CAPITULO DEDICADO A ESMERALDA DE MI SERVICIO SOCIAL, PQ EL DOMINGO ES SU CUMPLEAÑOS Y LE HE AGARRADO MUCHISIMO CARIÑO EN TAN POCO TIEMPO. GRACIAS POR SER MI MAMI MANGOS:3 (CHISTE LOCAL)
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Se me cayó uno de los zapatos a media carrera hacia el auto, pero yo seguí corriendo ya que Daniela, ya en su asiento, me gritaba cosas que no escuchaba,que supongo, no eran muy agradables. Me deje caer pesadamente en el asiento y encendí el auto con manos temblorosas tratando de verme más segura. Nunca había visto a mi hija tan pálida, mucho menos palidecer con la partida de una persona. Conduje a toda velocidad, literalmente, sobrepasando el límite establecido, pero sin miedo a que me multaran, esquivando autos y pasandome semáforos en rojo. El aeropuerto esta en el centro de la ciudad así que tardaríamos unos 25 minutos, sin tomar en cuenta el tráfico. Y pasó- y tenía que pasar en algún momento- justo cuando ya podía ver a lo lejos el edificio blanco, nos topamos con un embotellamiento de esos que parece que no tienen fin.
Luego de algunos minutos logré estacionar el auto en la acera más cercana, Daniela bajo casi corriendo sin siquiera cerrar la puerta del auto, cosa que yo tuve que hacer. Cuando por fin pude alcanzarla, estábamos en un área llena de sillas de aluminio, maletas y personas, muchísimas personas. Íban de un lado a otro con sus equipajes empujándose entre sí haciendo borlote por encima de las bocinas que anunciaban los vuelos que estaban por abordar y Daniela se paró en seco al escuchar lo que decía una voz de mujer en las bocinas.
-Vuelo 2312 a San Vitto, Italia favor de pasar a la puerta de abordaje número 8.
Volteamos al mismo tiempo hacia nuestra izquierda y ahí encontramos un número 2 de metal colgado de la pared. Al regresar la mirada al frente, Daniela ya estaba corriendo por el pasillo, reaccione tarde pero en cuanto volví a la realidad, corrí con todas fuerzas que encontré en mi interior, y que no sabía que existían incluso cuando yo había tenido la edad de mi hija. A pesar de eso no pude alcanzarla, ya que iba a unos cinco metros por delante de mi, muy apenas podía verla y era una fortuna que el pasillo siguiera derecho, porque de no ser así, en una vuelta la perdería de vista. A unos metros de la carrera ya me ardían los pulmones y no sentía las rodillas, intenté gritarle que parara un poco, pero ni siquiera se inmutó y siguió corriendo a toda la velocidad que sus piernas le permitían. Ya ibamos en la puerta número 6 cuando repitieron en las bocinas el mensaje del vuelo a Italia, y fue como si eso le diera mayor fuerza a Daniela ya que aceleró y la gente que por ahí pasaba me hizo perderla. En el suelo, ya en la puerta 7 encontré su teléfono en el suelo y lo tomé prácticamente barriendome en los azulejos del suelo, sin parar de correr. Me paré en seco al verla aferrada con una mano a las cadenas que estaban alrededor de la puerta número 8 donde con la otra mano buscaba su teléfono en las bolsas traseras de sus jeans, y yo sabía que no lo encontraría. Me acerqué a la mujer con uniforme que estaba pidiendo los boletos y antes de siquiera hablar, miré a la fila frente a ella y busque con la mirada a Daniel, pero él ya no estaba ahí, sólo un montón de rostros que para mi eran desconocidos. La mujer notó mi presencia y tocó mi hombro con su delicado dedo.
-¿Puedo ayudarle con algo?
-Em... Si, estoy buscando a un muchacho... Piel bronceada, cabello negro, ojos miel, de unos catorce años, ¿no podría pasar a buscarlo? Sólo serían unos...
-Minutos .- me interrumpió.- ya sé, eso dicen todos pero, sin boleto no entra, son órdenes.
-Es una...- vociferé pero mi hija me jaló del antebrazo.
Al ver su teléfono en mi mano me lanzó una mirada acusadora, pero no dijo nada, y acto seguido me lo arrebató y pulsó sin parar la pantalla del iPhone. Se acercó el teléfono a la mejilla y esperó, mirando a la nada con el ceño fruncido, pensativa y luego de un rato bajó el teléfono y lo intentó de nuevo, pero pasó lo mismo.
-¿Por qué me cuelgas?- dijo para sí misma.
Luego de un rato de dar vueltas frustrada volvió a intentarlo y, justo cuando iba a colgar de nuevo, la voz de Daniel se escuchó casi muy bajito desde la bocina del teléfono y nos miramos al mismo tiempo con los ojos llenos de esperanza. Regresó el teléfono a su mejilla de nuevo y sonrió.
-Hola...- dijo y me acerqué a ella para escuchar, al verme ahí puso el altavoz.
-Si, hola Dany...
-Sólo dime por qué, es lo único que quiero saber.
-Sólo porque si.
-Es porque te dije que te alejaras de mi ¿no es cierto?
El silencio fue su respuesta.
-Yo... Yo no quiero que te vayas, te amo como jamás ame a nadie y te lo juro, Daniel, te lo juro que me cambiaste la vida, y si tu te subes a ese maldito avión, me muero, de verdad me muero, porque sin ti estoy tan vacía, me enseñaste a vivir sin importar nada, y a perdonar, eres mi milagro, no quería obsesionarme contigo pero no pude, ahora me importas demasiado.- ya una lágrima se resbalaba por su mejilla con éso último pero ella no me miró en ningún momento.- no te vayas... Te lo ruego.
Silencio. Y mi hija no se atrevía a colgar, lo veía en su mirada, estaba viendo la foto de Daniel que resplandecía en la pantalla y una de sus lágrimas cayó en su mano que sostenía el teléfono.
-Di algo, Daniel.- dije arrastrando las palabras y me di cuenta de que estaba sollozando.
-Esque yo también te amo Daniela y tu me cambiaste la vida como nadie, tu iluminaste la horrible vida que tenía, yo estaba sólo, y cuando te conocí... Nose... Volví a nacer simplemente. Me duele pero tengo que marcharme.
-¡No!- gritó entre sollozos.
-Ya cerraron la puerta, lo siento... Te amo, Daniela, como a nadie...
Y colgó. Mi hija corrió a la ventana que estaba al lado de la puerta y pegó las manos al cristal mientras veía a lo lejos como se elevaba aquel avión, hacia un lugar muy lejos de aquí. Ella de verdad lo amaba, yo pensé que era un amor de secundaria, pasajero, como un juego, en fin. Pero me equivoqué, Daniel era mucho más que un juego, él era real. No tengo idea de cuánto estuvimos ahí paradas pero de la nada Daniela se secó las lágrimas bruscamente y emprendió su camino de vuelta a la entrada del aeropuerto. Fue como si en ese instante el aeropuerto hubiera quedado totalmente desierto y sólo estuviéramos nosotras dos ahí, caminando, totalmente desconsoladas. Al llegar junto al auto sentí como si hubiera sido más corto el camino a casa, y al llegar, Daniela cerro su puerta del auto de un portazo, pero al intentar abrir la puerta de la entrada se dio cuenta de que estaba cerrada y se desplomó en el suelo envuelta en su tristeza, puso su cabeza entre sus rodillas y quedó en posición fetal, apoyando su cabeza en la puerta y sollozando. Me acerqué a ella y me senté a su lado en los escalones con intenciones de abrazarla, pero terminé no haciéndolo por temor a que me rechazara. Sólo la miré hundirse en sí misma.
-Va a volver, estoy segura, no...
-¡Todo esto es tu culpa!
-¿Qué?
-Tu tenías mi teléfono... Pude haberlo llamado antes de que subiera ¡Pero tu lo tenías!
-¡Tu lo dejaste en el piso!
-¡Pudiste haber corrido!
-¿¡Disculpa!? Si lo que quieres es buscar culpas: tu fuiste la que no quiso escucharlo, la culpa es tuya.- y en cuanto lo dije desee nunca haberlo dicho.
Se relajó en su lugar y varias más lágrimas cayeron hasta el suelo, derramándose por su barbilla.
-Tienes razón, es mi culpa...Se levantó, tomó las llaves de la casa que escondíamos bajo uno de los azulejos de la escalera y abrió la puerta casi en silencio. Hubiera querido decirle algo, pero no se me ocurría nada. Levante la cabeza de entre mis frustradas manos y me encontré con James, el hermano de mi Peter Pan con las manos en los bolsillos y la mirada en el suelo, pero al mirarme me mostró una media sonrisa que no logré descifrar. Se acercó a mi y se sentó a mi lado. No pude dejar de mirarlo y por alguna razón el no podía mirarme a los ojos. »Quizá vino a preguntar por Daniel« pensé.
-¿Sabes? Cuando me enteré de que mi hijo andaba buscándome por ahí tuve que mudarme, pero aún así me encontró.- dijo rompiendo el silencio.- Siendo sincero no quería ni verlo,
-¿Que...?
-Espera, dejame terminar... Bien, la verdad lo que te dijo Daniel es toda cierta y esto lo estuve pensando desde hace un tiempo, quizá antes de que lo conocieras incluso.
-¿De que rayos hablas?
-Nada que... Yo envié a Daniel esa carta.
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Hola preciosuras del señor! Se que dije que subiría cada 15 días pero se las debía:'3.
Lo subo un poco tarde porque estuve en un evento de mi servicio social de lo más chevere, hicimos una fogata y juegos y empezó a llover y... Nose, fue de lo más precioso, probablemente uno de los mejores días de mi vida.
En fin les mando un besototote con sabor a pastel de carne desde mi México mojadito por la lluvia ^w^. Los amo:3
-A
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En mi Burbuja de Soledad
ChickLitPensé que nunca me iba a enamorar después de él, o mas bien no quería, ya que hay una persona que me mantiene de pie y feliz... lo mejor que puedo hacer a cambio es evitar que sufra y hacer su vida feliz, ella es mi hija... Daniela.