doce

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Desde el día que Christopher mandó a sacar a Haise de La Cueva del Lobo nunca habían vuelto a hablar sobre ese tema, ni del regreso de ella a dicho establecimiento. Christopher iba de ves en cuando al club para hacer las cuentas del lugar, la administración corría de parte de Maze, y como siempre, ella estaba haciendo un magnífico trabajo.

Haise se preguntaba de que más era capaz Christopher a la hora del sexo, con ella no había pasado nada mas que lo mismo de la primera vez que estuvieron juntos. Haise no se estaba quejando de eso tampoco, pero le gustaría experimentar todo lo que Christopher tenia para ofrecerle. Y La Cueva del Lobo era prueba que al alfa le gustaba mas rudo de lo que hacía con ella. Haise había tenido paciencia, esperando a que Christopher la invitara otra vez. Hasta ahora.

—Sabes, me gustaría conocer tu mundo.—

—Conoces mi mundo. —Christopher la interrumpió, acurrucándola mas contra él, esa era una de sus partes favoritas de cuando estaban juntos. Si, el sexo era increíble y lo mejor que él había tenido ya que era con la persona que añoraba, pero estar así con ella, acurrucados después de hacer el amor, era inigualable. El olor de la omega inundaba sus fosas nasales, su suave y cremosa piel rozaba contra la de él y el latido de su corazón retumbaba en sus oídos, nunca había escuchado un sonido que le trajera tanta paz.

Tout votre monde (todo tu mundo). —Haise respondió en francés, sabiendo lo que le hacía a Christopher. —Christopher, lo quiero conocer todo. —le dio na sonrisa ladina. —lo bueno, lo malo, y lo ... pervertido. —dijo con un sonrojo en sus mejillas que hizo que Christopher la quisiera agarrar a besos y follarla hasta que nada de esa dulce inocencia estuviera adentro de ella. —mon amour (mi amor), quiero conocer todo de ti, quiero enamorarme de cada parte de ti... y La Cueva del Lobo es una gran parte de lo que eres. —

Christopher sabía que Haise tenía razón, La Cueva del Lobo era una gran parte de lo que él era, pero tenía miedo a que fuera demasiado para su corderito.

—Dímelo otra vez. —Christopher dijo en vez, y ella sabía a lo que se refería.

Mon amour. —dijo en un acento mas marcado y con tanto amor que Christopher sería capaz de darle lo que ella le pidiera en ese momento.

Petit agneau. —Christopher trató de decirle "corderito" en francés como ella le había enseñado. —tengo miedo. —confesó, y eso era otra cosa que le gustaba de Haise. Todo el mundo esperaba que fuera fuerte, pero con ella tenía la confianza de ser vulnerable y saber que ella no tomaría ventaja de eso. Se miraron fijamente por unos segundos antes que él continuara. —tengo miedo a que sea demasiado para ti. —acarició una de sus mejillas lechosas. —no quiero que mi mundo te haga huir de mi, no lo soportaría. —

—A como estamos ahora, ni así lo intentara un millón de veces, no lograría alejarme de ti. —le da una sonrisa cálida. —se que tu crees en el vínculo, y todo lo que aplica, lo sentí desde el primer día que te vi, cuando me ayudaste a arreglar mi auto, ¿lo recuerdas? —dijo entre risillas.

—Lo recuerdo. —Christopher se rió también. —¿te puedo confesar algo? —preguntó nervioso.

—Por supuesto. —

—Yo hice que el auto no funcionara. —dijo de una sola vez, apenas fue entendible.

—¿Lo hiciste? —ella preguntó con el ceño fruncido.

—Si. —el alfa asentó, sonriendo al recordar como se le ocurrió el plan. —desde la noche que te vi en mi club sabía que te tenía que conocer, esa misma noche sentí una conexión contigo que jamás había sentido antes. —Haise no dejó que diga nada mas, se subió encima de él y le dio un beso.

—Por la misma razón nunca me alejaría de ti. —le dio una sonrisa cálida. —tu es mon amour pour toujours (eres mi amor para siempre). —susurró contra sus labios.

—Sabes lo que haces. —Christopher dejó salir un gruñido, pero tenía una gran sonrisa en su rostro. —solo tienes que hablarme en francés y estoy dispuesto a lo que sea por ti. —

Merci beaucoup. —dejó otro besos en los labios del alfa.

—Mañana tengo que ir al club para poner en orden los números de la semana, me tomara un tiempo ya que me gusta hacer la auditoría a mi para estar seguro que todo este en orden. —puso un mechón de su cabello detrás de su oreja. —puedes venir cuando tu turno en Rolling Stone acabe, y conocerás a Maze. —las cejas de la pelinegra se juntaron al escuchar el nombre de la mujer lo que hizo que Christopher se riera. —Maze es mi mano derecha en mi club, uno de los negocios, si no es que el negocio mas fructífero que tengo, y aparte es alfa... —Haise abrió los ojos como platos ante la información. Nunca había conocido a una mujer alfa, en realidad ellas son un mito. —veo que eso te calmó un poco. —sonrió.

—Nunca he conocido una mujer alfa. —confesó avergonzada.

—Son pocas las que he conocido, pero ninguna de ellas es como Maze. —Christopher acomodó a Haise en su pecho otra vez. —a las mayorías de las mujeres alfas les enseñan a no ser tan dominantes, aunque eso no este en su naturaleza, o de otra forma nunca encontraran pareja... —

—¿Maze no tiene pareja? —

—No, Maze disfruta de los beneficios de La Cueva del Lobo. —

—¿Y nunca has tenido algo con ella? —

—No, nuestras personalidades dominantes no nos lo permitieron. —

—¿Eso quiere decir que lo intentaron? —

—Eso quiere decir que lo pensamos, pero nunca lo intentamos. —acarició su cabello, —corderito, tu sabes que he estado con muchas mujeres en mi vida, pero ninguna de ellas significó lo que tu significas para mi. —sonrió de lado. —y es por eso que no quiero que entres a mi mundo, por lo menos no a la cueva. —

—No me hará cambiar de opinión. —acarició el rostro de Christopher delicadamente.

—Bien, —Christopher asentó. —eso lo veremos mañana. —

Confiando en lo que Haise sentía por Christopher, ella cerró sus ojos sabiendo que nada, ni nadie la haría cambiar de opinión o parecer, o sus sentimientos por el alfa que la tenía arrullada en sus brazos.

MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora