Capítulo 22 - "El cuento ilustrado" parte dos

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Debido a la mezcla del frío del exterior y la tristeza que sentía por aquella chica mis ojos se llenaron de lágrimas sin yo darme cuenta de ello. Extendí mi brazo hacia el boquete que había dejado en el cristal y le tendí mi mano abierta. A lo lejos se escuchaban pisadas rápidas aproximándose a la zona.

- ¡Deprisa, o nos pillarán! - comencé a temblar

La chica giró la cabeza hacia la puerta y, tras unos instantes volvió la vista hacia mi mano. Titubeó y, después de vacilar agarró mi mano y yo tiré de ella sacándola al exterior.

-Vamos, sígueme - dije señalando al tronco del árbol

Comenzamos a reptar por aquella enorme rama hasta que, en mitad del camino hasta el tronco, esta comenzó a crujir y acabó partiendose por la mitad. Ambos nos precipitamos al vacío.

- [...]

-[...]

No sé cuanto tiempo pasó hasta que volví en mí pero, cuando desperté me giré un par de veces buscando a aquella chica con la mirada. Tras un rato la vi a un par de metros tratando de comerse un ratón. Rápidamente me levanté y corrí hacia ella.

- ¡No, déjalo! ¡suelta eso! - según me iba acercando más a ella extendí mi brazo y ella, como acto reflejo retrocedió su cabeza sin apartar la vista de mi mano.

Una vez estuvo lo suficientemente cerca, la chica abrió la boca dejando escapar al ratón pero mordiéndome fuertemente la mano.

- ¡Ayyyyy! - solté un grito de dolor

Tratando que me soltara la mano, llevé la que me quedaba libre hasta su cabeza y comencé acariciarle el pelo intentando que se calmase un poco. Esta, al cabo de unos segundos, se tranquilizó y aflojó el agarre permitiéndome sacar la mano de su boca. Una vez tuve la mano fuera, la chica se encogió y puso una mueca de tristeza. Parecía estar arrepentida.

- hmmmm, ¿no sabes hablar? - pregunté ingenuamente

De su boca lo único que salieron fueron sonidos que imitaban palabras.

- Veamos... ¿Como te llamas?

De nuevo no obtuve una respuesta clara.

- Claro es cierto, ya se me había olvidado - dije llevándome la mano a la cabeza - veamos...

De pronto vi como en el tobillo llevaba un collar en dónde ponía su código "002"

- Zero... ¿Two? - una vez dije esto ambos nos miramos a los ojos y nos quedamos unos segundos así

- "Eo to", "Eo to", "¡Eo to!" - comenzó a repetirlo un par de veces, cada vez más alto

- Ya... No es muy buen nombre la verdad... Bueno, vamos Zero Two, sígueme.

Tras girarme de nuevo para comenzar a caminar, al cabo de un rato me percaté de que Zero Two estaba quieta en el mismo sitio con la mirada clavada en mi

- ¿Zero Two, te pasa algo? - ladeé la cabeza intrigado, tras unos segundos bajé la vista y me fijé en sus pies, estaban descalzos - ¡tus pies!

Después de vendarle los pies a modo de zapatillas improvisadas, esta los contempló muy atenta y comenzó a pegar saltos de alegría, al verla tan feliz me eché a reír.

-Ahora sí, ya podemos ponernos en marcha

Pasaron unas horas en las cuales estuvimos caminando sin un rumbo fijo. Mi objetivo en mente era únicamente alejarnos lo máximo posible del Garden y del laboratorio, de lo contrario no tardarían mucho en encontrarnos y llevarse de nuevo a Zero Two, y eso era algo que no pensaba permitir. Durante ese trayecto enseñé a Zero Two a hacer muñecos de nieve, contemplamos los peces en el río y, finalmente, nos sentamos bajo el tronco de un árbol. Me llevé las manos a los bolsillos y de pronto toqué los caramelos que me habían dado aquella mañana al salir de mi prueba habitual. Tenía dos, extendí el brazo hacia Zero Two y le ofrecí uno de los dos, pero, irónicamente no sabía de que se trataba y lo miró con intriga.

Zero Two & Hiro - Juntos Hasta El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora