En mi Burbuja de Soledad

XIX. Perdonarme a Mi Misma

CAPITULO DEDICADO A NATALIA ROJO POR SER MI LECTORA VIP DE ORO CON INCRUSTACIONES DE DIAMANTE, TE QUIERO PRIMA!!!!!  Y GANASTE LA APUESTA, SUBI DESPUES DE LAS DIEZ PM :/
Respiré hondo y cerré mis puños con fuerza, tanto que me hice daño, pero si me ayudó a bajarme los nervios un poco. El simple hecho de ver un pelo de este hombre me daban la impresión de que en cualquier momento explotaría. Sólo exhale el aire que había inhalado hacía unos segundos, sonreí y me deje caer pesadamente en el incómodo sillón, poniendome en mi postura más relajada y desinteresada, y clavando mi vista en el televisor, claro que ni siquiera lo estaba viendo, esa serie ni me llamaba la atención pero de alguna manera tenía que ponerle en claro que su presencia no me afectaba en absoluto. No, ya me había calmado.
-¡No puedo más! ¿Qué rayos quieres Christopher?
-Ya se enojó ¿Verdad?- le susurró a Daniel lo suficientemente fuerte como para que yo lo escuchara.
-Si no es tu amigo ¿como sabes su nombre?-me preguntó Daniel.
-No te metas, niño... Dime a que viniste, Christopher.
-Yo sé que no me soportas, pero no te preocupes, yo tampoco a ti, de hecho compartir el mismo aire que el tuyo  es repugnante, sólo quería pedirte una cosa, y el simple hecho de pensarlo me da razones para tirarme por la ventana, pero...
-¡Ve al grano!
-Mi madre quiere verte.
Me tensé con la idea pero igual asentí y me levante, y cuando voltee a la camilla, Daniel estaba conteniendo su risa, pero lo fulmine con la mirada y eso bastó para que le dejara de hacer gracia la situación. Christopher abrió la puerta y primero me dejó pasar a mi. Vaya, al menos es caballeroso. Intenté caminar rápido para no tener que soportar sus scinicas conversaciónes groseras y de mal gusto, pero el corrió hacia mi lado apenas cerró la puerta de la habitación e intentó poner su mano en mi hombro. Descarado. Claro, yo tomé su muñeca antes de que siquiera me tocara y la lancé lejos, éstos seguido de un "no me toques" lleno de rabia y odio. Escupí las palabras como si fueran ácido que me quemaba la boca, con toda la intención.
»Piensa en cosas bonitas« me dijo mi consciencia.
Peter.
Sus labios llenos de vida.
Su colonia embriagadora y masculina.
Una espalda impactandose en mi cara.
Christopher riendo.
Vaya cambio de ambiente,primero cosas hermosas y perfectas y luego basura repugnante. Oh vaya. Si, ahí estaba la puerta, detrás de la cual esos ojos me miraron con esa intensidad que jamás vi, y esa mano fría y huesuda que me hizo estremecer con un simple agarre. Si, frente a esa puerta mi mejor amigo y mi peor enemigo se golpearon. Si, ahora si tenía miedo. Al entrar vi a una mujer delgada, de cabello blanco y ojos azul turquesa, no, esa no podía ser la mujer que yo vi hacía unos días, ella está tan llena de vida... Y es igualita a Christopher.
-Hola, tu debes ser Adelyn, él siempre te está mencionando.
Extendió su mano y yo la tomé, pero no la moví ya que no sabía si agitarla mucho o poco y temía que no fuera suficiente o fuera demasiado. No pude hacer más que sonreír y dejar que ella moviera mi mano a su gusto.
-¿Siempre?-digo al sentir el calor subir a mis mejillas al darme cuenta de lo que dijo la mujer.
-Eres más bonita de lo que él dice.
-¡Mamá!
-¿Qué? A las mujeres lindas se les reconoce su belleza. Yo me llamó Silvia, mucho gusto conocerte, corazón.
-Ella le dice corazón a todo el mundo, no te creas muy especial.
-¡¡Tophy!! ¡No seas grosero!
-¿Tophy?- digo tratando de no reír.
-Yo me retiró, hice lo que me pediste, mamá, así que yo aquí sobro.
Christopher salió se la habitación todo sonrojado y con la mandíbula tensa y al cerrar la puerta, la señora Silvia rompió en carcajadas, su risa era encantadora. No pude evitar reír yo también y terminé a su lado entre risas. Cuando al fin pudimos parar de reír, ella palmeó la camilla, a su lado, y supe que quería que me sentara, así que lo hice. Ella acarició mi mano, para luego tomarla y ponerla en su pecho. Podía sentir el palpitar de su corazón.
-¿Mi hijo te parece guapo, Ade?
-Pues, no me lo había pensado, pero supongo que es un poco apuesto... Suele estarme fastidiando pero fuera de eso tiene buen físico.
Ella ríe un poco y luego suspira.
-Si, tiene un mal carácter, ¿tienes novio?
-No... O si... No lo sé.
-¿No lo sabes?- dice extrañada.
-Larga historia, pero por el momento no buscó una relación.
-¿Tienes una mala experiencia? ¿Qué te hicieron?
Puede que apenas la conociera, pero me daba la impresión de que podía confiar en ella. Suspiré y empecé a hablar.
-Bien, me case con un hombre que conocí en la universidad, Enrique, ambos nos buscamos un trabajo y empezamos nuestra vida independiente, pero dos años después lo despidieron de su trabajo y empezó el problema. Yo estaba embarazada en ese entonces y un día el llegó tomado tambaleándose y gritandome que le preparara la cena, pero yo me negué, así que el se sacó el cinturón y comenzó a golpearme con él...
-Oh por Dios...
-Yo... Yo...-me estaba temblando la voz.- perdí al bebé, eran gemelas y perdí a una...
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Hola!!! Oh!!! Tengo prisa así que me despido con un beso sabor a frijoles charros desde México hermoso. Bye!!
-A.