Al salir del cuarto de baño giré la cabeza hacia mi izquierda, llevándome la sorpresa de que Tom estaba ahí, observándome. Me sobresalté un poco y metí las manos en mis bolsillos, esperando que sucediera algo.
Un tenso silencio se extendió por varios segundos entre los dos.
Tom estaba parado justo debajo del marco de la puerta, su rostro no tenía ninguna expresión y sus hermosos ojos verdes me miraban con intensidad.
-¿Que ha sido todo eso?- Preguntó finalmente mi rubio en un murmullo-
Moví la cabeza negativamente y bajé la mirada.
-Solo...Un...Ataque...-Respondí con la mirada en el suelo a la vez que me encogía de hombros-
-¿Ataque?-Repitió-
Asentí.
-¿De que?
-De pánico. -Respondí levantando mi mirada rápidamente-Descuida, no es la primera vez que me da.
-¿Ya te había dado antes?
-Si. Hace...-Hice una pausa y me llevé una mano al rostro, tapándolo en cierta parte con ella- Hace tiempo.
Tom guardó silencio por unos segundos.
Su rostro había pasado a tener una expresión y sus ojos se notaban preocupados.
-No es nada grave, ¿Cierto?
-No.-Le respondí en un susurro-Entonces comenzó a acercarse. Bajé la cabeza y dejé que sus brazos me envolvieran. Siempre me iba a resultar reconfortante aquella acción. Siempre y cuando fuera él quien la realizara.
-¿Estas bien?
-Ahora lo estoy.Suspire cuando Tom dejó un beso sobre mi cabeza.
Nuevamente el silencio se adueñó de la escena. La incertidumbre nos invadía a ambos, podía sentirlo.¿Y ahora qué?
La gran pregunta. La gran incógnita. Completamente atrapados. Acorralados. Solo nos quedaba Vivir. Vivir de la mejor manera que sabíamos hacerlo; Siendo malos juntos.