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You can't beat that man alone

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—AGH, A MI me vendría bien una hora feliz —caminando hacia la mesa en donde Magnus, Jace y Clary estaban, se sentó con cansancio en el asiento al lado del brujo

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—AGH, A MI me vendría bien una hora feliz —caminando hacia la mesa en donde Magnus, Jace y Clary estaban, se sentó con cansancio en el asiento al lado del brujo.

—¿Lo ven? Nunca es demasiado temprano para un martini —se rio Magnus.

—Veo que estamos de un muy buen humor —Hodge llegó por detrás y le dio al cabello de su sobrina una removida.

Colette apoyó un brazo en la mesa y su mentón en su mano, y por más que quizo quedarse despierta para escuchar lo que su tío debía decir, había tenido tan pocas horas de sueño en la noche que sus párpados se cerraron de imprevisto, y en segundos, ya se había quedado dormida.

—¡Colette! —gritó alguien después de un rato.

—¡No fui yo! —se apresuró a decir cuando se despertó de tan abrupto golpe.

Los tres Shadowhunters y el mago rieron por la reacción de la muchacha, Hodge negó mientras aún sonreía y se acercó para colocar una mano en el hombro de la chica.

—Deberías ir a descansar, podemos ocuparnos de Ragnor nosotros —le aseguró Jace, con una mirada comprensiva y una sonrisa segura.

—No no, estoy bien, vamos —fue la primera en levantarse, siendo seguida de inmediato por Magnus.

—Excelente idea, hay personas que quiero evitar —dijo el brujo, y una sola persona se le ocurrió a Colette; Atlas.

No había tenido la oportunidad de hablar con el muchacho cuando este volvió de la casa de Magnus, y no fue sino escuchar al brujo para saber que algo no había salido bien.
Cuando se dieron vuelta, fue ella ahora quien debía de haber dicho que quería evitar a alguien.

Y para su desgracia, no solo era una sola persona que estaba al frente suyo, sino que las dos personas menos deseables en ese momento estaban justo ahí.

—Oh genial —susurró para ella misma.

—Lamento llegar...tarde —Atlas quien había llegado detrás de Lydia y Alexander, se quedó sin palabras cuando vio al brujo Bane en el grupo.

—Esto es simplemente encantador —susurró también Magnus, y ambos se miraron con las expresiones más incomodas habidas y por haber.

Lydia les informó que estaban en camino a recibir a unos representantes de La Clave que habían llegado para la boda que tomaría lugar mañana, lo cual nadie había preguntado y mucho menos estaban ansiosos por saber. La mujer procedió a preguntarles si ambos, Magnus y Colette, asistirían a la boda, lo cual hizo todo mucho más incomodo. Pero Alec se apresuró a cambiar de tema para su propio bienestar.

𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓮𝓼 ↬ a. lightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora