V. Decir Que No

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Ahora podrían decirme la persona más aburrida del universo. Llevaba más de 4 horas encerrada en mi habitación con un cojín bajo mi pierna enyesada y acostada en mi cama, que, aunque es cómoda, ya me estaba fastidiando. En ratos vienen Lalo o Dani a traerme comida o a asegurarse de que todo esté bien. No puedo sacarme de la cabeza el hecho de que el que le gusta a mi hija sea el típico rebelde que roba exámenes o pega a los maestros a la silla. Yo no quiero que la haga su cómplice y que se vuelva como él. Lo que más me preocupa es como haré entender a Daniela que ese chico solo le hará mal, pero sin que lo sienta como una prohibición, porque a los jóvenes les agrada lo prohibido y todo esto tendría el efecto contrario.

De pronto el timbre de la entrada sonó y me sobresalté. Escuché los pasos de Lalo hacia la puerta y luego como abría la puerta e invitaba al visitante misterioso a pasar. Daniela abrió la puerta de mi habitación muy emocionada dando saltitos de felicidad. Si sonreía más se le podría romper la boca en dos.
-¡Él vino! Vino a verme mamá...
-¿Quien?
-Daniel!!! No como consiguió mi dirección pero está aquí. Ven para que lo conozcas.
Seguro robo los papeles de Daniela de la oficina del director para saber donde vivemos>> pensé.
-Hija, hay algo que debes saber... El no es como tu piensas.
-¡¡LO !! Es tan especial.- dijo suspirando.

-Yo no me refería a...

Me interrumpió poniéndome las muletas en el regazo y ayudandome a levantarme. Antes de que saliera la tome del brazo y la jale hacia mi.

-Hija ese niño no te hará bien... Es malo.

-Aun no lo conoces y ya lo estás criticando mamá!!!

-Tienes razón... Vamos.

Camine con la muleta lentamente hacia la puerta que Dani abría para mi, afuera de mi habitación hacia un clima muy agradable, ya que yo tenía encendido el Mini-Split allí dentro. Al llegar a la sala observé a Lalo hablando tranquilamente con el tal "Daniel". Me acerque a él y le ofrecí mi mano.

-Hola yo soy Adelyn, la mamá de Dani.

-Mucho gusto, yo soy Dani... También.- dijo riendo.- Su hija es un encanto, igualita a usted.

-Bueno, muchas gracias.

> dije para mis adentros.

Pasamos a la cocina para cenar algo y cuando Lalo se iba a sentar lo jale del brazo y le indiqué a seguirme afuera de ahí.
-¿Se puede saber porque estas siendo tan amable con él? ¿Acaso no es el quien robó el examen?
-Mira hermana, yo prefiero dejar el trabajo fuera de casa, aparte quizá conociéndolo mejor sabré porque lo hizo.
-Esta bien, pero te pido que cuides a Daniela en la escuela.- dije y el asintió.

En mi Burbuja de SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora