Habían pasado ya varias semanas desde que Tom y yo comenzamos a salir...
¡Los mejores jodidos días de toda mi jodida vida!
Estaba conociendo un lado tan remotamente oculto en mí que Solo Tom había sido capaz de remover y hacerlo emerger hacia la superficie
A veces sentía que no era lo suficiente para él…
Él tan lindo y bueno que aún me parecía irreal que una persona como él estuviera conmigo; un chico problemático y antisocial al que ni siquiera sus padres querían…pero eso no importa ya, con Tom a mi lado nada importa ya, es lo mejor que le ha podido pasar a mi jodida vida, sin duda lo es.
Estaba a punto de salir de mi habitación, pero la puerta fue trancada por algo, más bien alguien.
— ¡Otra vez tú! —Exclamé al ver a la tonta niñera de Alex frente a mí, atascándome el paso— ¿Qué? —Pregunté de mala gana—
Traía a mi hermano en los brazos y lo agitaba desesperadamente mientras que este no dejaba de llorar, fruncí el ceño, ni papá ni mamá estaban en casa…ni loco me haría cargo yo del mocoso ese.
—Joven Bill disculpe que lo moleste pero el pequeño no deja de llorar, no sé qué le pasa y…—Se notaba preocupada pero yo no tenía tiempo para atenderla, me estaban esperando y no podía hacerlo esperar, por mi bien…—
— ¿Y porque me lo dices a mí? —La interrumpí— ¿Qué supones que yo pueda hacer? Tú eres su niñera, tú hazte cargo.
—Pero ya lo he probado todo y no se calma porque no lo sostiene usted…—Sugirió al mismo tiempo que me tendía el niño, me hice para atrás esquivándolo con repulsión—
— ¡No! ¡Ni me lo acerques! —Espeté al mismo tiempo que elevaba una mano—Ya te dije que ese es tu trabajo no el mío, no me interesa que tan mal pueda estar ese mocoso…—Le dije con tono despectivo y pasé de ella yendo directamente hacia las escaleras, las bajé a trote y Salí de casa para dirigirme al lugar de la cita planteada, pero antes tuve que hacer un pequeño préstamo del dinero de mi queridísimo padre, caminé sintiéndome el puto dueño del mundo, me encantaba esa sensación de grandeza, de superioridad, de comodidad, comodidad que solo me ha brindado mi Tom, a su lado me siento grande. Suspiré al recordarlo y no pude evitar que la sonrisa idiota apareciera en mi boca—
El parque en el que me encontraría con Jhonny se encontraba un poco alejado de mi casa, se había decidido que sería mejor así, hacer una compra de tal tipo no podía hacerse en cualquier lado ni mucho menos cerca de mi hogar, entre más lejos mejor, además, a él también le convenía.
— ¿Qué hay tío? —Le saludé con rudeza una vez estuve frente a él—
—Qué onda—Murmuró al mismo tiempo que elevaba brevemente el mentón como gesto de saludo—Espero tengas mi dinero.
—Solo Si tú tienes el encargo —Le respondí con seriedad—
—Por supuesto que lo tengo, estás hablando con el “gran J” —Dijo con arrogancia—nunca fallo con esto tío
—Bien—Abrí sutilmente mi sudadera al mismo tiempo que jhonny sacaba el paquete envuelto en una bolsa de papel y lo depositaba en mi mano (que se encontraba dentro de la sudadera) con total tranquilidad, subí el cierre y le entregué su dinero en lo que pareció un apretón de manos—
—Gracias por su compra—Dijo entre risas y yo le palmeé el brazo riendo también—
—Nos vemos cabrón—Me despedí con una sonrisa—