Te necesito

6. SE HA OLVIDADO

- Qué bien, un trabajo con Eva, lo que me faltaba – pensó Hugo – Encima tendré que hacer yo todo el trabajo, porqué ella pasa de todo, solo le importan los tíos... y lo mejor será que ella se llevará también la nota. Ffffff...

Hugo se acerca a Eva y a su grupo de amigas.

- Shh – dice Sam.

- ¿Qué quieres?– dice Mai.

- Hablar con Eva – le responde Hugo – sin vosotras de por medio.

- Chicas, fuera – les dice Eva – Dime.

- ¿Cómo quedamos para el trabajo?

- Como tú quieras – dijo dándole la última calada al cigarro.

- ¿Vamos a la biblioteca?– dijo él.

- ¿Y arriesgarme a que alguien me vea contigo? No, paso. Mejor vente después de clase a mi casa.

A la vez que decía esto cogió la mochila y se fue para clase.

- Pero si no sé dónde vives – dijo Hugo, quedándose hablando solo – ffffff...

El resto del día pasó con normalidad: Hugo siendo el objeto perfecto para las burlas de todo el instituto, y Eva, después de lo que le hizo a éste, siendo todavía más popular.

...

Al acabar las clases, Hugo corrió para irse detrás de Eva, eso sí, sin que ésta le viera, para poder saber donde vivía. Eva por el contrario se había olvidado de que había quedado con Hugo, y se fue con Rafa al parque. Hugo que los había seguido se quedó en la esquina mirándolos.

- Joder, ya se ha olvidado de que había quedado conmigo para hacer el trabajo, qué también es normal, porqué ¿quién se va a acordar de que ha quedado con el friki de clase?– Hugo juraría que se podían oír sus pensamientos desde la otra punta de la ciudad.

De repente vio como Eva se levantaba y salía corriendo hacia donde estaba Hugo, dejando a Rafa ahí tirado.

- Mierda, mierda – piensa Hugo - ¿Y qué le digo yo ahora? ¿Qué soy un psicópata que la estaba siguiendo para saber dónde vivía?

Alguien se choca contra él tirándolo al suelo y quedándose encima de él.

- ¡JODER!

- Perdón, perdón.

- ¿Eva?

- ¿Hugo? – dijo Eva - ¿Qué haces aquí? – se levanta del suelo y le tiende la mano para ayudarlo a levantar.

- Em... Me iba para casa – improvisó Hugo.

- Ah, muy bonito. ¿No te acordabas que habíamos quedado para el trabajo? – se hizo la indignada.

- Sí, sí, pero estaba yendo a dejar los libros a mi casa – mintió de nuevo – que tengo que estudiar luego.

- Ay hijo, vive la vida, no sacaras nada bueno de los libros del insti – dijo ella risueña - ¿Vienes y acabamos esto ya o qué? Cuanto menos tiempo pase contigo menos se me pegará tu rareza – añadió haciendo una mueca.