XIV. ¿Cómo Explicarte?

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CAPITULO DEDICADO A NATALIA ROJO, QUE MÁS QUE UNA PRIMA ES UNA AMIGA.
Me quede paralizada por las palabras de James, el que yo conocía simplemente como el hermano de Peter. Daniel lo tenía rodeándolo con los brazos, mientras el dejaba los suyos a peso muerto a cada lado de su cuerpo. Daniel le llega a la barbilla a James y a su lado él se ve más pequeño de lo normal. De pronto recordé lo que Dani me contó de su padre, y de alguna manera regresé de mi shoc voluntariamente. Me acerqué a ellos y puse todas mis fuerzas para empujar a Daniel detrás de mi con enojo.
-Apartate de él.- dije con determinación.
El me miró confundido y luego con tristeza y desesperación.
-Ade, tenemos que hablar, yo te explico todo... Yo... Por favor.- dijo rascándose la nuca.
-Daniel, vayan al cuarto de Dani y... Esperenme ahí.
-Pero yo...
-¡Vayan Daniel!
Me siento en el sillón de la sala sin esperar a que él se siente y diviso a ambos muchachos alejándose hacia las habitaciones. Sin darme cuenta James ya está a mi lado a unos cuantos centímetros de mi.
-Para empezar ¿Qué edad tienes?
-Emm... Cumpliré treinta y uno pronto, pero ¿eso que tiene que ver con nada?
-Entonces.- digo y hago operaciones en la mente.- Daniel tiene catorce años... ¡Tenías como dieciséis años, James!
-Si, puedo explicar eso... O bueno, no.
-No quiero que lo expliques, no me interesa saber el porqué, quiero saber porque no lo aceptaste cuando te busco.
-¡Tenía miedo! ¿Si?
-Ah, y eso es suficiente excusa para dejarlo a su suerte, obvio...- digo sarcásticamente.- Yo he cuidado de ese muchacho estos últimos días, ya incluso es novio de mi hija, y yo he aprendido a quererlo, solo te pido que lo intentes también.
Él no dice ya nada, solo se levanta y camina hacia la puerta, y yo no se lo evito, me quedo ahí sentada mirando un punto fijo frente a mi, y a mis espaldas escucho sus pisadas y luego la puerta abriéndose, pero no escucho que la cierre.
-Se llamaba Florentina, yo le decía Tina.
Y con eso se va. ¿Tina? Ah, la madre de Daniel, la que murió frente a sus ojos y lo envió a un lugar desconocido a buscar a un padre que no lo esperaba ni lo quería. Me quedé igual que cuando llegó, con muchas dudas sin responder. Me frustra esta situación, no entiendo nada. Camino obligando a mis piernas a hacerlo, y me dirijo a la habitación de Dani. En cuanto abro la puerta de la habitación Daniel se lanza sobre mi, rodeandome por la cintura con los brazos. Yo le acaricio el pelo, que es sedoso y un poco largo, con corte de Justin Bieber cuando era mas joven, y color avellanas.
-No te preocupes, todo estará bien.- digo pero no sé si es para tranquilizarme a mi o a él.
Veo a Daniela sentada al borde de su cama con la mirada perdida en el suelo y yo aparto un poco a Daniel para que me explique que le pasa. Él voltea a verla y luego a mi.
-Le acabo de contar todo... De mi vida. Es triste que ella no tenga suegra y yo si, es injusto.- dice con humor pero noto algo de tristeza en su voz.
-¿No le habías contado?
Sacude la cabeza y yo me acerco a mi hija para sentarme a su lado y acariciarle la mano, pero ella la quita apenas la toca.
-No.
-Pero... ¿Que...?
-Tu sabías y no me lo dijiste.
-¿Eh? ¡Ah! Dani yo no tenía idea de que...
-Ahorratelo. Los dos me lo ocultaron, no tuvieron la confianza suficiente para decírmelo.
Daniel, que antes estaba en el umbral de la puerta, ahora se acerca inseguro.
-Perdona ¿Si? Pero no quería que me tuvieras lástima o algo así.
Silencio.
-¿Lástima?- dice mi hija después de un rato.- Pues ahora tus problemas son los míos, y en este momento no siento lástima por ti, si no decepción.
-¡No tengo porqué contarte mi vida solo porque si!- oh vaya, ahora está enojado.
-¡No es porque si! ¡Es porque quiero ayudarte!
-¡Basta! ¡Lo único que logras es hacerme sentir mal!
-¡Pues por hoy seré egoísta y te diré que en este momento no me interesa como te hago sentir!
-De acuerdo.- dice él y se va, probablemente a su casa.
-¡De acuerdo!- grita mi hija lo suficientemente alto para que Daniel la escuche donde quiera que esté.
Estoy en primera fila en una pelea entre mi hija y su novio... Genial. Lo triste es que es la primera y no han pasado ni treinta minutos desde que Daniela le dijo que sí. Esto me enferma y me pone mal, no quiero ver así a mi hija, y por alguna razón tampoco a Daniel. Me dejo caer en la cama y luego de un rato Daniela suspira y se deja caer a mi lado.
-Perdón.
No le contesto porque no sé que responder a eso. Nos quedamos así como media hora y de pronto me doy cuenta de que nunca se escuchó la puerta de la entrada. Me levanto estrepitosamente y empiezo a caminar hacia el pasillo. En la entrada la puerta si está abierta, pero es raro que no la haya cerrado. Mi instinto me hace caminar hacia afuera y se me pone la piel chinita al verlo. Daniel. En el suelo. Con un hilo de sangre saliendo de su nariz, pero consciente, notoriamente luchando por respirar. Daniela aparece detrás de mi y me aprieta el brazo al verlo. Al ver que no me muevo ella corre a su lado.
-¡Mamá!
Me acerco a su lado y pongo mi mano en su pecho. Su corazón palpita irregularmente. En el curso de primeros auxilios nos dijeron lo que era esto.
-Daniela, escucha esto con atención.- ella asiente y yo continúo.- Daniel está teniendo un infarto y necesito que llames a una ambulancia con tu teléfono.
Ella saca su iPhone del bolsillo de su pantalón y pone el teléfono en su oreja luego de haber marcado el número. Se aleja para hablar y me sorprende que este más calmada que yo. Si, tiene los ojos muy abiertos y las manos temblorosas, pero reacciona más que yo.
Luego de diez minutos llega la ambulancia y lo suben a la camilla.
-Tu ve con el, yo iré en el auto.- le digo a Daniela en el oído y ella asiente.
Dani corre a la ambulancia y se mete a la parte de atrás, donde va Daniel. Un socorrista se me acerca y toma mi mano.
-¿Es su hijo?
-El novio de mi hija...
-No creo que llegue al hospital pero haremos todo lo posible.
-Por favor, se lo ruego.
-El niño tiene problemas cardíacos ¿Lo sabía?
-No
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Kionda!!
No se asusten, o bueno si, pero tranquis.
No hay mucho por decir así que me despido mandándoles besos con sabor a tortas de jamón desde México guapo y bigotón. Los quiero!
-A

En mi Burbuja de SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora