Capítulo 25

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Tom y yo acordamos ir a una fiesta esa noche. Total, no es como si tuviéramos a la CIA o toda la guardia nacional detrás de nosotros.
Estábamos en su habitación.
Él en la cama esperando por mi, y yo frente al espejo repasando mis ojos con un lápiz.
—Tom.—Le llamé —
—¿Si?
—¿Porque hay una pipa en tu baño? ¿ Es tuya?
—Si.
—¿Qué haces con ella?
—fumo.—respondió en un tono de obviedad—
-Que clase.-Aclaré-
-Todo lo que sea fumable.
-Bien.-Avisé- Ya vámonos.
-¡Al fin!

Salimos de su casa y subimos al auto de mi novio rumbo a un pub en el centro, de esos a los que cualquier clase de persona podía entrar.
No hablamos mucho en el trayecto que demoró el recorrido.
Yo me concentraba en relajarme y dejar de pensar en el episodio vivido esa tarde. Aunque los recuerdos siguieran llegando en forma de lluvia dentro de mi cabeza. No podía evitar ausentarme por momentos pero me decía a mi mismo que era hora de despejarse.

Ingresamos al lugar.
Tom me tomó de la mano con fuerza una vez dentro, había mucha gente y la musica sonaba fuertemente.
-No te alejes de mi Bibi.-Susurró en mi oído-
-Tom...¡Como si no pudiera defenderme solo!-Proteste-
-De todos modos...
-Si, Si, está bien.
-A lo que vinimos mi amor.

Tom se apropió de mi cintura y avanzamos entre toda la gente hasta llegar al centro del lugar, donde había una especie de pista.

-Muevete para mi.

Lo miré fijamente a los ojos y de sus labios salió una sonrisa maliciosa al mismo tiempo que se me formaba una idéntica en el rostro.
Crucé los brazos por su cuello y empecé a moverme con la música, sin despegar ni un momento mis ojos de los de Tom.
Había algo diferente en su mirada, algo que no lograba identificar del todo pero de alguna manera lograba verse más atractivo, peligroso, como sublime...
Sudamos por un buen tiempo y debo admitir que casi no podía ni caminar, tenía semejante excitación entre las piernas que me dolía con el mínimo roce del pantalón.
Nos sentamos y bebimos, luego...Todo se salió de control.
Empezamos a tocarnos y a ser más descarados, no puedo describir exactamente lo acontecido ya que tenía bastante alcohol en la sangre y después, no fue solo eso, nos reunimos con unos chavales que en la vida había visto pero que, nos tratábamos como si nos conociéramos desde siglos.
Fumamos marihuana y jugamos a ese juego de los retos, pero en vez de besos; alcohol.
Después de eso estaba lo suficiente nublado como para estar plenamente consciente y creo que Tom estaba igual, o peor...
Recuerdo muchas risas y música, gritos, cigarros, botellas de vodka en mi mano, saltos... Pero sobre todo aquella dureza de la entrepierna de mi Tom. Recuerdo haberme restregado contra él como un perro en celo.
Dios...fue completamente desastrosa aquella noche pero más que placentera.
Recuerdo que con Tom salimos como pudimos de aquel lugar y nos subimos a su auto, riéndonos como idiotas, en mi mano una bolsita con no se qué que me había dado una tipa cuando entré al baño.
Respiraba agitado, sentía mi corazón demasiado acelerado, el efecto de los químicos consumidos quizá.
Estábamos en el auto pero sin intención de marcharnos.
En los asientos traseros, acostados. Tom debajo mio y yo sobre él. Su respiración en mi cuello y la mía en su boca, compartiendo el mismo aire caliente y alcoholizado.
De pronto todo se volvió aún más caliente.

Respirabamos como ancianos sin pulmón y nos tocábamos sin pudor, poco a poco la ropa fue desapareciendo y la libido se incrementó En mi. Debo admitir que nunca antes había tenido contacto sexual con Tom, después de aquella noche en su casa cuando recién nos conocimos no volvió a suceder más por difícil que resulte creer.
Esa noche supe lo que era mamarsela a alguien, esa noche probé su sabor y él me probó a mi. Esa noche supe lo que era estar vivo, lo sentí de verdad, lo sentí en plenitud.
Desde que su pene entró en mi hasta que pude sentir su gloriosa semilla invadirme.
Esa noche seguramente yo perdí mi garganta de tanto gritar y Mí Tom habrá perdido su oído por mis gritos.

A la mañana siguiente el sol golpeó mi rostro y un puño la ventana, desperté sobre el cuerpo de mi novio, completamente desnudos y llenos de una viscosidad que...ahora resultaba poco agradable.

-¿Bill Kaulitz?

¿Que coño?

¿...Como habrá logrado bajar la ventanilla...?

Miré confundido al oficial y él sin esperar respuesta se respondió a mismo.
Esperen, ¿Oficial?

-Oh, Por supuesto que es usted.-Murmuró- Vistase y salga del auto.-Ordenó con firmeza y se alejó de la ventanilla-

¿...Y ahora qué mierda...?

Seamos malos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora