III. Lluvia de Problemas

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Las lágrimas de mi hija caen por sus mejillas sin control mientras mi hermano intenta consolarla. Todos se encuentran alrededor de una camilla y yo en una esquina de la habitación observaba todo. ¿Quien estaba en la camilla y porque le lloraban? ¿Y si la persona del otro auto era un conocido? Daniela iba a odiarme. Sin siquiera ver el rostro de la persona en la camilla, me acerque a mi hija para consolarla pero en ese instante, cuando me deje caer sobre sus hombros, fue como si no estuviese allí, y caí al suelo sin siquiera tocarla. Sentí una punzada de miedo al mirar a mi derecha sobre mi hombro a la persona sobre la camilla. Era yo ¿Encerio había muerto? De pronto pusieron una sábana cubriendo mi cuerpo en la camilla por sobre mi cabeza y mi hermano perdió el control y comenzó a llorar.
-ADE!! ADELYN!! NO TE VAYAS!! DESPIERTA!! ADE!!! ADEEEEE!!!!!!!!!!
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- Adelyn!!

Abrí un poco los ojos batallando por el destello de luz sobre mi cabeza. Un hombre canoso con lentes con forma de ovalo me estaba observando con un plumón entre los dedos anotando cada uno de mis movimientos. Puse mi mano en mi frente encontrando un trozo de venda en ella. Daniela me observaba asustada desde el otro lado de la camilla frente a mi y Lalo estaba tomando mi otra mano entre las suyas.
-¿Qué ha pasado?

-Bueno.-dijo el doctor pausadamente con aquella pinta de sabio presumido.- usted tiene una pierna rota y se abrió la cabeza, más allá de eso todo bien.
-Gracias Doc¿Puede dejarnos a solas con ella?.- dijo mi hermano sonriente.
-Porsupuesto, compermiso.

Intenté incorporarme en la dura cama pero la cabeza me dolía horrible y cualquier movimiento era muy doloroso, no entendía que había pasado.
-¿Estas bien mamá? Extrañe tu comida extraña ayer por la mañana.
-¿Ayer? ¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?
-Solo dos días, hoy es Domingo, y te perdiste del viernes de lasaña.- dijo mi hija tratando de animarme.- Así que te traje un poco.

Puso un recipiente con lasaña un poco fría en una mesa con rueditas y la deslizó frente a mi. Le dediqué una amplia sonrisa, en cuanto una mujer de cabello anaranjado recojido hacia atrás con una diadema azul claro, entró en la habitación con una bandeja que contenía tres vasos de café. Era una mujer linda de piel rosada y ojos verde obscuro. Supongo que es Polette, la novia francesa de mi hermano.
- Hola, tu debes ser Adélin, la hermana de Eddie. Yo soy Polette, su novia. El habla mucho de ti y de Bani, tu hija.- dijo extendiendo su mano hacia mi, la cual tome.

-Si, yo soy Adelyn.- comente acentuando la "y" como indirecta, los franceses son extraños.- y mi hija se llama Dani, no Bani, pero un diez por esfuerzo, bienvenida a América.

Ella sonrió sin ningún rastro de molestia y se sentó en el sillón naranja que había en un extremo de la habitación. Me di cuenta de que tenía la pierna en alto con un pesado yeso en ella.

En mi Burbuja de SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora