Christopher vivía en uno de los edificios de apartamentos mas lujosos de la ciudad, con una vista panorámica espectacular a Elliott Bay. El botones del lugar abrió la puerta de su limosina en cuanto esta estacionó en la entrada principal. Le agradeció mientras ayudaba a Haise a salir del vehículo. El mismo botones subió los escalones para abrir la puerta de vidrio para ellos. Como todo un caballero Christopher la dejó pasar primero, dándole una propina al botones antes de avanzar al elevador. Cada pequeño detalle del lobby era espectacular, desde los candelabros hasta la decoración mas pequeña en el piso de mármol.
—Buenas noches, Sr. Vélez. —la persona en el elevador lo saludó, abriendo el elevador para ellos.
—Buenas noches. —dijo antes de entrar a la pequeña caja de metal con Haise a su lado.
—Disfruten de su noche. —
—Gracias. —ambos dijeron antes de que las puertas del elevador se cerraran.
Con una pequeña sonrisa en sus labios Haise lo volvió a ver, apretando el agarre que él tenía en su mano. Christopher presionó el botón del último nivel, poniendo do su huella y poco a poco ascendieron. Christopher se acercó a ella, olisqueando su cuello hasta llegar a su sien. Su olor era tan embriagador, cautivador y fascinante. Todo el cuerpo de Haise tembló con la cercanía de su cuerpo, y su omega se retorció de placer al saber que pronto este alfa haría con ella lo que él quisiera, y ella no se resistiría.
Cuando el ascensor abrió sus puertas Haise se sorprendió que entraron directamente al vestíbulo del apartamento de Christopher. Él lo notó, suprimiendo una risita al ver su rostro tan impresionado. Caminaron por el amplio vestíbulo y entraron en un living enorme, decorado con los muebles mas finos y caros que Haise haya visto en toda su vida. Y cuando alzó la mirada para ver la espectacular vista de Elliott Bay, sintió que la respiración se le entrecortó. Movió su cabeza para seguir la vista, todas las paredes eran de cristal, dándoles una gran parte de la ciudad de Seattle y la bahía.
—Impresionante, ¿no? —Christopher preguntó detrás de ella, susurrándole al oído.
—Uh... si. —negó con la cabeza, tratando de poner sus pensamientos en orden.
Viendo alrededor del lugar otra vez, se dio cuenta que el apartamento de Christopher ocupaba toda la planta superior.
De repente las luces del apartamento se apagaron, dejando que la poca iluminación de afuera entrara por las ventanas, aunque no hacía mucho para que ella pudiera ver bien. Trató de encontrar a Christopher detrás de ella, pero él ya no estaba. El corazón de Haise empezó a latir mas rápido, dándose cuenta que Christopher estaba jugando con ella. "A los lobos les gusta la casería," pensó mientras trataba de ver en la oscuridad y su cuerpo se estremecía por la revelación.
—Sabes, no es una buena idea dejar a un corderito torpe en la oscuridad. —dijo entre risillas, esperando que Christopher volviera a encender las luces y pasarán por lo que habían venido aquí.
Nada pasó.
Dudando, se empezó a mover por el living, chocando con los sofás y la mesita de café. Se acarició la parte golpeada y siguió caminando, poniendo sus manos enfrente para evitar chocarse contra otras cosas. Cuando tocó el cristal de una de las paredes del lugar, se apoyó contra ella. Tomó una bocanada de aire, tratando de controlarse mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad.
—¿Christopher? —la omega susurró, sintiendo como el pulso de su garganta se aceleraba.
De la nada, Christopher a apareció enfrente de ella con una sonrisa maliciosa en sus labios. En sus ojos se miraba la lujuria y el deseo. Sin decir nada, puso una de sus manos sobre su boca, haciendo que Haise abriera los ojos en sorpresa. Con su otra mano, Christopher la puso alrededor de su cuello, sintiendo su pulso en su pulgar.
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MAGNATE ◈ HAISETOPHER +18
Hayran KurguMAGNATE ◈ HAISETOPHER Christopher Vélez es un Alfa, empresario dueño de varios negocios en la ciudad: hoteles, restaurantes, casinos... pero su negocio mas exitoso es La Cueva del Lobo -un club de sexo. Haise Gómez es una Omega que no sabe mucho sob...