Capítulo 23 - "Mi alma, mi esencia"

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Volví a abrir de nuevo los ojos y me llevé la mano a la mejilla. Estaba húmeda, estaba llorando. Cerré los ojos por un breve periodo de tiempo y esbocé una sonrisa que cambié rápidamente por una expresión seria.

- Cumpliré esa promesa que te hice, Zero Two, no sé como ni cuando, pero te aseguro que lo haré - acto seguido miré al frente y continué caminando

Necesitaba llegar a la sala que estaban empleando como "ala médica improvisada", de lo contrario, moriría desangrado en el suelo helado de uno de los pasillos de aquella nave Klaxosauria. Miré hacia delante y tan solo vi un oscuro corredor que seguía alargándose llegando a los confines de la nave. Tragué saliva, no aguantaría mucho más. Finalmente llegué a una sala en dónde había una gran multitud de cajas, botiquines, etc. El tamaño de la sala no era muy grande, pero tampoco demasiado pequeño, tenía una forma rectangular y, en la esquina de la pared del fondo a la derecha se situaba una camilla. A continuación una mesilla y después de esta una cómoda, la cual empleaban para almacenar algunas de las cajas. Rápidamente me acerqué al montón de suministros y comencé a rebuscar entre estos, tenía que haber algo, al fin y al cabo, cuando salimos de la Tierra los "Nine" iban con nosotros, no se arriesgarían a perder una oportunidad de ataque tan oportuna como la que estos les ofrecían. Tras buscar durante un rato, encontré una caja dónde había bolsas de sangre en las cuales habían escrito con rotulador en función al tipo de sangre de cada Parasyte, ignorando por completo estas bolsas seguí escarbando sin demasiado cuidado dentro de la esta, desesperándome a cada segundo que pasaba. Tras un par de minutos insistiendo comencé a sentir un mareo que me volvió la vista borrosa por unos instantes.

- Maldición... No me queda nada... Tengo que darme prisa... - me llevé la mano a la cabeza como acto reflejo - Solo... Un poco más... Por favor...

Seguí buscando dentro de la caja como pude, pero, una vez en el fondo de esta sentí como los brazos dejaban de responderme, sentí una sensación relámpago de como todo mi cuerpo se iba entumedeciendo hasta el punto de llegar a no sentir ni la punta de mi nariz.

- No... No puede ser... Tengo que cumplir mi promesa... Yo... Ella... Aún tenemos que escribir el final del cuento... -

Mis piernas comenzaron a temblar y las rodillas cedieron ante el peso que comenzaba a sentir. Para no caer y golpearme la cabeza, mis brazos cayeron amortiguando el impacto de mi cara contra el suelo, lo cual era algo de agradecer, y más aún en esas circunstancias. Mientras yo resistía las ganas de rendirme y ceder ante los deseos de todo mi cuerpo, comencé a escuchar unas voces que se iban acercando poco a poco.

- No sé vosotros pero yo estoy preocupada por Hiro, es decir, ¿Habéis visto su cara antes de marcharse? Parecía destrozado - la voz de Ichigo tenía un tono de tristeza y amargura

- No, si en realidad, tienes razón... - admitió Miku con un tono de lamentación - pobre Hiro...

De pronto una voz algo más grave se superpuso a las suyas.

- Chicas, dejaos de cháchara, tenemos que encontrarle y rápido. Levantarse así e irse solo... Ha sido muy irresponsable por su parte, recemos porque no le haya pasado nada - Goro mantenía un tono serio y firme pero, que sabía perfectamente que era únicamente para las apariencias.

Traté de estirar mi brazo inútilmente, intenté gritar, pero también fue en balde,  las lágrimas comenzaron a discurrir por mis mejillas - a-y-u-d-a...- de mi garganta únicamente salió un hilo de voz, insuficiente como para llamar siquiera su atención. Poco a poco las voces se iban alejando y, con ellos mis posibilidades de supervivencia. No era capaz de asimilar que mis horas estaban contadas, que nadie vendría a por mí, que hacía una hora habría sido mi última vez pilotando una franxx. Comencé a sentir un peso en los párpados que iba aumentando a cada segundo que pasaba. Todo a mi alrededor comenzó a difuminarse. Ruidos, sonidos, voces, objetos y demás comenzaron a perder su nitidez frente a mis sentidos.

- L-lo siento... No he sido... Capaz de hacer nada... T-te quiero... - inconscientemente esbocé una sonrisa que se llevó hasta la última pieza de mi alma - Hasta siempre... Zero Two...

Mis párpados finalmente se cerraron de par en par. Todo estaba oscuro. En mi mente no se escuchaba nada, ni voces ni ninguna especie de sonido. Al igual sucedía lo mismo con las imágenes, era incapaz de pensar en ninguna forma, cuerpo o lugar. Todas las sonrisas, lágrimas, miradas de ternura, alegría, ira, odio e incluso amor. Todo se iba esfumando rápidamente de mi memoria, como si un agujero negro fuera el encargado de succionar toda esa información. De pronto se me olvidó mi nombre, quién era y, por último, que era. Finalmente sentí como mi alma y conciencia se iban separando de mi cuerpo y alejándose de este. Era mi fin. Yo ya había muerto.

- (Darling, hola de nuevo...)

Zero Two & Hiro - Juntos Hasta El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora