Te necesito

22. EL JARDÍN

Cuando Eva llegó a casa se tumbo en la cama sin quitarse la ropa, mirando el techo. Hugo hizo exactamente lo mismo.

"Nos vemos mañana? a las seis en carretera de las rosas 88, buenas noches bonita"

- Eva... ¿no te estarás enamorando, no? – se preguntó a sí misma.

"Está bien. Buenas noches guapo"

- Estoy viviendo un sueño, que alguien me pellizque porque no me lo creo – se dijo Hugo.

Los dos se quedaron dormidos pensando en todo lo que había pasado esa noche, el beso sorpresa de él, el beso sentido de ella...

...

Al día siguiente Hugo esperaba a Eva en su antigua casa. (Cuando su padre se fue de casa su madre quiso cambiar de aires y se mudaron a la casa donde viven ahora, pero aquella casa no la habían vendido.) Hugo adoraba ir allí en los momentos en que estaba más triste y se sentaba en el jardín a pensar. Un jardín amplio y que él mismo cuidaba; verde, lleno de flores, con un banco en el centro rodeado de arboles que le procuraban sombra.

- ¿Hugo? – escuchó desde dentro.

- Sí Eva, pasa – dijo él.

- ¿Qué es este sitio? – preguntó ella curiosa.

- Antes vivíamos aquí, hasta que mi padre se fue, después nos mudamos a donde vivimos ahora – explicó Hugo.

- ¿Y quién cuida el jardín? Porqué es precioso... - dijo mirando embobada a todos lados.

- Yo. Vengo aquí algunas tardes, cuando quiero pensar... ¡Ven! Vamos a sentarnos.

Los dos fueron hasta el banco y se sentaron, Hugo sacó de detrás de él una cámara de fotos.

- ¿Me dejas? – dijo enseñándole la cámara.

- ¿A mí? – dijo ella escondiéndose detrás de su pelo.

- Sí – aprovechando para hacerle una foto – Mira, estás preciosa.

- ¡Calla! Que me da vergüenza.

- Ui, ahora doña popular va a resultar que es tímida – dijo él riéndose.

- Es que es una fachada – dijo ella – lo de ser lanzada, chula y eso... - confesó volviéndose a esconder detrás de su pelo.

- Ya lo sé, ¿sabes? Llevo observándote desde que acabamos la primaria, cuando supe que iba a coincidir contigo toda la secundaria me puse muy contento, y pese a que mi madre quería cambiarme de instituto porqué me hacían bullying yo me negaba, solo porque sabía que algún día tú cambiarías – confesó Hugo.

- ¿De verdad? – dijo ella con un halo de ilusión en sus ojos al saber que era ella quién Hugo estaba convencido que lo necesitaba.

- Totalmente – dijo él levantándose y sentándose en el suelo para hacerle una foto desde abajo.

- ¿Qué haces?

¡Click! ¡Click!

- ¡No me hagas fotos sola! Que ya te he dicho que me da vergüenza – dijo ella.

- Pero si sales preciosa, no seas tonta – le contestó riendo.

- Déjame la cámara – dijo quitándosela de las manos y sentándose encima de él rodeándole el cuello con un brazo y dándole un beso en la mejilla.

¡Click!

- ¿Ves? Así sí. Salimos los dos...nuestra primera foto juntos – dijo ella a la vez que le daba un beso en los labios y aprovechaba para hacer otra foto.

Y así pasaron la tarde, entre fotos y risas. A la hora de despedirse...

- Hasta mañana – dijo él.

- Hugo yo...

- ¿Sí?

- No te enfades pero yo... ¿podemos llevar lo nuestro en secreto? – dijo ella mirándole a los ojos y suplicándole con la mirada – Al menos de momento, por favor...

- Claro – dijo él, algo decepcionado de tener que salir de su burbuja de una patada. Pero incapaz de enfadarse con ella le dio un beso.

- Gracias – dijo ella devolviéndole el beso y saliendo de la casa.

- ¡Eva! – chilló Hugo mientras ella se alejaba.

- ¿Sí? – dijo ella volviéndose hacia él con una sonrisa.

- Que... ¡Te quiero! – se sorprendió de sus propias palabras.

Eva volvió corriendo hacia él y lo besó con urgencia, cómo si hiciera tiempo que no se besaban cuando realmente solo hacía unos minutos.

- Yo también te quiero – dijo ella dándole un último pico y saliendo corriendo calle abajo.

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