Capítulo 30 - "Lo que es mío"

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Pasaron dos horas y Strelizia por fin había llegado a la plantación 13. La miró de arriba a abajo, de izquierda a derecha y, por último, se quedó pensativa un rato.  Instantes más tarde retrocedió un par de metro y empleado la cabeza derribóo una de las puertas metálicas que mantenían el interior sellado. Tras esto entró en el interior y se detuvo en este, buscando huellas de calor para poder situarse. Tras encontrar las huellas de calor que custodiaban aquello a por lo que había regresado a la Tierra trazó un plano en su conciencia y buscó las entradas y caminos más precisos para llegar cuanto antes. No obstante, teniendo en cuenta su tamaño, no podría acceder por el interior de la plantación, tendría que salir fuera y realizar un boquete para poder acceder a su interior.

Una vez salió al exterior elevó la mirada y contempló la cúspide de la plantación. Tras esto pegó un salto y comenzó a trepar corriendo por su superficie y destrozando las plataformas que había en su exterior. Poco le importaba en ese momento como pudiera acabar su exterior tras ese pequeño ejercicio de escalada. De un gran salto alcanzó la cima de la plantación y, mientras caía en picado sobre esta, abrió la mandíbula y extendió las patas hacia delante para penetrar sobre esta. Tras el impacto, tal y como lo había planeado abrió un agujero en el techo de cristal que protegía la zona de la residencia de parasytes. El potente sol del desierto golpeó fuertemente sobre el césped de la residencia, por primera vez llegaba luz directa desde el exterior. Deteniéndose en frente de la residencia volvió a buscar lecturas de calor y encontró una que emitía con muy poca intensidad. La acababa de encontrar. Abriendo una de las compuertas desplegó una gran cantidad de cables que penetraron en el edificio a través de las ventanas desperdigando multitud de fragmentos de cristal por el suelo. Los cables siguieron directos hasta su objetivo y llegado el momento se detuvieron frente a una puerta con marcas de garras. Tras analizar la puerta, entraron en tromba reduciendo a escombros la puerta. Justo en frente suya, tendido sobre una cama y con los rayos de sol azotando su rostro se encontraba el cuerpo de Zero Two.

Zero Two & Hiro - Juntos Hasta El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora