II. Una Luz

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El elevador estaba frío y me temblaban las piernas como fideos ante la noticia que acababan de darme. No le podía negar a Marlenne que lo del divorcio tenía mi cabeza en otro lado muy lejos de aquí. Todo era una cadena de desgracias: si me despiden me quitarán la casa, ya que ellos me la dieron, y si me quedo sin casa, también perderé la custodia de Dani y me era imposible pensar en Daniela viviendo con aquel monstruo sin sentir un nudo en la garganta. Llegue a mi oficina buscando con la mirada a Peter, un pretendiente que siempre me daba regalos y aparecía en mi oficina para decirme cumplidos, pero creo que en este momento no me encuentro tan apta para iniciar una relación, Peter es un buen hombre pero antes de buscar algo serio quería que el asunto de Quique quedara en el pasado, no puedo hacer como que nada pasó así de pronto.

Divise a Peter recargado en mi escritorio con una carpeta celeste en la mano, leyendo el contenido. Al notar mi presencia levantó la cabeza y sonrió. Extendió la mano para que tomara la carpeta, insistiendo en que no preguntara nada. La tome y abrí sin dejar de mirarlo un poco nerviosa, tratando de sonreír. En ella había un montón de nombres enlistados y al lado de estos un numero que siempre era 19, 20 o 21. Lo mire esperando una explicación y eso fue lo que recibí.

-Son pasantes universitarios, me enteré de tus problemas y pues... Solo quería ayudar. Mañana sábado tendrás que entrevistarlos para decidir a cual contratar ¿okay?
-No tenías que hacer esto Peter... Encerio te lo agradezco, no como voy a poder pagarte esto.

-Pagamelo con tu gratitud... Y una cena la próxima semana- dijo y yo traté de negarme a lo ultimo pero el me interrumpió enseguida.- SOLO ACEPTA PORFAVOR, NO TE PIDO NADA MÁS.
-Está bien... Pero tiene que ser en mi casa y mi hija cenará con nosotros.

-Por mi no hay problema... Bueno tengo que irme, yo también tengo que trabajar pero yo te llamo ¿si?

Yo asentí con una sonrisa en el rostro y toda sonrojada. Me senté en mi silla frente al montón de papeles y el sello con la firma de Marlenne. Mi trabajo consistía en leer contratos y clasificarlos según los que firme y los que considere que no nos son de utilidad para la compañía. No puedo deshecharlos ya que primero tengo que pasárselos a Marlenne para que se asegurarse de que tome la decisión correcta.

Puse el primer documento frente a mi y comencé a leerlo. Solo era una solicitud de empleo de un joven de 27 años que recién terminó la universidad, es alérgico a las nueces y solo tenía una recomendación. En aptitudes tenía saber nadar Tae Kwon Do, y primeros auxilios. Creo que será muy bueno tener gente joven en Readers Inc. la compañía mas sobresaliente de libros juveniles. Sin pensarlo dos veces lo firmé. El siguiente era una sinopsis para una solicitud de  impresión de una joven de 19 años. Lo leí y me pareció la cosa más linda y profunda que leí jamás así que lo firme también.

Después de cuatro horas de leer y firmar al fin llegó mi hora de comida. Tomé mi bolso y me levanté un poco mas tranquila que cuando salí de la oficina de Marlenne. Bajé al estacionamiento por el elevador y me tope a mi amiga-jefa recargada en mi auto con la mirada al suelo y las manos temblando. Me acerqué tratando de guardar la calma.

-Hola Mar! Ya me voy a comer... Ya son las dos.- dije tratando de romper la incomodidad que había en el ambiente.

-Si, esto... Me siento mal por haber sido tan insensible en la manera de decirte aquello y pues yo... Perdona.

-No es tu culpa, yo sé que he bajado mi rendimiento y voy a cambiarlo, me hizo bien que alguien me abriera los ojos.

-Que bien que te lo tomes así Ade.- dijo rodeando mis hombros con el brazo.

-Bueno iré a comer para no morir de hambre... Adiós!

Entré en mi auto y lo encendí pensando en la deliciosa lasaña que me esperaba en casa junto con un buen abrazo de mi hija y mi hermano Lalo que recojía todos los días a Dani pero hoy tendría que recojer a su nueva "novia" de Francia en el aeropuerto así que yo iré por Dani hoy.

Salí del estacionamiento y sentí vibrar mi celular en mi bolsillo, lo saqué de un tirón y contesté. Ni siquiera había visto quien era.

-Si?
-Ade!! Soy tu hermano favorito...
-No tengo otro Eduardo.- lo corté divertida.
-En fin, el vuelo de Polette llegó antes así que pasare por Dani, de hecho ya estoy cerca de su instituto así que tu ve a casa y relaaaaajate.
-Gracias hermano.

Cuando levanté la cabeza noté que me había cambiado de carril y un auto azul marino se dirijia directo hacia mi. En un segundo sentí como mi cabeza se agitaba y giraba sin control. Pisé el freno con fuerza y un estruendoso ruido se produjo. De pronto mi auto chocó contra un poste de luz y mi cabeza se estrelló contra el volante mientras los vidrios caían sobre mi. Lleve mi mano al golpe y sentí una punzada de miedo al ver mi mano llena de sangre. No sentía la pierna derecha y de pronto lo que sentía ahí ahora era un dolor insoportable. Mi vista empezó a nublarse y vi a un hombre en el auto con el que choqué tratando de sacar a una anciana- aparentemente inconsciente- por la ventana. Me sentí de lo peor por un momento... Todo era mi culpa. Intente sacar el celular de mi bolsillo pero mi auto estaba totalmente deformado y no podía moverme. A lo lejos vi luces rojas y azules, y traté de ver mas claramente, pero estaba muy mareada. Ya no podía abrir bien los ojos y sentía una especie de cansancio. Me deje llevar y cerre los ojos sin saber que pasó después....

En mi Burbuja de SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora