Capítulo 13 - "Zero Two"

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En mi interior mi corazón latía a mil. Con cada paso con el que me iba adentrando en aquella franxx colosal sentía como un pedacito de mi esencia se iba desperdigando por la "nave". Al cabo de unos minutos ya no sabía ni quién era, pero sí a por lo que había venido. Las paredes del pasillo por donde estaba caminando estaban manchadas de sangre, como si se hubiera librado una batalla en el interior de estos. A juzgar por la intensidad con la que esta relucía (que prácticamente era nula) estaba demasiado seca - suspiré aliviado - no me encontraría con ninguna sorpresa deaagradable o... Al menos no por el momento. Tras recorrer los pasillos durante media hora conseguí adentrarme en lo más profundo de la Apus. Su corazón. Strelizia. Tras contemplar aquel robot metálico que se alzaba en mitad de la sala durante unos segundos, mis ojos comenzaron a brillar. Mi cabeza comenzó a recordar cada uno de los momentos que había pasado junto a Zero Two pero, de entre todos ellos el más importante era este. Ya que fue donde la conocí y me enamoré de ella por segunda vez.

En el exterior de la nave se estaba librando una batalla espectacular, en la cual mis amigos estaban poniendo sus vidas en riesgo solo por mi egoísmo. Cuando pensé en eso se me dibujó una sonrisa triste en el rostro pero que desapareció al recordar que yo no era el motivo por el que debía luchar, ese día se trataba de la vida de otro ser vivo.

Seguí caminando un rato hasta que llegué al centro de mandos. Las pantallas de las máquinas y estas en sí echaban humo. No podría detener o controlar la Apus desde las cabinas de control. Solté un gruñido. Justo cuando salí de la sala para dirigirme al corazón de la Apus esta comenzó a balancearse bruscamente. A pesar de intentar aferrarme a una de las columnas que conformaban la estructura de la franxx no fui capaz de mantener el equilibrio y me precipité hacia atrás golpeándome la cabeza con la pared del fondo del pasillo. Me quedé inconsciente.

No se cuantos segundos, minutos o puede que horas llegaron a pasar hasta que volví en mi, cuando me desperté me llevé la mano a la nuca debido al fuerte dolor que sentía en la zona. Para mi desgracia estaba sangrando, aunque lo extraño era que siguiese vivo tras sufrir ese golpe. Así lo quiso el destino. Me levanté como pude y miré a mi alrededor. Todo parecía estar muerto, aunque como tal no tuviese vida. A pesar de todos mis esfuerzos por descubrir a donde había ido a parar tras aquél fuerte impacto, los resultados fueron nulos, parecía el fondo de una de las fosas de la Apus, lo cual no me hacía ni pizca de gracia, ya que de estar ahí atrapado no tendría posibilidades de supervivencia.

Tras barajar mi situación y cada una de las posibles salidas que podría encontrar me di cuenta de que estaba en números rojos, me sería imposible salir de ahí, al menos con vida. Pasaron unos minutos en los cuales me encontraba encogido y sumido en mis propias pesadillas cuando un fuerte pitido me sacó de aquel insufrible trance

- ¿Qué estoy haciendo? - me pregunté una vez volví en mí - tengo una misión que cumplir. No puedo fracasar - y dicho esto apoyándome en una pared me incorporé - Zero Two, disculpa la tardanza, voy en camino.

Finalmente tras un buen rato de búsqueda, descubrí unos pequeños salientes deformes en una de las paredes que llevaba hasta una de las plataformas superiores del piso, probablemente desde dónde me había caído anteriormente. Tras titubear y contemplar vacilante aquella pared, agité mi cabeza de lado a lado para deshacerme de todos mis miedos y comencé a trepar. Una vez en la superficie sentí como el mundo se venía a bajo, mi cabeza había comenzado a martillearme el cráneo, aquél dolor era tan insoportable que me hizo soltar un aullido tras caer al suelo hecho una bola. Sentí como un millar de recuerdos abordaban mi mente de manera fugaz y luego desaparecían. Mis mejores momentos con aquellos a quienes quería surgieron en el peor momento, no estaba preparado para morir, no sin encontrar a Zero Two antes. Me levanté como pude y comencé a caminar tambaleándome hacia los lados, todo a mi alrededor giraba y se movía de un lado a otro, pero yo tenía que hacer todo lo posible por mantenerme firme y no ceder ante mi falta de energía y de fuerzas.

Llegué hasta la puerta que comunicaba con la Star Entity. El conducto por el que se llegaba al corazón de la Apus estaba destruido. Desde dónde me encontraba podía ver como a lo lejos se alzaba la figura de Strelizia. Era algo maravilloso y a la vez espantoso de contemplar. Sin pensármelo dos veces me dirigí hacia el interior del conducto y una vez llegué al final de este contemplé los pedazos de un klaxosaurio desperdigados por el suelo.

- ¿Y esto? - no entendía muy bien que era eso pero decidí no prestarle mucha atención.

Con mucho cuidado bajé al piso y trepé los hilos rosas que conectaban con la plataforma en la que se situaba Strelizia. Una vez en esta mi cuerpo se quedó paralizado. Sentía miedo, por fin había llegado a mi destino pero, ¿Que debía hacer ahora?¿Volvería a encontrarme con Zero Two? Una parte de mí deseaba girar la manivela y entrar en la cabina interior de Strelizia pero, otra parte de mi por el contrario, deseaba quedarse ahí por el resto de la eternidad. Entre tanto me encontraba agarrando la manivela, quieto como una estatua, cuando un tercer impacto me hizo salir despedido girando la manivela en el acta. Todo a mi alrededor comenzó a moverse a cámara lenta. Las gotas de sangre quedaban suspendidas en el aire. Mi cuerpo iba descendiendo en el vacío de la Star Entity muy lentamente. En ese momento no pude hacer otra cosa salvo sonreír, ya no había nada que pudiera salvarme. Todo había acabado. Jamás podría volver a ver a Zero Two.

- Lo siento... He fracasado... - justo antes de que todo volviese a fluir con normalidad derramé una lágrima y me precipité al vacío

Unos segundos antes de impactar contra el suelo me detuve en el aire. Abrí los ojos y al contemplar que no estaba muerto giré la cabeza para descubrir como unos cables que habían salido disparados desde Strelizia estaban atados alrededor de mi cuerpo

- Te tengo - esa voz penetró en mi mente - Darling

Zero Two & Hiro - Juntos Hasta El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora