Capítulo 21

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Al siguiente día fui dejado por Tom en mi casa, pues había pasado toda la noche junto a él y no despertamos hasta bien entrada la mañana.

Me despedí de mi novio y me trepé hasta mi cuarto, una vez allí dentro saqué un paquete cuadrado no muy grande que se resguardaba en el interior de mi jersey, busqué mi mochila y lo dejé dentro de esta, empecé a desvestirme, ese día debía asistir a clases.

Me di una ducha, me alisté y bajé a la cocina, el paquete había sido un regalo de Tom, el problema era que ahora debía andar con él por ahí como si no representara nada grave, y no tenía otra opción porque mi madre acostumbra a revisar mi cuarto cada semana, quiero decir a "Limpiar".

—  Pensé que no irías mas a la escuela—Mencionó mi padre al verme entrar en la cocina—

—  Pues no pensaba ir, pero resulta que ir a la escuela es mejor que quedarme aquí contigo todo el día—Contesté a la vez que me sentaba junto a él en el comedor— No hay comida para mi ¿cierto?—Pregunté sin esperar respuesta alguna—¡Maldición es como si no existiera!—Mascullé a la vez que azotaba violentamente la mesa—

—  Bill, ¿por qué no te has defendido?—Pregunta de repente, me vuelvo a mirarle con desconcierto—

—  ¿De qué hablas?—Cuestioné—

—  Lo de ayer, pensé que harías algo, me agredirías...no sé, pero te quedaste ahí como una niña indefensa...—Mi mandíbula se apretó automáticamente cuando dijo eso ultimo y de inmediato comencé a encenderme— Bill, no puedes andar por ahí dejando que todos te pisoteen—Continuó con un tono que aparentaba estar preocupado—Debes defenderte hijo...

 —¿Osea que hubieses preferido que te golpeara?—Le interrumpí—

—  No pasa nada hijo, los dos somos hombres, hubiésemos podido soportarlo, así es como los hombres de verdad resuelven sus problemas

— ¡ESTÁS ENFERMO PAPÁ! —Le grité con rabia y me levanté de la mesa hecho un huracán, como siempre la inoportuna de Brenda se atravesó en mi camino hacia la puerta y tuve que apartarla con un empujón—

— ¡Si serás...!!! ¿¡Es que nunca puedes fijarte!?—Le grité desde el umbral para posteriormente cerrar la puerta y seguir andando a grandes zancadas—

A medida que iba caminando y que me alejaba de esa estúpida casa mis nervios se iban calmando y todo mi cuerpo dejaba de agitarse, cada respiro era mas tranquilo, una suave brisa comenzó a correr y la velocidad de mis pasos a disminuir.

Caminaba por la vereda con las manos en los bolsillos y los cabellos removiéndose por todas partes, a causa del viento, me hallaba relativamente tranquilo hasta que unos pies se atravesaron en mi camino, como iba mirando hacia abajo tuve que levantar la cabeza para desgraciadamente encontrarme con Jaison, puse los ojos en blanco al verlo y me detuve a esperar con mala cara lo que iba a decirme.

— Bill...¿puedo acompañarte camino a la escuela? —Preguntó con cierto dejo de timidez—

Lo observé por un momento, en silencio, pero sin cambiar mi mala cara.

No puedo negar que estaba realmente bueno pero yo ya tenía mi rubio.

—No.—Respondí finalmente y eché a andar otra vez—

— Bill...—Me llamó a mis espaldas y como no le hice caso me tomó del codo para detenerme en seco,hice una mueca—Lamento lo de aquella noche, yo...

— ¡Por favor!—Le interrumpí zafandome bruscamente de su agarre—No te disculpes Jaison, no somos nada, ¡ni siquiera amigos!—Exclamé y al ver su cara de tristeza decidí agregar con la voz un poco mas baja—Ademas...eso fue hace mucho

Seamos malos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora