25. DESCUBRIMIENTOS

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- ¿Quién es este? – preguntó Hugo

- Ramón, encantado – dijo el chico mientras le tendía la mano.

Hugo seguía sin entender nada. ¿Por qué le había llevado ahí? ¿Quién era Ramón y qué hacíamos en su local?

- Pasa anda – dijo Eva poniéndole las manos en los hombros y haciéndole avanzar.

- No entiendo nada Eva, me puedes explicar ¿qué hacemos aquí?

Entraron a una sala llena de colchonetas y juguetes. De repente una niña salió de una puerta que había en un lado de la sala.

- ¡Eva! – chilló la niña - ¡Qué bien que hayas vuelto!

- Claro pequeña, ya te dije que iba a volver muy pronto – dijo Eva cogiéndola en brazos.

Hugo miraba hacia todas partes, ¿una ludoteca?

- Hugo, ésta es Soraya. Es hermana de una niña muy especial.

- Sí, mi hermana se llama Nazaret – dijo la niña mirando a Hugo – es muy guapa, ¿a que sí Eva?

- Sí – dijo ésta riendo – es guapísima.

- ¿Ah sí? - preguntó Hugo - ¿Y dónde está esa hermana tan guapa? Porqué si se parece a ti seguro que es guapísima.

- Mira ven – dijo haciendo que Eva la bajara al suelo para señalarle a Hugo una puerta – entra, está aquí.

Eva, Soraya y Hugo se dirigieron hacia la puerta y entraron. Una vez dentro Hugo pudo comprobar quién era Nazaret. Una niña con síndrome de Down, y no era la única que había en aquella sala.

- Ésta es Nazaret – dijo Soraya muy contenta.

- Hola Nazaret – dijo Hugo mirando a la niña que no debía tener más de siete años.

- Mira éste de aquí se llama Rubén y ésta – dijo señalando a otra niña - es Maragda, tiene dos años.

- Eva... ¿de qué conoces a ésta gente?

Eva se había sentado en el suelo y había sentado a Maragda entre sus piernas. Hugo se sentó y Soraya se puso con él.

- Son niños especiales.

- Ya lo veo.

- Soy su monitora; muchas tardes vengo aquí a estar con ellos. Les viene muy bien ver a gente nueva que no son sus padres, así aprenden a relacionarse. Por eso he llegado tarde, estaba aquí y se me ha ido el santo al cielo – dijo mirándolo.

- Pero... ¿por qué no me habías dicho nada Eva? Podríamos haber quedado otro día, o podría haber venido aquí directamente.

- Tranquilo, es que no quiero que nadie sepa que hago esto.

- ¿Por qué no Eva? Hacer esto te convierte en una persona más increíble aún de lo que ya eres. Si la gente supiera esto de ti...

- Si la gente supiera esto de mí – interrumpió Eva – todo sería muy diferente.

- Sí – afirmó Hugo.

- Bonitas, nos tenemos que ir – dijo Eva levantándose y dejando a Maragda en su silla.

- ¿Vendrás a vernos otro día? – preguntó Soraya a Hugo.

- Claro – dijo éste mirando a Eva y sonriéndola.

La verdad que si antes la quería, ahora Hugo estaba completamente seguro de que estaba enamorado hasta las trancas de ella.

- Por cierto – le dijo Eva mientras iban para casa - ¿Qué me querías decir antes?

A Hugo ya se le había olvidado todo, las risas de sus amigas, el pasotismo de ella en el colegio... todo. Había alucinado con el lado oculto de Eva y ya no podía huir de ella.

- Nada. Que eres la persona más maravillosa del mundo – dijo él parándose para darle un beso antes de cogerla de la mano para volver a casa.

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¡Ya hemos pasado de la mitad de la historia! 👀
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