Capítulo 8

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Sentía tanta ira y tristeza dentro de mí pecho que este ya empezaba a dolerme,mis ojos no dejaban de llorar en silencio,era medio día y no había casi nadie en las calles,el sol me picaba a pesar de no estar tan fuerte,después de haber caminado unas 5 cuadras encontré un bar en una esquina que me hizo detenerme y entré sin pensarlo dos veces, me importaba una mierda la hora que fuera,yo necesitaba desahogarme,quería embriagarme y perder el conocimiento.

El lugar estaba solitario y un poco oscuro,la musica estaba suave así que no me molestó,fuí directo a la barra,me senté y pedí el trago mas fuerte que tuvieran,ignorando la mirada y comentarios del cantinero,al probarlo me di cuenta que no podría soportar otros iguales a ese así que solo pedí cerveza,el tiempo se me hizo eterno en ese lugar y al final no logré emborracharme al grado que pensaba hacerlo,pero sí terminé mareado,vaceé mi billetera en aquel lugar,gastandome toda la mesada del mes,al salir me dí cuenta que empezaba a oscurecer,caminé de regreso a mi hogar,mi móvil no dejaba de vibrar dentro de mis pantalones,no me dí la molestia de atenderlo,seguramente serían mis padres,que patético, a mitad de camino encontré una roca que pateé hasta que se me acabó el camino,solté un suspiro antes de entrar.

―Estas castigado Bill―Informó mi padre con voz grave apenas me vió―

―¡Que novedad!―Exclamé con ironía y pasé de él―

―Por una semana―Agregó a mis espaldas esperando que eso me afectara―

―Vete a la mierda―Murmuré por lo bajo arrastrando los pasos hasta llegar a la escalera―

―Un mes―Sugirió aun detrás de mi,me detuve en el primer escalón y le enseñé el dedo corazón―

―Jodete,no me intereza.

―No te daré mesada―Continuó todavía siguiendome―

―No me importa,puedo robar—respondí con tono indiferente―

―Ni celular,Dame tu móvil―Me ordenó con voz grave,detuve mis pasos y lo encaré―

―No lo haré―Dije con firmeza―

―Soy tu padre,Obedeceme―Volvió a ordenarme,me quedé en silencio mirando con el ceño fruncido su mano extendida en el aire―

―Mm...―Comenzé con gesto pensativo―Así que eres mi padre ¿ah?―Le pregunté aparentemente calmado―Entonces...―Continué dirigiendole una mirada dura,me encontraba al borde―¿¡Porqué no empiezas a comportarte como tal!?―Le Grité con fuerza―

―¡A mi No me gritas maricón!―Respondió él de la misma manera dándome una gran bofetada en la mejilla izquierda que me dobló el rostro enseguida―

―¡Jörg!―Escuché a mi madre reclamarle,mantuve la cabeza gacha,creando una cortina con mis cabellos espesos y oscuros,encrispando los puños,aguantandome las ganas de llorar―

―Hijo,¿Estas bien?―Sentí las manos de mi madre tocarme el rostro con desesperación,sin embargo yo me aparté de ella,asintiendo lentamente―

―Alejate mamá—Dije con voz casi inaudible―

―Hijo...―Insistió con pesar―Estuvistes bebiendo Bill?

―Sí―Asentí y recobrando confianza levanté la cabeza para gritarles el resto―Sí, estuve bebiendo y me gasté toda la maldita mesada en alcohol!―Hize una pausa para suspirar y pasarme una mano por el cabello―Pero que pendejada,no se ni para qué se los digo―Me lamenté en voz baja,encogiendome de hombros―¡Si ni siquiera les importa!―Volví a gritar―

―Eres nuestro hijo Bill,nos importas―Dijo mi madre con aparente angustia en su mirada―

―¡Callate!―Exclamé exasperado,la voz me comenzó a temblar―¡No más mentiras! No más! ¿Porqué no van con Alex? El si les importa,yo no.

―¡Ya basta con eso Bill!―Gritó mi mamá al borde del llanto,se veía desesperada y por un momento sentí pena por ella―

―Está celoso,Simone―Comentó mi padre con voz aburrida,pero ella lo ignoró―

―¡Ambos son mis hijos y los quiero a los dos!―Clamó con dos lagrimas atravezando sus mejillas,aparté la vista de ella sintiéndome levemente mal―

―¡Mentira!―Grité golpeando la pared con el puño cerrado―

―¡Ya me harté Bill!―Fué ahora mi padre quien gritó,sobresaltandome con su voz gutural―vé a tu habitación y no sales de ahí hasta nueva orden―Demandó―

―¡Sí,eso haré!―Grité exaltado,los dos adultos me miraron con sorpresa,me sentía raro,mareado,mal,me daban retorsijones en el estomago provocandome un gran malestar,seguramente debido al alcohol pero era horrible,les di la espalda y terminé de subir las escaleras mientras les gritaba con histeria―: ¡Me encerraré en esa puta habitación y me cortaré las malditas venas para no salir jamas!

―¡Bill!―Fué el grito de mi madre que escuché antes de cerrar la puerta con llave―

Seamos malos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora