, era exquisita en una manera entendible. Pero a la misma vez poseía todas las cualidades de alguien quien llamaba su atención.