【 3.2 】

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A wave of melancholy

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EL CABELLO NEGRO alborotado de Alec se le enredaba en los dedos, por lo que Colette tenía que jalar para desenredarlo

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EL CABELLO NEGRO alborotado de Alec se le enredaba en los dedos, por lo que Colette tenía que jalar para desenredarlo. En el fondo, esperaba que con el jalón se moviera, que despertara, que al menos titubeara, pero no lo hacía, seguía perdido en sí mismo.

Desde que Atlas e Izzy la trajeron a la habitación de Alec, no se había movido de ahí, ni ella, ni Magnus.

Colette estaba más que agradecida con el brujo por poner el esfuerzo que estaba poniendo en Alec, pero también estaba preocupada. Magnus podría ser un brujo muy poderoso, pero su magia tenía sus limites y por más que Colette quisiera a Alexander de vuelta más que nada, no quería que su amigo viera esos limites.

—Cariño, te ves terrible, deberías ir a descansar, yo me quedare a cuidarlo, ¿si? —le habló Magnus, sacándola de sus pensamientos.

No se había dado cuenta que había estado llorando en silencio mientras sobaba el cabello de Alec hasta que Magnus le habló y pudo sentir algo más que el dolor en su pecho. Con la manga de su chaqueta presionó sus cachetes para tratar de limpiar las lagrimas, y miró a su amigo mientras negaba con la cabeza.

—No, estoy bien, si algo eres tú el que necesita descansar.

—No fui yo el que estuvo encerrado en un almacén por casi dos semanas, Colette —Magnus no quería traer de vuelta recuerdos no placenteros para la muchacha, pero no veía de qué otra manera hacerla ir a descansar.

—Dije que no. Ya lo abandone demasiadas veces. No va a volver a pasar.

Colette suspiró, todavía se sentía mentalmente cansada, ya no tanto física, tener sus runas de vuelta le habían ayudado demasiado con eso, pero a pesar de lo mucho que quisiera ir a dormir, tampoco es como si pudiera hacerlo. Sabía que si se acostaba, sus recuerdos la iban a traicionar llevándola de vuelta al almacén, de vuelta con Valentine. No podría dormir preocupándose por Alec, preocupándose por Hodge, ¿dónde estaba Hodge? Todavía no sabía nada, a parte de que había encontrado la manera de salir del Instituto y se fue a buscarla él mismo, o eso fue lo que le dijeron los demás.

Nadie había querido decirle la verdad porque nadie quería verla sufrir más. Suficiente tenía con haber sufrido dos veces ser la prisionera de Valentine, suficiente tenía con lo que le pasaba a Alec, y suficiente tenía con lo que le pasaba a ella misma.

Era como si al recuperar sus runas, sus "poderes" se hubieran intensificado; no podía cerrar los ojos sin escuchar una y otra vez lo mismo, sin ver imágenes de esa misma visión, no podía dejar de sentir que algo más pasaba en su interior, aldo poderoso y peligroso removiéndose dentro de ella.

𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓮𝓼 ↬ a. lightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora